“La memoria infinita”: la entrañable historia de amor y alzhéimer que retrata el aclamado documental chileno que compite en los Oscar

Augusto Góngora y Paulina Urrutia
El documental “La memoria infinita” está nominado a los premios Goya.

“La memoria infinita” cuenta una historia de amor.

La historia de amor de una pareja de chilenos, la actriz Paulina Urrutia y el periodista Augusto Góngora, que compartieron la vida durante 25 años y dejaron un registro de cómo fue la última etapa de su viaje juntos luego de que él fuera diagnosticado con alzhéimer a los 62 años.

Augusto “fue el primero que quiso hacer esta película, porque sabía que compartir su fragilidad y la forma en que él y Paulina la enfrentaban a través de un amor muy auténtico, traería luz a otros”, relató Maite Alberdi, directora de la aclamada cinta, que aspira este domingo a hacerse con el premio a la mejor película documental en la 96ª edición de los Oscar.

“Todos necesitamos pasar por un ejercicio de memoria en algún momento, como individuos y como sociedad para poder avanzar”, dijo la cineasta chilena sobre la cinta que en enero de este año se llevó el Gran Premio del Jurado en la Competencia Mundial de Cine Documental en el Festival de Cine Sundance.

Tan hermosa como desgarradora, según la crítica especializada, la cinta retrata una historia universal en la que una mujer le recuerda constantemente a su pareja la historia de quién es él, cómo fue su vida, quién es ella, por qué están juntos…

Como si se tratara de una novela que merece ser contada una y otra vez.

-¿Y tú quién eres?, pregunta él un día cualquiera al despertar en la cama donde dormían juntos.

-¿Quién soy yo?, le dice ella. -Yo soy la Pauli.

-¿La Pauli?, contesta él. Y se ríe. -Aquí estoy yo, Góngora.

-Tú eres Augusto Góngora.

-Sí, responde.

-Ahora te voy a sorprender, le dice ella. -Yo soy una persona que ha venido aquí para recordar, para que recuerdes.

-¿Para que recuerde?, pregunta él.

-Sí, para que recuerdes quién fue Augusto Góngora.

Augusto Góngora y Paulina Urrutia
Augusto Góngora murió en mayo de este año.

Góngora, que murió en mayo de 2023 -cuando ya se había estrenado la película-, fue un destacado periodista que en los años 80 participó en noticieros clandestinos en pleno régimen militar y que en las siguientes décadas se dedicó a la difusión cultural.

Urrutia es una destacada actriz con una larga trayectoria en las tablas, el cine y la televisión, directora teatral, académica y fue ministra de Cultura durante el primer gobierno de Michele Bachelet (2006-2010).

Haciendo un retrato íntimo de la memoria personal y colectiva, la cinta se convirtió en el documental nacional más visto en la historia del cine chileno, y se estrenó en Netflix.

-Nosotros nos conocimos hace más de 20 años, continúa el diálogo en la cama.

-¿20 años?, pregunta Góngora. -No poh, dice incrédulo pero contento. Y los dos ríen a carcajadas.

-Te juro, dice ella. -¿Y sabes qué?, esta pieza (habitación) es nuestra pieza, porque nosotros estamos casados.

-¿Casados?, pregunta Góngora sorprendido mirándola a los ojos con una sonrisa ancha en el rostro.

-Te casaste conmigo.

-¿Contigo?

-Sí.

-¿Y después no?

-Nos casamos y hasta el momento no te has separado de mí. Góngora sonríe y dice aliviado -qué bueno.

“No tenía vergüenza”

Augusto Góngora y Paulina Urrutia
Augusto Góngora y Paulina Urrutia

Apasionado por el cine, los libros, el arte y la vida, Góngora había contado la vida de tantas otras personas que no le pareció extraño dejar un testimonio audiovisual de su propia historia, consciente de que su memoria se iría apagando lentamente.

“Él fue muy claro en decir que no tenía vergüenza de exponerse, porque conocía muy bien el mundo de los documentales y, además, porque fue productor ejecutivo de muchos programas", contó Urrutia en una entrevista con el programa Outlook de la BBC.

“El lenguaje audiovisual era su manera de expresarse”, dice.

Aunque inicialmente ella se opuso a la película porque se sentía responsable de la exposición pública de su pareja, finalmente accedió y ahora, mirando en retrospectiva, piensa que fue la decisión correcta.

A partir del documental, explica, se está generando un “ejercicio de memoria” en muchas otras personas. "Abrió una ventana para que las personas hablen de estos temas que son tabú".

“Yo creo que la gente le tiene más miedo al alzhéimer que a la muerte”, señala la actriz.

Para ella, que Augusto participara en el documental fue un “acto de coherencia”. “Él decidió registrar su propio testimonio, su propio dolor, sus momentos más difíciles”.

"Volver a sentirlo vivo"

Afiche de la película
La película se llevó el Gran Premio del Jurado en la Competencia Mundial de Cine Documental en el Festival de Cine Sundance.

El documental dirigido por Maite Alberdi ("El Agente Topo" -nominada al Oscar en 2021-, "La Once", "Los niños", "El salvavidas") también explora el tema de la memoria como país, justamente cuando en el 2023 se cumplieron 50 años del golpe de Estado en Chile.

Góngora desempeñó un papel activo en la denuncia de violaciones a los derechos humanos en aquella época.

Por otro lado, cuenta Urrutia, la cinta ha resonado entre los jóvenes por su fuerte contenido emocional.

“Para ellos esta película es una historia de amor”, dice.

Y en su experiencia íntima, afirma que la película le ha dado una gran sorpresa.

“Lo que me regala a mí, personalmente, es volver a sentirlo vivo”.

La actriz y exministra reconoce que pasaron por momentos muy difíciles después de que le diagnosticaron la enfermedad a comienzos de 2014, pero también vivieron “momentos muy bellos”.

“El momento que más me gustaba del día era cuando me acostaba con él y podía tomarle su mano y dormir juntos”.

Y despertar con él.

“Nunca dejé de conectarme con él como su mujer. Nunca dejé de besarlo, de tocarlo, de hacerle cariño, de olerlo, de sentir su corazón en el pecho. Nunca dejé de conectarme, nunca dejé de amarlo”.

Paulina Urrutia lo acompañó durante todo el desarrollo de su alzhéimer, hasta su partida.

“Esta enfermedad es una muerte en cámara lenta”, asegura. "Y lo bonito de la película, es que uno puede darse cuenta de que no hay que vivirlo como si fuera un drama”.

“Aprendí que nada es tan terrible, que la enfermedad tiene momentos bien duros, pero que también tiene cosas maravillosas”.

“Al final, tarde o temprano nos vamos a enfermar, nos vamos a deteriorar, vamos a depender de alguien y vamos a morir. Eso es lo natural”.

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