Michael Cheika y el idioma de la mente para reconducir a los Pumas hacia la victoria
LE BAULE-ESCOUBLAC, Francia. Es encomiable que Michael Cheika intente hablar el idioma del seleccionado que dirige y que se anime al castellano para hablar con los periodistas argentinos. Sin embargo, en ese ensayo sus conceptos pierden la profundidad que poseen cuando los formula en inglés. El cocoliche con el que habla Cheika, mezcla de castellano, italiano y algunas palabras en inglés (so, well), se hace incomprensible cuando una pregunta requiere una explicación extensa y detallada. Está claro: lo importante es que lo entiendan los jugadores, no los periodistas, pero cuando surgen interrogantes que tienen que ver con su función, las palabras que llegan hacia el afuera del plantel son, en general, confusas.
Un ejemplo. La más clara explicación post partido con Inglaterra fue en inglés, cuando aseveró: “Todo lo que no tenía que salir mal, salió mal”. Cuando trató de hacerse entender en castellano dejó dudas –por el idioma, claro- de si había dimensionado el flojo encuentro que había disputado su equipo.
En la conferencia de prensa del sábado, antes del entrenamiento matutino en el complejo des Salines, hubo una muy buena pregunta que seguía la ruta de una declaración que había formulado Agustín Creevy unos días atrás, luego de la derrota con Inglaterra: “De la parte mental se encarga exclusivamente Michael”. El ex capitán también había revelado que ésta había sido la mejor preparación que tuvo en los cuatro Mundiales que lleva jugados. Se lo consultó a Cheika cómo trabajaba la parte mental y si podía describir con cuáles herramientas se manejaba.
“No es que hacemos un trabajo de estar todos los días dentro de la idea de estar claros en la cancha. No es como en el gym. Yo tengo un plan que lo vengo siguiendo, que tiene que ver con que cada acción es importante y que siempre hay que estar a nivel. Yo tengo mucha confianza en mi equipo”. Así como está expresado, suena a palabrerío, pero no hay dudas de que Chieka realiza un trabajo mental con los Pumas mucho más eficiente de lo que intenta que se le entienda.
El aspecto mental viene siendo un problema en el seleccionado argentino. Su inestabilidad en las producciones –un día le ganan a Inglaterra en Twickenham, a la semana siguiente se caen con un Gales débil; pierden por goleada con los All Blacks, al otro partido le ganan a los Wallabies de visitantes; el mismo debut con Inglaterra en este Mundial- responden generalmente a que el equipo se cae de la cabeza y, como consecuencia, enhebra un error tras otro. No es de ahora. Viene de la época de Daniel Hourcade y siguió con Mario Ledesma. Ninguno creyó que era necesario que un coach mental trabajara con el equipo.
Cheika, lo dicen los jugadores que fueron entrenados por él, es alguien que tiene una rica experiencia haciéndose cargo de la parte mental de sus equipos. Se lo considera un coach 360. Ha ganado títulos en el Norte y en el Sur, llegó a la final de un Mundial. Eso sí: no tiene ningún título ni curso que lo acredite como un especialista en ese rubro. Con Los Pumas tiene una prueba crucial, aún más después de lo frustrante que resultó el debut con Inglaterra.
“Un equipo es fuerte cuando puede volver de las dificultades. Es parte del rugby. Y parte de nuestro camino es cómo volvemos cuando las cosas no salen bien. Tengo que confianza que mi equipo sabrá cómo volver. No hay que plantarse en el futuro ni en el pasado”, agregó ayer esforzándose para que se le entienda la idea.
Los Pumas entraron ya en la recta final de la preparación con vistas al encuentro con Samoa, en Saint-Ètienne. “Estos días serán definitivos para definir el equipo”, consideró el australiano.
Por el lado de los jugadores, Emiliano Boffelli y Matías Alemanno coincidieron con lo que dijeron en estos días sus compañeros: la página de Inglaterra ya se dio vuelta y no quedan secuelas. Los jugadores están convencidos de que van por el buen camino, que están muy bien preparados y que están unidos para cumplir el sueño con el que arribaron a Francia: llegar hasta el final de la Copa del Mundo. El viernes, Samoa será el termómetro. Todo está por verse.