Mil microsismos

Una nueva investigación documenta de forma sistemática los ataques rusos en Ucrania utilizando uno de los elementos más universales del campo de batalla: explosiones que sacuden la tierra.
Una nueva investigación documenta de forma sistemática los ataques rusos en Ucrania utilizando uno de los elementos más universales del campo de batalla: explosiones que sacuden la tierra.

Durante las primeras semanas de la guerra, las explosiones se sucedieron una tras otra, una serie implacable de bombardeos que resonaron por todo Kiev, Ucrania. Los residentes en el centro de la invasión rusa a Ucrania fueron obligados a protegerse bajo tierra en refugios improvisados.

Si bien la lucha por la capital de Ucrania es bien conocida, los investigadores han desarrollado una manera de comprender mejor la batalla a través de la captura de temblores sutiles debajo de la superficie terrestre, un método que podría mejorar nuestra comprensión de conflictos futuros.

Cuando Rusia realizó ataques aéreos, disparó artillería y misiles en el norte de Ucrania, se generaron ondas sísmicas. Por primera vez, investigadores en Noruega y Ucrania estudiaron datos de decenas de sensores sísmicos alrededor de Kiev y estimaron la posición y la fuerza de cada explosión para ver el alcance total del bombardeo ruso.

No hay una forma perfecta de hacer una crónica de una guerra, y el registro sísmico tiene lagunas. Los ataques más alejados de los sensores son muy propensos a pasar desapercibidos. Es posible que Ucrania haya provocado algunas de las explosiones. Además, la geología única de la ciudad de Kiev, construida sobre humedales y terrenos inundables, amortigua las señales de explosiones, afirmaron los investigadores.

Pero a diferencia del enfoque selectivo de los informes de guerra tradicionales, las detecciones sísmicas pueden rastrear explosiones en cualquier momento, capturando cientos de ataques que no se reportaron previamente. Además, las mediciones objetivas pueden evadir las distorsiones que se encuentran en los informes de las redes sociales y la propaganda agresiva de ambos lados.

“Es una manera de descubrir lo que sucedió que no involucra reportes anecdóticos”, afirmó Ben Dando, sismólogo de NORSAR, una fundación de investigación independiente en Noruega y autor principal de un artículo sobre el trabajo publicado en la revista Nature. “Son datos verificables que muestran qué pasó y dónde”.

Una mujer y su hija se preparan para evacuar su casa en Kúpiansk-Vuzlovi, Ucrania, el 3 de septiembre de 2023. (Lynsey Addario/The New York Times)
Una mujer y su hija se preparan para evacuar su casa en Kúpiansk-Vuzlovi, Ucrania, el 3 de septiembre de 2023. (Lynsey Addario/The New York Times)

Un ataque bien conocido ilustra cómo funciona la detección.

Durante el cuarto día de la guerra, se detectó una explosión en el aeropuerto de Hostómel, en las afueras de Kiev. Las imágenes satelitales del mismo día mostraron humo saliendo de uno de los hangares.

La fuerza de la explosión envió ondas sísmicas hacia dos docenas de sensores cercanos, el equivalente a un microsismo de magnitud 0,2.

Este bombardeo fue una de las más de 1000 explosiones detectadas durante una descarga constante las 24 horas del día en las primeras cinco semanas de la guerra.

Cuando el intento de Rusia por capturar Kiev fracasó y sus tropas se retiraron del norte de Ucrania a principios de abril, el ritmo de los bombardeos disminuyó. Pero Rusia continuó bombardeando infraestructuras civiles: atacó la estación de tren de Malyn en la madrugada del 20 de mayo e hirió a tres personas. Los investigadores dijeron que habían detectado tres explosiones distintas del ataque.

Los militares han utilizado durante mucho tiempo técnicas de teledetección para capturar lanzamientos de misiles, bombardeos y otros detalles del conflicto. Pero sus registros se mantienen en gran medida en secreto, y los investigadores afirmaron que hacen faltan investigaciones públicas sobre detecciones sísmicas de armamento convencional.

Usar la misma técnica en conflictos futuros podría ayudar a documentar violaciones a los derechos humanos en tiempos de guerra, explicó Sebastian Schutte, investigador principal del Instituto de Investigación para la Paz de Oslo que ha utilizado datos espaciales con el objetivo de investigar conflictos en todo el mundo. Por ejemplo, afirmó, podría usarse para documentar ataques de par controlado en los que un ataque contra una zona civil es seguido, después de un pequeño plazo, por un segundo ataque contra los trabajadores de rescate.

Schutte dijo que los datos también podrían guiar los esfuerzos de limpieza posterior a la guerra, ya que las áreas que experimentan grandes cantidades de explosiones inevitablemente contienen municiones sin explotar, “que a menudo matan civiles durante las décadas posteriores”.

Keith Koper, profesor de Geología y Geofísica de la Universidad de Utah y director de su observatorio de sismos, quien revisó el análisis, dijo que el trabajo parecía ser “cuidadoso y riguroso”. Sin embargo, afirmó que aunque hay cientos de sistemas sísmicos en todo el mundo, pocas zonas de guerra tienen sistemas sísmicos de alta calidad.

“Es una situación muy inusual. Por ejemplo, no hubo nada similar en Irak o Afganistán”, afirmó Koper.

Los investigadores determinaron la ubicación de una explosión con un margen de error de unos 3 kilómetros analizando el momento en que múltiples ondas sísmicas llegaron a cada sensor después de la detonación. También estimaron el tamaño de cada explosión, aunque esto fue más un cálculo aproximado.

Schutte afirmó que la estrategia actual para usar ondas sísmicas a fin de monitorear las guerras tenía limitaciones, porque requería “un sistema a gran escala que por casualidad se encuentre en una zona de guerra. Se necesita más investigación para que esta sea una solución fácilmente desplegable”.

“Pero aquí el vaso está bastante lleno”, dijo. “Los primeros telescopios, satélites y radares no podían ver mucho, pero todos provocaron décadas y siglos de progreso constante y ahora brindan datos invaluables. Esperemos que este enfoque también se desarrolle con el tiempo para que se logre revelar ataques intencionales contra civiles y así disuadir a los perpetradores”.

c.2023 The New York Times Company