MIRAMAR.- El día después de este inédito temporal que ayer por la tarde castigó a la ciudad de Miramar sumó más dolor con una nueva muerte, en este caso una mujer de 65 años que se encontraba internada en una clínica local. Se suma a la de un menor de 17 años, también lesionado por la caída de un árbol, confirmada ayer por la tarde, apenas las ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora daban tregua.

Este segundo fallecimiento se conoció esta mañana. Se había asegurado que la mujer estaba herida, pero fuera de peligro. La internaron el martes al atardecer, con varios golpes, en el Instituto Mitre. Fuentes judiciales la identificaron como Mónica García. En principio se le había atribuido una edad mayor, difícil de confirmar porque le habían robado el documento nacional de identidad mientras era asistida en este accidente. Alguien, esta mañana y después de una campaña en redes sociales, lo devolvió en el establecimiento donde murió.

Los restos de Benjamín Carmona son velados desde anoche en una empresa funeraria de la calle 19. Era hijo de un empleado municipal, cursaba estudios en el Instituto General Alvarado, jugaba al fútbol en el Club Amigos Unidos de Miramar y el accidente que le quitó la vida ocurrió, según trascendió, cuando lo impactó un árbol en momentos en que volvía a su casa en bicicleta, cuando el fenómeno meteorológico entraba en su momento de mayor furia.

En simultáneo, en esta ciudad avanzan los primeros intentos para recomponer la infraestructura con destrozos importantes, además de terminar de despejar ramas y postes que cayeron por efectos de los fuertes vientos.

El intendente de General Alvarado, Sebastián Ianantuonny, confirmó esta mañana que además de los daños materiales se contabilizaron otras 17 personas heridas, ninguna de ellas de gravedad. La investigación judicial de ambas muertes y los casos con lesionados quedó a cargo del fiscal Ramiro Anchou, de fiscalías descentralizadas del Departamento Judicial Mar del Plata. A partir de este jueves la causa pasará a manos de su colega Ana Caro, que regresa a sus funciones y está a cargo del área de General Alvarado.

A mediodía pasó por Miramar el gobernador Axel Kicillof. Estuvo con el jefe comunal, comprometió ayuda para las 20 familias que sufrieron mayores daños en sus casas y también líneas de crédito para comerciantes afectados. “Los que niegan el cambio climático que vengan a Miramar o den un recorrido por Bahía, no una visita a relámpago”, dijo ya con mayor impronta política frente a afirmaciones que sobre el tema había realizado alguna vez el actual presidente de la Nación, Javier Milei.

Ahora es momento de reconstruir lo dañado. Hay todavía buena parte de la ciudad sin suministro eléctrico, debido a la salida de servicio de tres equipos de media tensión que abastecen al distrito. Poco a poco, personal de la Empresa Distribuidora de Energía Atlántica (EDEA) está devolviendo suministro. Es fundamental, sobre todo, para el funcionamiento de estaciones de bombeo que permitan asegurar agua a todos los vecinos y turistas.

Estos problemas afectaban a otras localidades de la zona. Entre ellas Mar del Sud, cuyos vecinos y visitantes pasaron la noche y transcurren esta jornada todavía sin posibilidad de conexión eléctrica.

Sobre la costa hubo importantísimas consecuencias, justo en plena temporada. Hay un par de balnearios con daños impactantes. “Tengo 84 años, 54 en este balneario y 10 más de trabajo en playa, pero nunca vi nada igual”, afirma Cacho Mercier, dueño del parador Cacho, en el acceso a Miramar por ruta 11. Sus carpas están intactas, sin una sola soga cortada. Pero el estacionamiento está patas para arriba,

Pero la peor parte se la llevaron unos metros más adelante en el balneario Médanos. Un video se ve, en pleno desarrollo del temporal, cómo las lonas flamean y las estructuras de las carpas se empiezan a desprender de la arena. “Nos hizo un desastre”, reconoce Esteban Sanguinetti, concesionario de esa unidad donde esta mañana intentaban reparar 44 de las 120 carpas.

Caribe patagónico Un recorrido por las playas secretas de aguas cálidas y delicias de mar

Del momento en que soplaban semejantes vientos recordó, en principio, que no había un alerta meteorológico para media tarde sino que se anunciaba para medianoche. Y que un día de playa espectacular se convirtió en un escenario de película en esas arenas. “Le pedíamos a la gente que se vaya”, dijo y citó el caso de jovencitas que se habían resguardado bajo una carpa y debieron insistirles que se retiraran, ya que lo que se venía no era nada bueno.

Un empleado de otro balneario que llegó para ayudar comentó que se veía venir una suerte de tornado desde el centro hacia el norte. “Se metió entre las playas y cruzó para la ruta”, dijo para explicar esos daños muy puntuales, solo sobre unos pocos paradores.

Mucho por recomponer

En el casco urbano hay mucha infraestructura por recomponer. En el sector privado, la cafetería La Chocolatta. Se le voló el techo por completo, además de paneles de vidrio de su planta alta. “No lo vimos venir, todo nos sorprendió”, contó Nicolás, encargado del lugar, en diálogo con LA NACION, mientras retiraban mercadería frente al ingreso de agua a la planta baja.

En la estación terminal, donde se voló buena parte del techo del frente que da a las dársenas de arribo y partida, hay sectores que quedaron clausurados por riesgo de caída de chapas y mampostería. Hay columnas y cables caídos, además de cañerías rotas. De todos modos se aseguró operatividad del transporte desde sectores que no fueron afectados, entre ellos el de boleterías. Por razones de seguridad mayoría de los servicios tenían como punto de arribo o partida la Avenida 40, sobre el frente del edificio.

En el Hotel Luxor, en pleno centro y frente a la Comisaría 1ra, también sufrieron la voladura de un techo. Responsables del lugar comentaron a LA NACION que corresponde a un espacio que no tiene uso directo ni afecta a huéspedes, por lo que el funcionamiento es absolutamente normal.

En la Casa de la Cultura y el Bicentenario también hay un importante foco de trabajo ya que se cayó el techo. Es un edificio público y, según confirmó el intendente, allí tienen cobertura de seguro, por lo que se podría avanzar hacia una pronta restauración.

Por el momento no hay evacuados pero sí varios vecinos que han sufrido daños en sus viviendas. Desde el municipio se les está brindando asistencia y se espera que la provincia aporte materiales (chapas y tirantes en particular) para una pronta recomposición de esas unidades.

Y en medio de la tragedia y la conmoción, también el oportunismo. Desde la empresa EDEA confirmaron que un tramo de la red eléctrica que abastece a la zona norte del distrito tendrá demoras para la reparación ya que se encontraron con una sorpresa: desconocidos se robaron 400 metros del tendido de cableado de media tensión que por el temporal había caído en esa zona.