Memoria histórica: una herramienta para combatir las lgbtfobias

Hace unas semanas tuve el privilegio de escuchar, en un evento en el Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México, a cuatro personas a quienes la población LGBTI+ en nuestro país les debemos mucho. Juan Jacobo Hernández, Lola Dejavú, Reyna Barrera y Jaime Cobián recibían un reconocimiento a su trayectoria como activistas a favor de las personas LGBTI+ en México. Fue un encuentro entre generaciones en el que, de alguna forma, entendíamos que el trabajo y camino abierto por estas personas no podía darse por sentado y que ahora nos tocaba a nosotras tomar la estafeta y seguir luchando por nuestros derechos.

Traigo a colación este encuentro intergeneracional porque, con sus respectivos estilos y formas, Juan Jacobo, Lola, Reyna y Jaime nos mandaron un mensaje claro a quienes estábamos ahí presentes: es momento de reflexionar sobre la importancia de la memoria histórica como una herramienta para seguir nuestro camino. No podemos seguir adelante sin voltear a ver nuestras raíces. Las nuevas generaciones necesitamos conocer, reconocer y aprender del pasado, honrar a aquellas personas que dieron su vida, a veces de manera literal, por nuestros derechos y comprender la urgencia de seguir trabajando por una sociedad más inclusiva y menos violenta.

En el marco del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia vale la pena detenernos un momento y, al tiempo que nos proyectamos e imaginamos un futuro libre de las violencias que enfrentamos todos los días, las personas LGBTI+ revisemos nuestro pasado y encontremos en él una herramienta potente para generar ese cambio que tanto anhelamos.

De acuerdo con Letra S, i en el año 2021 se registraron al menos 78 muertes violentas de personas LGBTI+ en el país. En suma, entre 2017 y 2021, esta misma organización calcula que al menos 461 personas sexodiversas ha sido asesinadas en México. Esta fotografía nos habla de esa manifestación extrema de la violencia pero que, en ninguna circunstancia, se limita a ser la única. Las personas LGBTI+ enfrentamos todos los días en casi todos los espacios lo que hemos llamado “violencias cotidianas” (por su frecuencia y presencia en la vida cotidiana de las personas).

No pretendo llenar de estadísticas y números interminables que muestran lo complejo de la experiencia LGBTI+ (ya habrá otro momento), sino justamente aprovechar el espacio para reflexionar que, si nos imaginamos a un México libre, justo y seguro, tenemos que recordar el sentido de nuestras luchas: por qué, para qué y por quién lo hacemos. La memoria histórica puede ser, en efecto, una herramienta que, al tiempo que nos enfrenta a los momentos duros de nuestra historia, nos permite reconocer los avances y logros alcanzados en la persecución de nuestros derechos.

Una revisión de nuestro pasado nos ayuda comprender de dónde venimos y a dibujarnos un camino mucho más claro de a dónde queremos llegar. Retomar nuestras raíces y honrar a nuestra gente puede convertirse en una herramienta potente para combatir las lgbtfobias en nuestro país.

Hago un llamado a todas las personas sexodiversas a que hoy, 17 de mayo, reflexionemos y retomemos nuestra memoria histórica. Recordemos a nuestra gente, a quienes ya no están en nuestras casas, a quienes no regresaron. Recordemos a quienes dieron su vida para que hoy nosotras, tú y yo, podamos existir en un mundo un poco más habitable. No olvidemos a quienes nos trajeron aquí, porque sólo así podremos garantizar la construcción de un futuro que durante mucho tiempo nos ha sido negado. Porque una cosa tendrá que estar muy clara: no hay marcha atrás. Las nuevas generaciones con un sentido de memoria histórica podrán construir ese país que tanto hemos soñado.

En consonancia con el lema escogido por Naciones Unidas para este día, “Juntos siempre: unidos en la diversidad”, tendremos que trabajar para diseñar un mundo que nos recuerde todos los días que nuestras historias también son bonitas, que también pueden y deben celebrarse y que, sobre todo, son dignas de contarse. Resignifiquemos y encontremos un nuevo y mejor sentido a nuestras luchas, que son muchas, son diversas y son todas necesarias.

Quiero aprovechar para agradecer, a nombre de ADIL (Alianza por la Diversidad e Inclusión Laboral), a Animal Político por prestarnos este espacio. Es un espacio que usaremos con absoluto respeto y con la intención de subir a la conversación pública las historias y agendas de las personas que conformamos esta familia. Aquí, querida lectora, querido lector, encontrarás el valor de la diversidad en la mayor de sus expresiones. Este micrófono, que hoy nos prestan, se usará para traer a la mesa historias que no siempre han sido contadas, pero que ya va siendo hora de que se cuenten. Puedes conocer a parte del equipo que estará colaborando en este espacio y sobre nuestro trabajo, aquí.

* Angel Candia (@angelcandiac) es conferencista, terapeuta sexual, conductor y socio consultor de ADIL, Alianza por la Diversidad e Inclusión Laboral (@ADILdiversidad) empresa que desarrolla estrategias consultivas y educativas para promover espacios laborales seguros para todas las personas. Forma parte del equipo certificador de “Equidad MX: Mejores Lugares para trabajar LGBTQ”, de la Fundación Human Rights Campaign. Además, trabaja en el desarrollo de políticas públicas en materia de estrategias de prevención de VIH y fue parte del equipo que diseñó y negoció el Nuevo Paradigma en VIH. Tiene un podcast llamado Sexcandala, en el que se han puesto sobre la mesa temas sobre sexualidad, salud mental, derechos, diversidad e inclusión, que llega a miles de personas cada semana.

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