El mensaje del hijo de Jorge Julio López al enterarse del fallecimiento de Miguel Etchecolatz

La última foto de Rubén junto a su padre, Jorge Julio López
La última foto de Rubén junto a su padre, Jorge Julio López

Rubén López, hijo de Jorge Julio López, desparecido en 2006 tras declarar en los juicios por delitos de lesa humanidad contra Miguel Etchecolatz, lamentó hoy que el genocida “haya muerto sin decir dónde están” muchos de los desaparecidos durante la última dictadura cívico militar. “Se fue sin aceptar su culpa”, afirmó en breve texto que publicó en las redes sociales.

“¡Lamento mucho su muerte! ¡Lamento mucho que se murió sin decir nada! Lamento mucho que no dijo dónde están los desaparecidos, no dijo dónde está Clara Anahí. ¡Se fue sin aceptar su culpa, se fue sin terminar de ser Juzgado por otras causas!”, escribió López en Instagram.

Más tarde, en una entrevista con la agencia Télam, dijo estar conmocionado por la noticia de la muerte del exdirector de la Policía Bonaerense y mano derecha del general de brigada Ramón Camps durante la última dictadura cívico militar. “Tengo una especie de dolor de estómago, estoy nervioso. No es por tristeza, pero tampoco es por alegría porque se haya muerto una persona que quizá fue culpable de la desaparición de mi viejo. Es muy difícil explicar el sentimiento que tengo en este momento”, manifestó.

Luego, rememoró que Etchecolatz “desapareció a muchas personas, a muchos chicos de la Noche de los Lápices, torturó a muchos otros y se llevó a la tumba el secreto de dónde está Clara Anahí, la nieta de (Isabel Chorobik) ‘Chicha’ Mariani” y apuntó que “estaba cumpliendo 9 condenas a perpetua, pero le faltaban un par más”.

Y agregó: “Lamento que Etchecolatz, un ser nefasto, se haya muerto sin decir nada, sin decir dónde están los desaparecidos, porque nunca aceptó sus crímenes, porque no dijo dónde está Clara Anahí, por mi viejo y las demás víctimas”.

Con relación a la búsqueda de su padre, López señaló más tarde en diálogo con Radio 10: “La esperanza no la voy a perder nunca. Si bien a esta altura yo sé que mi viejo seguramente con vida no está, encontrarlo sería empezar el duelo, como dicen los psicólogos. Quizás el dolor es que había una esperanza de que él en algún momento admitiera o dijera algo. Tal vez a partir de hoy va a ser un poco más difícil”.

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