Del primer ministro más joven al más viejo: el viraje extremo de Macron para salvar su gobierno

El primer ministro saliente, Gabriel Attal, y el entrante, Michel Barnier, durante la ceremonia de traspaso de mando
El primer ministro saliente, Gabriel Attal, y el entrante, Michel Barnier, durante la ceremonia de traspaso de mando - Créditos: @SARAH MEYSSONNIER

PARÍS.- Francia tiene por fin nuevo primer ministro. Emmanuel Macron nombró este jueves a Michel Barnier, exministro de 73 años, excomisario europeo de derecha y negociador del Brexit, para dirigir el futuro gobierno. Termina así un largo paréntesis de 60 días, que se abrió tras la segunda vuelta de unas elecciones legislativas que dieron como resultado una Asamblea Nacional dividida y sin mayoría.

Quien será el primer ministro de mayor edad de la Quinta República sucedió al frente del gobierno a Gabriel Attal, de 35 años, que fuera el más joven. Barnier tendrá que formar un equipo gubernamental capaz de sobrevivir a un voto de censura parlamentaria y poner fin a la crisis política más grave de la actual república, fundada por el general De Gaulle en 1968.

El saliente premier Gabriel Attal, junto a su reemplazante Miguel Barnier. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP)
El saliente premier Gabriel Attal, junto a su reemplazante Miguel Barnier. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP) - Créditos: @GEOFFROY VAN DER HASSELT

Emmanuel Macron pidió al nuevo primer ministro que “constituya un gobierno de unión nacional al servicio del país”, según el palacio del Elíseo. Una tarea que no será nada fácil teniendo en cuenta la fragmentación de la Asamblea, dividida en tres partes casi iguales: los partidos de izquierda, nucleados en el llamado Nuevo Frente Popular (NFP); el centro, integrado por el partido presidencial y aliados; (una derecha con serias dificultades para sobrevivir), y la extrema derecha de Marine Le Pen, la Reunión Nacional (RN).

El presidente de esta última formación, Jordan Bardella, aseguró ayer que su partido “juzgará el discurso de política general” de Barnier antes de pronunciarse sobre una eventual censura. Por su parte, y sin sorpresa alguna, el líder de la extrema izquierda, Jean-Luc Melenchon, de La Francia Insumisa (LFI), denunció “una elección robada”, y llamó a manifestar masivamente el 7 de septiembre. La marcha contará también con la participación del Partido Comunista Francés (PCF), los Ecologistas y algunas organizaciones estudiantiles.

La opción no fue fácil para Macron. Y Barnier parecería ser el menos conflictivo de todos los candidatos que se sucedieron en el Elíseo durante estas semanas. Diputado, presidente del Consejo General de Saboya, cuatro veces ministro, dos veces comisario europeo y, sobre todo, negociador en jefe de la Unión Europea (UE) para el Brexit, Barnier también se había presentado en 2021 ante el congreso de su partido, Los Republicanos (LR), como candidato neogaullista para las elecciones presidenciales. Fracasó en la primera vuelta con 23% de los sufragios. Su nombre también había sido citado en algún momento para liderar la lista LR para las elecciones europeas del 9 de junio.

Barnier saluda a la saliente ministra de Trabajo, Catherine Vautrin, y Gabriel Attal se despide de simpatizantes en el Hotel Matignon en París. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP)
Barnier saluda a la saliente ministra de Trabajo, Catherine Vautrin, y Gabriel Attal se despide de simpatizantes en el Hotel Matignon en París. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP) - Créditos: @GEOFFROY VAN DER HASSELT

“Su nombramiento se produce tras un inédito ciclo de consultas durante el cual, acorde con su deber constitucional, el presidente se aseguró de que el primer ministro y su gobierno reunirían las condiciones para ser lo más estables posible, y teniendo la posibilidad de lograr la mayor unión” nacional, anunció la presidencia francesa.

El nombre de Barnier había sido evocado a comienzos del verano boreal y reapareció a comienzos de semana cuando Macron se convenció de que los dos principales candidatos, el conservador Xavier Beltrán (LR) y el socialista Bernard Cazeneuve serían objeto de una moción de censura inmediata en la Asamblea Nacional. Todo parece indicar que las últimas consultas con los responsables de partido y los grupos políticos en las Cámaras, le dieron una cierta garantía de “no-censurabilidad” contra Barnier, condición sine qua non, para el presidente.

Y esa cuestión esencial estuvo dirigida sobre todo a Marine Le Pen, que ya había vetado tanto a Cazeneuve como a Beltrán y que, en esta ocasión, teniendo en cuenta que la izquierda anunció su intención de censurar todo candidato que ellos mismos no propusieran, terminó siendo árbitro de la situación gracias a sus 126 diputados.

Pero esa no fue la única razón del nombramiento de Michel Barnier. Otra explicación suplementaria es que, a los 73 años, tampoco tiene ambiciones presidenciales para 2027. Esto es importante no solo para su propio campo, pues no obstaculizará las ambiciones del presidente de LR en la Asamblea, Laurent Wauquiez, ni las del mismo Xavier Beltrán. Tampoco lo hará con el exprimer ministro de centro-derecha Edouard Philippe, que ya anunció esta semana su candidatura presidencial. Y sobre todo, tampoco será un peligro para Marine Le Pen.

Ceremonia de traspaso en el Hotel Matignon en París. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP)
Ceremonia de traspaso en el Hotel Matignon en París. (Photo by GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP) - Créditos: @GEOFFROY VAN DER HASSELT

Otra de las razones de su nombramiento es que Michel Barnier es compatible con Emmanuel Macron. Pues, si bien siempre estuvo afiliado a LR, sus ideas políticas lo acercan más al jefe del Estado que a sus correligionarios. El exministro no propone abrogar la reforma jubilatoria, línea roja para el campo macronista, ni cambiar la ley de asilo e inmigración, como pretende la izquierda. Ambos hombres también defienden con uñas y dientes la construcción europea, e incluso deberían hallar un terreno común en materia económica. En 2021, Barnier prometía hacer del “trabajo” su prioridad, aliviando las cargas de las empresas. Una idea que coincide con el ADN de Macron y su promesa de no aumentar los impuestos.

Por último, Barnier tiene una larga experiencia de la vida política. Y en momentos en que el país atraviesa una seria crisis, esa experiencia tiene un alto valor. Ministro de Medio Ambiente entre 1993-1995; de Relaciones Exteriores entre 1995-1997 y entre 2004-2005, también ocupó la cartera de Agricultura y Pesca entre 2007-2009. Eso, sin contar con el remarcable trabajo realizado como comisario europeo dos veces, para la Política Regional y para el Mercado Interior, y el complicadísimo periodo de la negociación del Brexit.

Descrito como “flemático”, “flexible en los detalles” y “fino negociador” por todos aquellos que lo conocen, Michel Barnier tendrá, sin embargo, que enfrentar un último desafío: una Asamblea francesa dividida, cacofónica y presa del egoísmo personal, donde cada uno de los tres bloques avanzan sus peones para las presidenciales de 2027.