Cómo es por dentro la mezquita más grande del sudeste asiático que recibirá al Papa Francisco
YAKARTA.- La mezquita de Istiqlal es impactante. Su cúpula, la más grande del mundo, de 45 metros y sostenida por 12 inmensas columnas, de noche se ilumina con los colores de Indonesia, rojo y blanco. Tiene cinco pisos, una torre de 66,66 metros, en referencia al número de versos del Corán, que son 6666 y en su interior tiene una imponente sala de oración rectangular, recubierta por una alfombra roja que, como indica el islam, sólo puede ser pisada con pies descalzos y está dividida en una sección para mujeres, que deben entrar con el pelo cubierto, y otra para los hombres.
Lo curioso es que esta mezquita, que es la más grande del sudeste asiático, con siete ingresos que simbolizan los “siete cielos del islam”, en otro ejemplo de la buena convivencia que hay aquí entre la mayoría islámica -tolerante y abierta- y las minorías, fue proyectada en 1954 por el arquitecto cristiano Friedrich Silaban. Hicieron falta 17 años para su construcción y es hoy no sólo una parada de fieles musulmanes de toda la región y el mundo, sino también, de turistas de todo el planeta.
“Estuvieron [Barack] Obama, Lady Di, el rey Carlos de Inglaterra, Xi Jinping”, contó con orgullo Gugun Gumilar, jefe de comunicación de esta mezquita, que acompañó LA NACION y otro puñado de periodistas a una recorrida por un lugar sin dudas impactante y distinto. En otro reflejo de la apertura y tolerancia del islam asiático-indonesio, fue posible ingresar al inmenso templo, que puede albergar hasta a 200.000 fieles, durante la oración de la tarde.
También sorprende descubrir que la mezquita Istiqlal -que se levanta frente a la catedral de Yakarta para dar un mensaje de armonía y ocupa 15 hectáreas-, es mucho más que un sitio de oración.
“Tenemos un gimnasio, una biblioteca nacional, ayudamos y damos asistencia a los pobres y ofrecemos estudios no sólo sobre el islam, un islam abierto, tolerante, porque somos todos partes de la misma humanidad y hay un solo dios, sino sobre diálogo interreligioso, sobre lenguaje hebreo, árabe, arameo y otros idiomas”, explicó Gumilar.
En una recorrida, no sólo sorprendió ver, a lo largo de un pasillo, sillones masajeadores para relajarse utilizados por hombres y mujeres y un gimnasio con aparatos de todo tipo, sino, también, un espacio, con bancos, computadoras, libros y pantallas, auspiciado por la embajada de Estados Unidos y otro, por la embajada de China.
“Somos todos hermanos, debemos vivir todos en paz y respeto y esta es la primera mezquita del mundo donde, además de todo lo que han visto, hay un espacio estadounidense”, destacó Gumilar, una de las 260 personas que trabajan en la imponente y sorprendente mezquita.
El gran imán de Istiqlal, el profesor Nasarruddin Umar, académico doctorado en la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, y con estudios en otras instituciones europeas, que está a cargo también del millón de mezquitas que hay en Indonesia, precisó que todos los días se acercan a rezar unas 50.000 personas.
“Los viernes, el día sagrado para los musulmanes, pueden llegar a venir 200.000″, precisó el gran imán, que habló con LA NACION pese a estar trabajando a todo ritmo para ultimar los preparativos para el encuentro interreligioso que protagonizará este jueves el Papa en su predio, en una carpa blanca montada en su parte externa.
Refuerzos de seguridad
En vista del evento, el gran imán estaba conversando con el ministro Rycko Amelza Dahniel, titular de la agencia nacional para el contraterrorismo, encargado de la seguridad de una cita clave, en la que se firmará una declaración y a la que fueron invitados representantes de las diversas religiones y autoridades políticas.
“Va a haber 300 personas y mucha seguridad por eso y porque, aunque nuestro islam es famoso por su tolerancia, nunca se pueden descartar atentados terroristas”, dijo el gran imán, que destacó, de todos modos, que se han reducido este tipo de ataques de parte de grupos fundamentalistas en los últimos diez años.
La mezquita Istiq’al de Yakarta, la más grande del sudeste asiático (entran 200.000 personas), que tiene la cúpula más grande del mundo, impresionante 🇮🇩 pic.twitter.com/8LjQF2bqaI
— Elisabetta Piqué (@bettapique) September 3, 2024
Es justamente para contrarrestar la latente amenaza extremista que, desde su lugar, la mezquita de Istiqlal, como institución, fomenta el diálogo y las discusiones interreligiosas. De hecho, en la mezquita incluso suelen reunir a los embajadores de todo el mundo para hablar de “diplomacia religiosa”, reveló el gran imán, en otra iniciativa sin precedente.
“Muy feliz” por la visita del Papa, a quien ya conoció en el Vaticano, preguntado acerca de qué es lo que más le impacta del líder católico argentino, el gran imán señaló dos aspectos. “Los dos estamos preocupados por los marginados y por el empoderamiento de las mujeres”, subrayó el líder religioso, que reveló, finalmente, que en su mezquita también dan cursos especiales para que las mujeres musulmanas se conviertan en “ulemas” (doctoras en ley islámica). “No hay ningún otro país que hace esto y hasta en la Universidad de Al-Azhar, en Egipto, quieren aprender de nuestra experiencia nuestra”, concluyó.