La mayoría conservadora de la Corte de EE.UU. acelera a fondo, barre con todo y da inicio a una nueva era

Agentes vigilan el exterior de la Corte Suprema, en Washington, el viernes 24 de junio de 2022, después de que decidiera anular el fallo Roe vs. Wade que atañe al derecho de las mujeres al aborto en Estados Unidos.
Agentes vigilan el exterior de la Corte Suprema, en Washington, el viernes 24 de junio de 2022, después de que decidiera anular el fallo Roe vs. Wade que atañe al derecho de las mujeres al aborto en Estados Unidos.

WASHINGTON.- La avalancha de cambios que logró la mayoría conservadora de la Suprema Corte de Estados Unidos durante el año judicial que acaba de concluir atañe a todos los ámbitos de la vida de los norteamericanos y suscita comparaciones con las decisiones más trascendentes en la historia del máximo tribunal.

Su punto álgido y distintivo –barrer con el derecho constitucional al aborto garantizado por un fallo de la Corte de hace 50 años, conocido como Roe v. Wade– habría bastado para dejar signado este periodo. La resolución de la Corte en el caso Dos v. Jackson Women’s Health Organization fue una decisión inusual cuyo impacto se hizo sentir de inmediato: en pocas horas, los estados gobernados por republicanos empezaron a prohibir los abortos por elección. Pero sus consecuencias también se prolongarán durante años.

Pero en el último año, los supremos de una Corte que muchos académicos consideran como la más conservadora en décadas hicieron mucho más que eso.

 Manifestantes tanto a favor como en contra del aborto se congregan fuera de la Corte Suprema de Estados Unidos, en Washington, el viernes 24 de junio de 2022.
Manifestantes tanto a favor como en contra del aborto se congregan fuera de la Corte Suprema de Estados Unidos, en Washington, el viernes 24 de junio de 2022.

Para empezar, continuaron la seguidilla de victorias de los grupos religiosos conservadores que desmantelan las normas tradicionales sobre el rol de la religión en la vida pública. Además, tras una década de inacción al respecto, la Suprema Corte amplió la jurisprudencia de la Segunda Enmienda para bendecir el derecho a la portación de armas fuera del hogar. Y en una estocada final, el bloque dominante de seis jueces limitó las facultades de los organismos del gobierno para regular en cuestiones de salud, seguridad y medio ambiente sin autorización expresa del Congreso.

“Mientras avanzaba el año, la gran pregunta no era qué rumbo había tomado la Corte, sino a qué velocidad pensaba avanzar”, dice Gregory. G. Garre, representante del gobierno de George W. Bush ante la Suprema Corte.

“Y ahora lo sabemos: a toda velocidad”.

Con el juez Clarence Thomas, de 74 años, como el juez más añoso del tribunal, y la jueza Amy Coney Barrett como la más joven, con 50 años, el año judicial que concluye no debería ser visto como el principio de una era, sino más bien como la culminación de años de trabajo para consolidar una mayoría conservadora en el máximo tribunal.

Y para el año judicial que arrancará después del verano del hemisferio norte, la Suprema Corte norteamericano ya tiene decidido revisar si las universidades pueden usar la raza del postulante como una de los factores a la hora de admitirlo, algo que el máximo tribunal, con composiciones anteriores, ha refrendado repetidas veces. También decidirá si un diseñador de sitios web de bodas y casamientos puede negarse a trabajar para parejas del mismo sexo. El litigio fue presentado como un caso de libertad de expresión, pero la motivación de fondo son las convicciones religiosas sobre el matrimonio del diseñador en cuestión. Y el jueves, antes de partir de vacaciones con rumbo desconocido, los supremos tiraron otra bomba: aceptaron tratar un caso que cambiaría drásticamente el modo en que los estados norteamericanos establecen reglas para las elecciones federales y le otorgaría a la legislatura de cada estado el poder casi total de definir el mapa de los distritos por el que se presentan los candidatos y votan los electores, por más que las cortes supremas de esos estados consideren que eso viola la Constitución local.

“Es la Corte del ‘Solo se vive una vez’,” dice Leah M. Litman, profesora de derecho de la Universidad de Michigan. Litman dice que la actual composición de la Corte revela sus intensiones tanto a través del amplio alcance de sus fallos como de los casos que elige tratar.

 Los partidarios republicanos asisten a un mitin organizado por el ex presidente Donald Trump en el recinto ferial del condado de Delaware el 23 de abril de 2022 en Delaware, Ohio.
Los partidarios republicanos asisten a un mitin organizado por el ex presidente Donald Trump en el recinto ferial del condado de Delaware el 23 de abril de 2022 en Delaware, Ohio. - Créditos: @Drew Angerer

“El año judicial que termina deja claro que la Corte está corriendo para cumplir con todos los objetivos del Partido Republicano, especialmente los que no pude alcanzar por la vía del proceso político”, dice Litman, y agrega que estos jueces “se desviven por resolverle sus problemitas”.

Los conservadores han celebrado este año judicial que termina como algo que esperaban desde hace años, pero el periplo tuvo notas discordantes.

Para empezar, estas cruciales decisiones de la Corte no fueron anunciadas en un pronunciamiento histórico desde el estrado de los magistrados, sino postrados en un sitio web. El imponente edificio de mármol de la Corte sigue inaccesible para el público, debido no solo a la pandemia, sino a las amenazas contra los jueces del máximo tribunal, quienes ahora trabajan detrás de un enorme vallado negro de seguridad.

El año judicial que termina reveló una corte más inclinada a las rencillas que a dejar de lado las diferencias con la esperanza de presentar un frente unido. La cantidad de fallos con votación 8 a 1, en los que un solo juez se negó a acordar con el resto y firmó un dictamen en minoría para mostrar su desavenencia–, aumentó en este último año, según estadísticas compiladas por el sitio web Scotusblog.

Como resultado, solo el 29% de los fallos fueron unánimes, el porcentaje más bajo desde que Scotusblog comenzó a recopilar estadísticas, hace dos décadas. Las votaciones 6 a 3, mientras tanto, se incrementaron, y 14 de los 19 fallos de esa categoría estuvieron claramente polarizados, con los seis jueces designados por republicanos en mayoría y los tres jueces designados por demócratas en disidencia.

Una protesta contra la decisión de la Corte Suprema de EEUU, en San Francisco el 24 de junio del 2022.
Una protesta contra la decisión de la Corte Suprema de EEUU, en San Francisco el 24 de junio del 2022.

Los magistrados progresistas, en este tramo final de las cuatro décadas de labor judicial del juez Stephen G. Breyer, fueron básicamente marginados. Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan fueron mayoría menos veces que durante el año judicial anterior, y ventilaron sin tapujos sus profundas discrepancias con el bloque conservador.

“Un tribunal inquieto y recién constituido”, fue la descripción que hizo Sotomayor de sus colegas en un dictamen de disidencia. La mayoría “sigue desmantelando el muro que separa la iglesia y el Estado que los padres de nuestra Constitución tanto se esmeraron por construir”, disparó Sotomayor en otro de sus dictámenes.

El juez Kagan, por su parte, acusó a la mayoría del máximo tribunal de inventar estándares para lograr sus objetivos, concretamente en el fallo contra la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, que limitó la autoridad del gobierno para regular las centrales eléctricas en su lucha contra el cambio climático.

“La Corte actual es textualista solo cuando le conviene”, escribió Kagan, nuevamente en minoría en otra votación por 6 a 3. “Pero cuando esa doctrina atenta contra sus objetivos más amplios, como por arte de magia empiezan a aparecer argumentos especiales que los habilitan a apartarse de la literalidad de la ley”.

Por Robert Barnes

Traducción de Jaime Arrambide