Miles de drusos lloran a los jóvenes muertos en un ataque en los Altos del Golán

Con el rostro compungido y lágrimas en los ojos, miles de drusos asistieron el domingo en la localidad de Majdal Shams, en los Altos del Golán, un territorio ocupado por Israel, al funeral de los jóvenes muertos la víspera por un cohete atribuido al Hezbolá libanés.

"Es la primera vez que ocurre una tragedia de esta magnitud aquí", dice Fadi Mahmud, un empresario de la construcción de 48 años, nativo de esta tierra poblada mayoritariamente por drusos a medio camino de Siria y Líbano.

"Estos niños son de todos aquí, todos nos conocemos, nuestra comunidad está muy unida", dice.

La comunidad drusa de Israel (una minoría de habla árabe de unas 150.000 personas) ha venido de todas partes, especialmente de Galilea, para rendir homenaje a las víctimas.

Algunos hicieron más de una hora en coche para encontrar a los suyos, todos vestidos de negro.

Cientos de notables y religiosos con ropas tradicionales acompañan la procesión mientras se oyen oraciones y cantos de luto.

"Dejen a nuestros hijos fuera de estas guerras", susurra una mujer entre sollozos.

Frente a los ataúdes, varios jóvenes portan retratos de los fallecidos que tenían entre 10 y 16 años y se encontraban en un campo de fútbol.

Según el ejército israelí, el cohete que mató a los jóvenes fue disparado desde Líbano por el movimiento islamista Hezbolá, apoyado por Irán. Era de fabricación iraní y llevaba una ojiva de 50 kilos que explotó en el suelo, junto a una zona de juegos.

En el lugar solo hay ahora bicicletas y motos carbonizadas.

- "Que la guerra se detenga" -

Algunos diputados de la Knéset, el parlamento israelí, vinieron a expresar sus condolencias y a responder preguntas a los numerosos periodistas.

Muchos de los que asisten al funeral temen la repercusión de la guerra que estalló el 7 de octubre entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza y sus consecuencias más allá del territorio palestino, en particular en esta ciudad cercana a la frontera con Líbano.

Desde entonces, hay combates casi a diario entre Hezbolá e Israel. El movimiento islamista libanés afirma apoyar a su aliado Hamás y a los palestinos de Gaza.

"El duelo de Majdal Shams fue causado por la guerra en curso [en Gaza] y debería unirnos a todos, mostrar que realmente necesitamos que la guerra se detenga", dice Ziyad, un hombre de 63 años que no quiso dar su apellido.

Algunos de los asistentes discuten entre ellos, reflejo de las divisiones dentro de esta comunidad, una rama del Islam chiíta, repartida en tres países.

"Siento que esto nos sobrepasa, tengo mucho miedo", dice Amani Safadi, una estudiante de 22 años que cuenta como los habitantes Majdal Shams llevan diez meses oyendo "todas las explosiones" del conflicto.

Según las autoridades israelíes, 22 soldados y 24 civiles han muerto por disparos de Hezbolá desde el 7 de octubre.

"Si teníamos un 10% de esperanza [de que la situación mejorara], ahora no tenemos ninguna", dice Salina Kablan, de 22 años, Su primo, Salman Srayaldeen, estaba cerca del campo de fútbol cuando cayó el cohete.

"Nos sentimos atrapados", agrega, "el pueblo druso es bueno y solo vivimos en esta tierra, somos civiles", asegura. "Desde ayer, la guerra también está aquí".

La joven espera que el Primer Ministro israelí viaje a Majdal Shams.

En un estadio al pie de la montaña se han instalado 12 sillas cubiertas de negro en el césped frente a un balón de fútbol, con una cinta negra. Cuando lo ven, muchos rompen a llorar.

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