Miami City Ballet cierra su temporada con el regalo de un Balanchine nunca antes visto

El dicho cubano que se utiliza para despedir a los invitados al final de una fiesta, ‘Calabaza, calabaza, todo el mundo pa’ su casa!’ ... es una frase hecha que usted no asocia con George Balanchine. Pero eso es algo que el “Square Dance” reimaginado que abre el programa de cierre de temporada de Miami City Ballet (MCB) va a cambiar a partir de ahora.

“Este programa es un encuentro con los dos coreógrafos que han estado presentes en el repertorio de la compañía desde su fundación, George Balanchine y Jerome Robbins”, nos dice Lourdes López, directora artística de MCB. “De este último incluimos dos ballets, ‘Afternoon of a Faun’ y ‘Antique Epigraphs’, que frecuentemente se presentan juntos porque ambos utilizan música de Claude Debussy. ‘Symphony in Three Movements’ de Balanchine, que cierra la función, era parte de un programa que cancelamos por el COVID y teníamos pendiente. ‘Square Dance’ es un ballet que he tenido en mente hacer desde hace mucho tiempo y ahora por fin lo hemos logrado”.

El programa, bajo el nombre de “Entradas”, tuvo su estreno en el Kravis Center de West Palm Beach y se presentará del viernes 19 al domingo 21 mayo en el Arsht Center de Miami. La notable compositora y directora Tania León (Cuba, 1943), Premio Pulitzer 2021 y Kennedy Center Honor 2022, se encuentra en Miami para estar al frente de la orquesta en todas las funciones.

Tania León
Tania León

Conversamos con Lourdes después de haber presenciado un ensayo espléndido de “Square Dance”, en un montaje que está destinado a dar mucho de qué hablar por su carácter de propuesta artística sin precedentes. Sus búsquedas creativas de vanguardia, aún dentro de las reglas que impone el formato de una gran compañía de ballet como MCB, han caracterizado sus años al frente de la agrupación y la historia detrás de esta nueva puesta en escena de “Square Dance” no es la excepción.

Lourdes López y los bailarines de Miami City Ballet ensayando “Square Dance” de George Balanchine.
Lourdes López y los bailarines de Miami City Ballet ensayando “Square Dance” de George Balanchine.

“Algo que me interesaba muchísimo sobre ‘Square Dance’ era que al inicio tenía letras y que estas después desaparecieron”, afirma Lourdes. “No conozco exactamente cual fue la razón detrás de ese cambio, pero me imagino que en el 57, cuando el New York City Ballet estaba joven y se presentaba en un teatro más pequeño que el que hoy tiene, Balanchine estaba creando un repertorio para atraer al público y decirles, ‘esto es ballet clásico pero es también ballet norteamericano’. Creo que formó parte de su esfuerzo por crear una gestión de marca para la compañía, junto a “Western Symphony”, que es de 1954, y “Stars and stripes”, que se estrenaría en enero de 1958”.

El término square dance (cuadrilla, en español) identifica a un baile popular con parejas de bailarines dispuestas a cada lado de un cuadrado. Los historiadores de la danza ubican su aparición en la Inglaterra del siglo XVII y bajo nombres diferentes, fue muy popular en toda Europa. Llegó a Norteamérica con los primeros colonos y aún siendo un producto de origen multicultural, hoy en día es considerado una expresión folclórica estadounidense.

Un componente fundamental de la square dance es la presencia de un caller (llamador o apuntador, mejor conocido como bastonero) que funciona como una especie de maestro de ceremonias y ayuda a recordar los pasos y movimientos propios de cada rutina.

Renan Cerdeiro en el solo masculino creado por George Balanchine para el “Square Dance” de 1976.
Renan Cerdeiro en el solo masculino creado por George Balanchine para el “Square Dance” de 1976.

En el ballet “Square Dance”, que en 1957 se estrenó con los músicos y el caller en escena, Balanchine unió las tradiciones de la danza folclórica estadounidense con la danza académica neoclásica. Las letras a las que Lourdes hace referencia es el texto utilizado por el caller al dar las voces de mando de cada figura en la danza.

“Square Dance “ dejó de presentarse en 1960 pero en 1976 Balanchine lo repone, con la compañía ya actuando en el New York State Theater, que es un teatro mucho más grande. “Y en ese momento, el ballet se transforma en algo diferente”, comenta Lourdes. Probablemente, la aceptación alcanzada por su manera de hacer como un logro de la cultura norteamericana hizo que Balanchine no considerara necesario insistir sobre la americanidad de su propuesta.

Con los músicos en el foso de orquesta del teatro interpretando la música barroca de Antonio Vivaldi y Arcangelo Corelli, sin el caller y con una variación masculina que no estaba en el original, el “Square Dance” de 1976 es una propuesta donde la americanidad ha perdido fuerza.

Jennifer Lauren y Renan Cerdeiro en “Square Dance” de George Balanchine.
Jennifer Lauren y Renan Cerdeiro en “Square Dance” de George Balanchine.

“En el 76, el ballet se transforma en algo completamente diferente. Más rígido, más formal. Es un ballet lindo, pero que para mí perdió algo. No sé, cuando veo el video de la primera versión, veo un ballet muy agradable, mucho más suelto”, comenta Lourdes.

“Pero cuando me pongo a leer lo que dice el caller, descubro que hay cosas que no se pueden decir ahora, estamos en otros tiempos, el mundo ha cambiado”, relata.“Entonces le pedí autorización al Balanchine Trust, para encontrar a alguien que escribiera nuevas letras y que fueran bilingües. Algo de Miami, algo hispano y americano a la vez, algo escrito para ser dicho en el lenguaje coloquial de ahora. Nos dieron permiso para hacerlo y así fue como hace un año y medio comenzamos a buscar a esa persona”.

“Una persona que se hubiera criado aquí en Miami, que fuera hispano y joven”, puntualiza. “Hablé con mucha gente pero nada. Y un día, conversando con Wendall Harrington -autora de los diseños para “A Midsummer Night’s Dream”, “Nutcracker” y “Firebird”- le comenté que iba a tener que buscar otro ballet, porque no encontraba a la persona indicada, y me dijo, ‘yo creo que tengo alguien que está en la Universidad de Yale, que es muy talentoso, se crió en Miami y era alumno mío’. Y así fue como entré en contacto con Rudi Goblen”.

Goblen (Nicaragua, 1981) es un reconocido dramaturgo, director, poeta e intérprete, aclamado como B-Boy con su grupo Flipside Kings y miembro fundador de Teo Castellanos D-Projects y el Rosie Herrera Dance Theatre.

“A Rudi le interesó el proyecto y estuvo una semana con nosotros, viendo los ensayos. Le dimos toda la información que teníamos sobre ‘Square Dance’ y nos pasamos horas y horas viendo videos, hablando de lo que es ser latino en Miami, hablando de la compañía, hablando de ballet, de lo que podríamos decir y cómo decirlo”. El resto es historia.

Jennifer Lauren y tres de las parejas que la acompañan en “Square Dance” de George Balanchine.
Jennifer Lauren y tres de las parejas que la acompañan en “Square Dance” de George Balanchine.

El resultado es una puesta en escena para 14 bailarines y un caller como en 1957, pero con la variación masculina de 1976, los músicos en el foso de la orquesta y las voces de mando en el más puro espanglish floridano. Así las cosas, este “Square Dance” es el regalo de un Balanchine nunca antes visto.

La acción del ballet tiene lugar ahora en Miami (“A medida que se pone el sol de Miami, la gente se reúne alrededor”, dice el texto de Rudi que Lourdes tiene la amabilidad de compartir con nosotros), el caller exclama “the sun is down! the beach is blue! a bailar!” ... y comienza la fiesta.

Definitivamente, una fiesta a la que están invitados todos los miamenses, porque para ellos ha sido organizado el baile.

Miami City Ballet en el Adrienne Arsht Center, 1300 Biscayne Blvd., Miami, FL 33132. Viernes 19, 7:30 p.m., sábado 20, 7:30 p.m. y domingo 21, 2 p.m. Para entradas visite https://tickets.miamicityballet.org/entradasarsht/ Para más información visite https://www.miamicityballet.org

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