Microbios, inesperados aliados para la degradación del plástico marino

Residuos plásticos en una playa. (Imagen creative commons vista en Pixabay).
Residuos plásticos en una playa. (Imagen creative commons vista en Pixabay).

El problema del plástico en nuestros océanos es tal que hay quien llama a la isla de residuos flotantes del Pacífico el séptimo continente. Es como para tomárselo en serio, de hecho el 70% de las basuras que acaban en el mar están fabricadas con plástico, que acaba por fragmentarse en diminutas esférulas que los peces se tragan. Obviamente este material termina por llegar a lo alto de la cadena trófica, es decir nosotros.

Pero ya me conocéis, soy un tipo optimista. Hace unos meses os anunciaba que tal vez hayamos encontrado la tecnología clave para revertir el calentamiento global (basado por cierto en tierras raras chinas, el arma con el que Trump no contaba en su guerra con Huawei) y hoy vengo a hablaros de unos inesperados aliados en la lucha contra el mencionado plástico que contamina nuestros océanos.

En efecto, un equipo de ecólogos griego acaba de descubrir que los microbios marinos nos están echando un cable en eso de degradar el plástico. ¿Cómo? Pues desintegrándolo a un ritmo lento pero perceptible.

Para realizar el estudio, los investigadores helenos tomaron muestras de plástico erosionado en dos playas diferentes de la ciudad de Chania (también conocida como La Canea) en la isla de Creta. Estos residuos ya habían estado expuestos por tanto al sol, lo que resquebraja su estructura a través de cierto proceso químico que acelera su degradación.

Parece ser que este paso previo es necesario para que los microbios comiencen a “alimentarse” del plástico. Por lo que puedo leer, las muestras tomadas incluían tanto al polietileno, el plástico más común que se emplea para fabricar las bolsas de la compra, como el poliestireno, que es un plástico más duro que se emplea para fabricar envases de alimentos pero también electrodomésticos, juguetes y componentes electrónicos.

El equipo de científicos cretense sumergió las muestras en agua salada que contenía microbios existentes de forma natural en los océanos, o bien microbios modificados mediante ingeniería genética en los que se empleó cepas provenientes de especies “comedoras de carbón” para mejorar su capacidad de degradación (lo que de hecho les obliga a sobrevivir únicamente a partir del carbono del plástico).

Tras esto, los científicos se sentaron a observar lo que sucedía durante cinco meses. ¿El resultado? Prometedor. Los dos tipos de plástico sufrieron una pérdida de peso significativa después de haber estado expuestos tanto a los microbios naturales como a los “mejorados”.

Los investigadores han informado sobre los cambios provocados por los microbios en la composición química del plástico, que han dado como resultado una pérdida del 7% en el peso del polietileno y del 11% en el peso del poliestireno.

Obviamente, el hallazgo mejora nuestras perspectivas de encontrar una solución estratégica para combatir las ingentes cantidades de plástico vertidas en los océanos. ¿Veremos en el futuro a barcos vertiendo en el océano cargas completas de microbios marinos “devoradores de basura”? No tan rápido, primero hay que medir la efectividad de esta hipotética solución a escala global.

Sea como sea, es bueno saber que contamos con ayudantes “diminutos” pero poderosos, frente a este problema gigante ¿verdad?

El trabajo del equipo dirigido por Nicolas Kalogerakis (Escuela de ingeniería medioambiental de la Universidad Técnica de Creta, Grecia) se ha publicado en Journal of Hazardous Materials.

Me enteré leyendo: Science.