Tras dos meses, 45.000 palestinos siguen desplazados en Cisjordania: "Tememos otra Nakba"

Jerusalén, 20 mar (EFE).- Mañana se cumplen dos meses desde el inicio de la ofensiva militar israelí 'Muro de Hierro' contra el campamento de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania ocupada, que después se extendió a los campamentos de Tulkarem y Tubas. Desde entonces, al menos 57 palestinos han muerto y unos 45.000 siguen forzosamente desplazados de sus casas en lo que muchos temen que se convierta en una segunda Nakba.

"Nos informaron de la demolición de unas 70 nuevas casas en el campamento de Yenín", dijo anoche a EFE la alcaldía de la urbe homónima, que confirmó que el Ejército israelí está alterando la estructura del campamento pavimentando nuevas calles para el movimiento de sus fuerzas.

En total, unas 600 casas han sido demolidas o dañadas en el campamento convertido en una ciudad desierta, mientras que las calles han sido arrasadas por pesadas excavadoras militares y hoy son solo montículos de barro intransitables.

Solo del campamento de refugiados de Yenín unas 21.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas, en la que es ya la operación militar más larga en más dos décadas en Cisjordania. Dentro, en las estrechas callejuelas del campamento, nadie sabe con certeza qué esta pasando.

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Familias enteras desplazadas llevan meses viviendo en un centro comunitario municipal, alquilando en la periferia o conviviendo con familiares lejos del asediado campamento.

Varios factores convierten esta ofensiva en una sin precedentes: la llegada de un pelotón de tanques israelíes a la urbe de Yenín a finales de febrero, la destrucción generalizada y simultánea de varios campamentos o el hecho de que Israel haya advertido que los palestinos no podrán volver a sus casas en todo 2025.

Otros 24.000 desplazados en Tulkarem

La operación militar cumplió hoy 53 días consecutivos en la ciudad y el campamento de Tulkarem, y 40 días en el de Nur Shams, a pocos kilómetros del primero. Combinados, unas 24.000 personas han sido forzosamente desplazadas de ambos.

A fecha de 6 de marzo, las fuerzas israelíes han demolido al menos 27 viviendas en el campamento de Nur Shams, lo que según los equipos de emergencia de la Media Luna ha causado daños en numerosos edificios aledaños. En el campamento de Tulkarem, al menos otras 14 casas han sido derrumbadas, si bien la cifra real se desconoce.

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Una de las casas derruidas en Nur Shams es la del palestino Mustafa Shahab, de 54 años, quien asegura a EFE al teléfono que el Ejército israelí solo le dio entre dos y tres horas para recoger sus cosas e irse. "No fue suficiente", dice.

Al igual que muchas otras familias palestinas, que van edificando por plantas, Shahab dice que en la planta baja vivía la familia de su hijo, en la primera la suya y en el tercer piso la de su otro hijo. Una cuarta planta, detalla, estaba en construcción.

Cuando los israelíes les obligaron a irse, 10 personas se quedaron a la intemperie: todos familiares suyos.

"Ahora estamos dispersos entre las casas de familiares en Tulkaram, Nablus y otros lugares. Lloramos todos los días por nuestras casas, por nuestros recuerdos", dice el palestino, abuelo y padre de tres hijos.

"Tememos que se repita la Nakba de 1948, es decir, que nos expulsen de nuestras casas, de Nur Shams, y no nos permitan regresar”, lamenta Shahab, en alusión a la guerra árabe-israelí que supuso la huida o expulsión de unos 750.000 palestinos, dos tercios de quienes vivían en el territorio que acababa de convertirse en Israel.

Patricia Martínez Sastre

(c) Agencia EFE