“Misión cumplida”: AMLO tiene su última mañanera, se reúne con mandatarios extranjeros y sale de Palacio Nacional rumbo a su casa

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Frente al retrato que lo inmortalizará en la galería presidentes de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, se sinceró frente a un pequeño grupo de periodistas. “Lo más duro, lo más duro… la pandemia”, dijo, al hacer un apretado balance final de su sexenio.

La develación del retrato pintado por el artista yucateco Ermilo Espinosa fue su último acto ante las reporteras y reporteros que cubrieron sus mil 438 conferencias mañaneras.

El retrato contrasta en el pasillo ubicado en el ala sur de Palacio Nacional, esa que está cerrada al público desde que el presidente decidió habitar ahí, en 2018. Desde Guadalupe Victoria hasta Enrique Peña Nieto, los presidentes lucen solos o con fondos negros. Especialmente oscuros, sombríos, casi lúgubres, son los de Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón, colgados en el mismo corredor en donde fue montado el de López Obrador.

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En el óleo del pintor yucateco, la escena transcurre en el balcón de Palacio Nacional; la Torre Latinoamericana, al fondo, tiene la fecha del 15 de septiembre de 2024; el presidente tiene un bastón de mando en la mano, con motivos indígenas; lleva la banda presidencial sobre una corbata color guinda Morena y, como toque especial, al fondo se ve un Zócalo que se sugiere repleto de gente.

“Hasta en su retrato quiso estar cerca del pueblo”, resumieron los funcionarios de la Presidencia, quienes presumieron, también, que el marco dorado tallado en madera fue hecho por artesanas oaxaqueñas.

“Cumplí con el juramento constitucional y, sobre todo, se hizo realidad la democracia”, abundó el presidente en su última declaración ante los medios, “eso es importante, porque era nada más un concepto, llegó a ser una palabra vacía, y ahora tiene sustancia, tiene materia de mayor participación del pueblo. El pueblo es el actor principal, la gente está muy consciente, muy informada. Es el pueblo de México un verdadero soberano”.

AMLO devela su retrato en Palacio Nacional
AMLO devela su retrato en Palacio Nacional. Foto: Presidencia

El presidente firmaba libros que le acercaron algunas reporteras y reporteros, se tomaba ‘selfies’ y charlaba de manera coloquial. Pero como con él es imposible el “fuera de grabadoras”, el convivio se convirtió en una pequeña conferencia de prensa, en la que dijo que la política no es maniquea ni una cuestión de blanco y negro; no es ciencia exacta, sino un asunto de aproximación, y por ello en cualquier administración hay pros y contras.

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La última mañanera había concluido más de una hora antes; sin embargo, ni en ese momento de cierta informalidad se permitió hacer una autocrítica real de su sexenio.

“Ahora sí, misión cumplida. Ya cumplí, me voy a dedicar a escribir. Estoy contento con lo que se logró y con Claudia (Sheinbaum)… el pueblo fue genial al elegirla”, alcanzó a decir antes de que su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller saliera al pasillo a “rescatarlo” de medios y youtubers.

 

 

Lágrimas y risas

La última conferencia de López Obrador congregó a más de 200 personas acreditadas para cubrirla. Periodistas, comunicadores “alternativos” y decenas de camarógrafos y fotógrafos colmaron el Salón Tesorería, el recinto señorial en el que López Obrador tomó y anunció las principales decisiones de su administración.

Por tratarse de la última, no hubo preguntas y respuestas, sino la exposición de un largo documento de 54 diapositivas con indicadores socioeconómicos que resumen los logros que presume al final de su gobierno; desde la paridad peso dólar, hasta los niveles de felicidad de la infancia mexicana.

Como último acto de gobierno, el presidente López Obrador firmó los decretos de dos reformas constitucionales, la de derechos de pueblos y comunidades indígenas, aprobada en el Congreso con el respaldo de todos los partidos, y la que otorga a la Sedena el mando de la Guardia Nacional.

Hasta el final, López Obrador defendió esta polémica reforma constitucional, que causó el rechazo unánime de los partidos de oposición, y críticas entre colectivos y organizaciones de defensa de los derechos humanos, quienes ven en la militarización el verdadero sello de la “cuarta transformación”.

“Es una institución para garantizar la seguridad pública. Y esta institución ya tiene 130 mil elementos. Y se construyeron 500 instalaciones, cuarteles. Y es una institución acreditada para proteger a los ciudadanos. Y se logró, con esta reforma, que pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, lo cual le va a dar solidez, permanencia, disciplina y manejo honesto; sobre todo, el que no se vincule a la delincuencia organizada ni a la delincuencia de cuello blanco, que se mantenga siempre la frontera, la línea divisoria entre delincuencia y autoridad, porque cuando eso se pierde ya no hay garantía de nada”, justificó.

Lo acompañaban, en este último acto solemne, el secretario de la Defensa y el secretario de la Marina, vestidos con uniforme de campaña; la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde; la de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; la de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcenas, y la de Cultura, Alejandra Frausto.

Tras la firma de los decretos, vino la larga exposición de datos y logros, y después, la rifa del reloj del presidente entre los 86 periodistas y comunicadores que más veces acudieron a la mañanera, y que previamente anotaron su nombre en papelitos que fueron colocados en una pesera de cristal.

Correspondió a la decana de la fuente lopezobradrista, Carmen Jaimes, de Televisa, sacar el nombre del ganador, que resultó ser Julio Omar Gómez Sánchez, reportero de Baja California.

Al escuchar su nombre, el comunicador saltó de su asiento, corrió hacia el frente, recibió el reloj dándole un beso y se fundió con el presidente en un abrazo.

El presidente lucía de buen humor. Sonreía, bromeaba y, entre frase y frase, iba soltando datos sobre su agenda del último día de gobierno: primero los tamales con los periodistas, después la develación del retrato, luego una comida con jefes de Estado invitados a la toma de protesta de Claudia Sheinbaum y finalmente su salida de Palacio Nacional, a las 18:00 horas.

La canción que hizo llorar a AMLO 

Luego de la rifa del reloj, el vocero Jesús Ramírez Cuevas anunció una sorpresa para el presidente: la proyección de un video y una canción que un grupo de artistas compuso e interpretó para su despedida.

En el video aparecen cantando Eugenia León y su esposa Beatriz, con imágenes intercaladas de la trayectoria política del político tabasqueño: los años de trabajo con comunidades indígenas de Tabasco; la dirigencia del PRD; la campaña para Jefe de Gobierno del Distrito Federal en 2000; el desafuero, de 2004; las elecciones de 2006, el conflicto postelectoral y la exigencia de “voto por voto, casilla por casilla”, y el triunfo de 2018.

Ramírez Cuevas informó que la pieza musical fue compuesta por Sebastián Iradier; la letra, por Pedro Miguel, y en ella cantan -además de Eugenia León y Beatriz Gutiérrez-, Mónica Meza, Timi Sullinger, Alfredo Calderón, Dam Camacho y Byron Barranco.

La canción y el video hicieron que el presidente se estremeciera y se le pusieron los ojos vidriosos. La que sí rompió en llanto fue Luisa María Alcalde, secretaria de Gobernación y próxima dirigente nacional de Morena.

Al final de la última conferencia, el grupo Mono Blanco, de son veracruzano, interpretó tres canciones: El pájaro cú, El Ahualulco y La Bamba, que pusieron a mover las rodillas a las funcionarias que acompañaban al presidente, pero nadie se animó a iniciar el bailongo anunciado días atrás por el jefe del Estado.

AMLO en su última mañanera. Foto: Presidencia
AMLO en su última mañanera. Foto: Presidencia

Serenata, tamales y comida de Estado

Fuera de Palacio Nacional, cientos de personas instalaron música y megáfonos en el Zócalo y la calle de Moneda, para cantarle y gritarle mensajes de despedida al presidente.

Provenientes de la Ciudad de México, pero también desde Sinaloa, Sonora, Estado de México, Veracruz y Tabasco, los simpatizantes del presidente improvisaron una larga serenata desde las primeras horas del día, y hasta la tarde.

Dentro de Palacio, pasadas las 9:00 horas, el presidente apareció en los Patios Marianos de Palacio Nacional, donde se improvisaron mesas plegables con ollas en las que se ofrecían tamales, cochinita pibil, zacahuil, pan dulce, café y champurrado.

El anunciado “convivio” con el presidente fue, en realidad, una última aglomeración alrededor de López Obrador, quien apenas pudo probar los tamales, pues siempre estuvo rodeado de cámaras, teléfonos celulares y decenas de youtubers que le lanzaban preguntas, peticiones, felicitaciones y elogios.

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El personal de Presidencia organizó a un grupo de 50 periodistas para pasar a la develación del retrato, en el otro costado de Palacio Nacional. Y ahí ocurrió la última charla de López Obrador con los medios, donde pronunció la frase: “misión cumplida”.

Por la tarde, el presidente recibió en el Palacio a algunos jefes de Estado, entre los que figuraban Luiz Inácio Lula da’ Silva, de Brasil; Gabriel Borich, de Chile; Gustavo Petro, de Colombia, y Miguel Díaz-Canel, de Cuba.

AMLO se reunió con mandatarios extranjeros en su último día de gobierno
Foto: Cortesía

Otros jefes de Estado, como Xiomara Castro, de Honduras; Bernardo Arévalo, de Guatemala, y Juan Antonio Briseño, de Belice, también estuvieron invitados, pero quien marcó el tono del encuentro fue el chileno Gabriel Borich, quien dijo a su llegada: “es un gran amigo, y los amigos nunca se pierden”.

A las 17:38 horas, el presidente López Obrador salió de Palacio Nacional, por la puerta de Corregidora, a bordo de una camioneta blanca, en la que viaja rumbo a su domicilio particular en el sur de la Ciudad de México.

Mañana saldrá de ahí para ir a la Cámara de Diputados a entregarle la banda presidencial a Claudia Sheinbaum.

Seguidores de AMLO lo reciben en su casa seis años después

Fueron solo unos segundos a través de los cristales de una camioneta bajo la lluvia, pero los simpatizantes del presidente Andrés Manuel López Obrador estuvieron contentos de verlo en el último día del sexenio.

A las 18:34 horas, López Obrador llegó al domicilio ubicado en la colonia Toriello Guerra en la alcaldía de Tlalpan, la vivienda que habitó hasta hace seis años cuando se fue a vivir a Palacio Nacional. Alrededor de 50 personas lo recibieron con gritos y porras.

El mandatario saludó a través de los cristales de la camioneta, sin bajar la ventana del copiloto. Sus seguidores intentaron acercarse al vehículo mientras la lluvia tupida caía.

La camioneta en la que viajaba el presidente se abrió paso de forma lenta.

“¡Van a cerrar! ¡Van a cerrar!”, advirtieron algunos de ellos para evitar algún accidente.

Apenas se cerraron las puertas, los vecinos lanzaron la consigna más recurrente en los eventos lopezobradoristas:“¡Es honor estar con Obrador!”. Luego continuaron “¡Sí se pudo!”.

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Simpatizanes de AMLO afuera de la casa de Obrador. Foto: Andro Aguilar

 

Algunas de las personas que esperaban al tabasqueño lo vieron salir de este mismo domicilio seis años atrás, en diciembre de 2018, cuando López Obrador se dirigió a la Cámara de Diputados para rendir protesta como presidente de México.

Una de ellas fue la señora Emma Serrato, quien aseguró que fue a ese mismo domicilio en 2018 y ahora volvió para agradecerle a AMLO lo hecho en su sexenio, “sobre todo por las personas mayores”, en referencia a los programas sociales.

Otro de los simpatizantes que acudió un sexenio antes fue Marcelo Virgen, de 68 años, quien llegó al domicilio desde la alcaldía Benito Juárez alrededor de las 14:00 horas, con un ejemplar del libro “¡Gracias!”, para intentar que se lo firmara.

Al final el señor Marcelo, ingeniero civil, no logró obtener la firma de su libro, pero dijo que había valido la pena ir para ver unos segundos al político cuyo sexenio, dijo, “marcó una diferencia”.

Luego, el señor Marcelo citó el discurso que AMLO dio cuando enfrentaba el proceso de desafuero.

“Como él dijo: falta que lo juzgue la historia”.

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Marcelo Virgen, de 68 años, llegó al domicilio de AMLO con un ejemplar del libro del político. Foto: Andro Aguilar

 

Con información de Andro Aguilar