En memoria de nuestro colega Alberto Franquiz. Un amigo tan brillante como generoso

Si usted hubiera pedido a 10 personas del Miami Herald que describieran el trabajo de Alberto “Bert” Franquiz, habría recibido 10 respuestas diferentes, y al menos una habría sido: “Hace que la magia suceda”.

La noticia de que Bert falleció repentinamente el 30 de octubre debido a complicaciones de una intervención quirúrgica conmocionó y entristeció a sus colegas. Tenía 55 años.

El cargo oficial de Bert era director de Poductos Interactivos. Pero, en realidad, el veterano de 25 años en la Redacción realizaba varias tareas en un día cualquiera. Bert formó parte del equipo del Herald que ganó el Premio Pulitzer 2022 por la cobertura informativa de última hora del derrumbe del edificio de condominios de Surfside. Fue la fuerza detrás de la plataforma en línea que presenta a los ganadores del premio anual Silver Knights del Herald. Construyó —y actualizó constantemente— los rastreadores de COVID-19 del Herald. Presentó los resultados nocturnos de las elecciones y las clasificaciones “Munch Madness” de los restaurantes favoritos de los habitantes del sur de la Florida. Rastreó la desinformación.

Mantuvo los servidores del Herald y mantuvo vivas importantes bases de datos. Y cuando algo se averiaba en el portal digital, el consejo era siempre: “Llama a Bert, él encontrará la manera de solucionarlo”. Y casi siempre lo hacía.

“No había nada que Bert no pudiera hacer”, dijo uno de sus antiguos jefes en el Herald, Eddie Álvarez, quien ahora es vicepresidente de McClatchy. “No importaba lo descabellada que fuera la idea o lo ajustado del plazo, siempre encontraba la manera de llevarla a cabo”.

Bert era muchas cosas diferentes para las personas que le querían: un amigo leal, un buen hijo y cuidador de su madre, un maestro del Wordle y un genio del Jeopardy, por nombrar algunas.

Para su familia de Herald, Bert será recordado como un genio discreto y despreocupado, de espíritu generoso. Como dijo recientemente otro colega, Bert era brillante, sardónico y “mejor en todo de lo que quería que la gente supiera”.

Al parecer, siempre fue así.

Bert creció en la zona de Miami, asistió a la Immaculate Conception Catholic School y a Monsignor Edward Pace High School. Según lo contaba Bert, se inició en el periodismo cuando trabajaba como encargado en el salón recreativo Fun-O-Rama, un empleo que siguió a varios intentos fallidos de estudiar Ingeniería, Administración de Empresas y Computación.

“Entre hacer pequeños arreglos en los juegos, rascar chicle de la alfombra y desatascar fichas, tenía bastante tiempo libre. Así que todas las mañanas me llevaba un ejemplar del Miami Herald al trabajo y lo leía de cabo a rabo”, escribió Bert en una ocasión en un correo electrónico a sus colegas del Herald.

Cuando decidió “volver a estudiar en serio”, Bert se especializó en Periodismo Escrito en la Universidad Internacional de la Florida y se graduó en 2001. Trabajó en el periódico estudiantil, el Beacon, donde descubrió su aversión a entrevistar a políticos y conoció a algunos de los editores del Herald, como el difunto Mike McQueen, que se convirtió en su asesor estudiantil.

Albert
Albert

Bert empezó en el Herald en el departamento de Noticias en Línea, corrigiendo erratas y añadiendo fotos a los artículos que se publicaban automáticamente en el portal digital cada noche. A lo largo de los años, desempeñó un papel silencioso en casi todos los proyectos importantes del Herald, desde los más caprichosos hasta las noticias más impactantes. Bert aprendía rápidamente nuevas herramientas, lo que lo convertía en un miembro inestimable del equipo del Herald.

“Era el tipo de persona que, si le proponías algo un viernes y te decía que no sabía cómo hacerlo, te sorprendía el lunes siguiente con un prototipo”, dijo Alex Fuentes, ex vicepresidente de interactividad y marketing.

Bert se ganó el apodo de “Sunshine” otorgado por un ex gerente, dijo Fuentes. Y, añadió, “realmente lo era”.

A Bert le sobreviven su madre, Carmen Pérez, y su hermano, Antonio Franquiz.

Los servicios funerarios se celebrarán el 30 de noviembre a las 11 a.m. en la Iglesia Católica de Santo Tomás Apóstol, en South Miami.