Lo militares brasileños le temen al futuro gobierno de Lula, pero descartan un golpe o una intervención

Militares izan la bandera, esta mañana, en el Palacio de la Alvorada
Militares izan la bandera, esta mañana, en el Palacio de la Alvorada - Créditos: @Eraldo Peres

RÍO DE JANEIRO.- La victoria de Luiz Inacio Lula da Silva desencadenó una serie de conversaciones telefónicas y grupos de Whatsapp entre militares de rango inferior desde el anuncio del resultado, todo en un tono de frustración y temor por el destino de las fuerzas armadas bajo el nuevo gobierno.

Entre los generales de alto rango, sin embargo, no hay amenaza ni pensamiento de resistencia o intervención militar a favor del presidente Jair Bolsonaro.

“Los generales de cuatro estrellas están ‘sentados’ en la Constitución”, dice uno de los tres interlocutores de los miembros del Alto Mando del Ejército consultados.

Militares montan guardia en el Palacio de la Alvorada
Militares montan guardia en el Palacio de la Alvorada - Créditos: @Eraldo Peres

Otro resumió el estado de ánimo entre los dieciséis generales de cuatro estrellas: “El clima es absolutamente normal. La vida continúa”.

Un tercero, un general retirado, dijo que desde hace unas semanas los emisarios de Lula sondean el ambiente en vigor, en cafés y almuerzos aparentemente sin pretensiones, pero que han servido para enviar las señales militares de que Lula va a actuar para calmar los ánimos entre los Ejecutivo y las Fuerzas Armadas.

Debajo del generalato, sin embargo, hay frustración por lo que muchos de ellos llaman “falta de conciencia” o incluso “ignorancia del pueblo”, que no habría entendido “lo que estaba en juego” en la elección.

Bolsonaro, el 7 de septiembre pasado, durante un desfile militar
Bolsonaro, el 7 de septiembre pasado, durante un desfile militar - Créditos: @EVARISTO SA

Algunos de los coroneles y generales aún temen una supuesta disrupción de las Fuerzas Armadas mediante la intervención en las escuelas de formación y en el ascenso de oficiales.

Muchos aún no han olvidado ni perdonado dos iniciativas del gobierno de Dilma, recordadas ayer en los grupos castrenses.

El primero fue la instalación de la Comisión Nacional de la Verdad. El otro, un decreto firmado en 2015 que transfirió atribuciones de los oficiales al Ministro de Defensa, en ese momento PT Jaques Wagner.

El decreto, que luego fue revocado, le quitaba a las Fuerzas Armadas autonomía para reformar a los oficiales, trasladarlos a la reserva paga e incluso elegir capellanes.

No hay señal ni propuesta de que este tipo de iniciativas se vayan a retomar. Pero mientras no comience el gobierno de Lula, debería continuar cierta tensión entre los rangos inferiores.

Pero no habrá obstáculos a la transición del gobierno por parte de las Fuerzas Armadas. Los comandantes ya advirtieron a las tropas que no emprenderán aventuras golpistas.

Por Malu Gaspar