Matanzas, acoso y degradación ambiental en la Amazonía venezolana: una guerra atroz de la que poco se habla
La lucha encarnizada por el control de las zonas mineras de Venezuela ha incrementado las matanzas, el acoso a la población indígena y la degradación ambiental de una de las regiones con la mayor biodiversidad del planeta.
Gran parte de la información sobre la grave crisis humanitaria que atraviesa Venezuela se genera en la franja costera del Mar Caribe y en la zona andina fronteriza con Colombia.
Pero en los estados selváticos de Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro se ha avivado una tragedia de iguales proporciones, donde la población se ve atrapada en medio de las pugnas entre las bandas del crimen organizado, los militares y funcionarios gubernamentales para lucrarse de las riquezas minerales que yacen en las entrañas de la tierra.
La magnitud de la guerra minera es difícil de determinar en un territorio inhóspito e inmenso. Con sus 460.873 km2, equivalente a la superficie de Suecia, los tres estados abarcan el 50% de todo el territorio de Venezuela con una geografía diversa que incluye llanuras, serranías y una intrincada selva. La escasa población se distribuye en algunas ciudades grandes como Puerto Ordaz y cientos de pequeños caseríos ubicados en lugares de difícil acceso.
Matanzas recientes
El desmembramiento de cuerpos después de una matanza es una práctica común en la zona. Dirigentes y medios locales informaron sobre el descuartizamiento de al menos 6 personas el 22 de agosto de 2018 en una mina en el sector El Silencio, en el municipio Sucre del Estado Bolívar. El Correo del Caroní indicó que entre los fallecidos se encuentra el líder de la tribu Hibi, Misael Julio Ramírez, de 45 años, y su hijo, Milson Dorangel Rondón Reina, 18 años. Aunque el cuerpo del joven aún no había sido localizado.
Miembros de la comunidad Hibi, de la etnia Cariña, denunciaron que los enfrentamientos ocurrieron cuando un grupo criminal se alió con integrantes de otra tribu para ganar el control de la mina aurífera que se encuentra en sus territorios ancestrales
#ArcoMineroDeLaMuerte continúa el exterminio de los pueblos indígenas en Guayana por la “Bulla Minera de Maduro”. Primero fueron los pemones en Sifontes, ahora los Jivi de Sucre en el Edo Bolivar pic.twitter.com/D9vIkeZQ3u
— Americo De Grazia (@AmericoDeGrazia) 24 de agosto de 2018
Mientras Maduro anuncia El Oro sustraído de las entrañas de guayana en el #ArcoMineroDeLaMuerte nuestros indígenas Javi en El Silencio/Maripa son cruelmente asesinados y decapitados. 6 muertos,10 heridos y 15 desaparecidos. Hecho registrado el miércoles #22A.
— Americo De Grazia (@AmericoDeGrazia) 28 de agosto de 2018
Los asesinatos de las minas ocurren a diario. Pero uno de los episodios más sangrientos ocurrió el 4 de marzo de 2016, cuando una banda criminal dirigida por “El Topo” masacró al menos 28 mineros artesanales en una mina en Tumeremo, estado Bolívar, aunque las autoridades sólo localizaron los cadáveres de 17 personas en una fosa común con señales claras de haber sido ejecutados.
“A sangre y fuego”
La abundancia hídrica y en biodiversidad de la Amazonía de Venezuela es innegable. Aporta el 82% del agua que se consume en el país, es una de las tres zonas tropicales con mayor riqueza en vida silvestre del planeta y es el habitat del 73% de los mamíferos venezolanos.
Pero a las bandas de crimen organizado que operan en el área poco les importa la biodiversidad. Su objetivo es apoderarse de las zonas donde existen los yacimientos de oro, diamante, bauxita y coltán, compuesto metálico producido con tantalita y colombita de creciente valor comercial por su uso en la fabricación de componentes para ordenadores y teléfonos móviles.
Un informe publicado en febrero por el instituto de investigación Insight Crime explicó que desde la creación del Arco Minero del Orinoco, que es una zona económica estratégica decretada en 2016, ha repuntado la violencia como consecuencia de una “dinámica criminal” en la que participan militares, delincuentes comunes y funcionarios. “Hay denuncias de que militares y funcionarios del gobierno comparten con los “pranes” (líderes que controlan las mafias en las cárceles) o los sindicatos (organizaciones criminales surgidas del sistema laboral) la explotación de las minas y el control de la región”.
El periodista holandés Bram Ebus, quien se adentró en esa zona durante tres meses para investigar las consecuencias de explotación mineral en el sur de Venezuela, relató que las balaceras en las zonas mineras son frecuentes y que el oro que se extrae de las minas “termina en el mercado mundial en forma de joyas, resguardado en un banco o usado en equipos electrónicos, pero poca gente sabrá su origen”.
Ebus afirmó que el ejército venezolano recibe beneficios significativos de la minería ilegal, de los grupos criminales que controlan los yacimientos y usan la violencia para mantener el control. Un informante le aseguró que los mismos militares son los ejecutores de las matanzas en las zonas auríferas.
Otro extenso reportaje sobre el impacto del Arco Minero del Orinoco en la seguridad y el ecosistema de la región de Guyana, publicado por Efecto Cocuyo, coincidió con la apreciación de Ebus. “Los reporteros visitaron el Arco Minero del Orinoco y constataron que, en vez de prosperidad, se ha incrementado el delito. La autoridad del Estado venezolano ha sido sustituida por la crueldad extrema de los grupos de delincuencia organizada -o pranes- enquistados en la zona, los cuales se benefician de la minería ilegal e imponen sus reglas a sangre y fuego”.
El gobierno venezolano ha desestimado las denuncias de los dirigentes locales y de la prensa. Asegura que la misión del Arco Minero es “garantizar la soberanía” sobre el aprovechamiento de las riquezas minerales no renovables, con el mínimo impacto en el ambiente y su diversidad biológica.
El botín de la guerrilla colombiana
El atractivo minero de Venezuela también atrae organizaciones armadas de países vecinos, como el Ejército de Liberación Nacional y facciones disidentes de las FARC, que han incursionado en el negocio del oro y el coltán para financiar sus actividades ilegales.
Miembros del ELN habrían participado el 31 de agosto de 2018 en un enfrentamiento ocurrido en la localidad de Tumeremo, en el este del estado Bolívar, a unos 800 kilómetros de la frontera con Colombia, lo que demostraría que el grupo insurgente opera con impunidad en la extensa selva venezolana.
1. #31Ago Desde #Tumeremo reportan un enfrentamiento entre la banda de El Coporo y el ELN. Unos lo describen como una masacre, mientras que otros sólo reportan un guerrillero muerto. #Bolívar #Venezuela
Foto 1: El Coporo
Foto 2: Referencial del ELN pic.twitter.com/MmH7WLOaRR— Germán Dam (@GEDV86) 31 de agosto de 2018
Según @CaracolRadio, el enfrentamiento tuvo lugar el pasado #26Ago en #Tumeremo, estado #Bolívar #Venezuela. La Cancillería de #Colombia maneja una cifra preliminar de 13 muertos, entre ellos 5 personas de nacionalidad colombiana. Hasta ahora no hay un parte oficial venezolano https://t.co/G7PgFAYMHT
— Germán Dam (@GEDV86) August 31, 2018
La primera semana de mayo de 2018, la ONG Fundación Redes (Fundaredes) denunció el asesinato de unas 25 personas en la población de Guasipati por miembros del ELN por el control de unas minas administradas por una familia de la región.
La destrucción del Delta
Aunque la minería fue declarada ilegal en gran parte del estado Delta Amacuro, donde el río Orinoco desemboca en el Océano Atlantico, miles de familias han abandonado la siembra de productos agricolas tradicionales para dedicarse a la minería ilegal.
Organizaciones de derechos humanos y ambientales han denunciado las graves afectaciones de las comunidades indígenas por las aguas contaminadas por el mercurio que se usa en la actividad minera.
río Kaituma, afluente del Cuyuni, contaminado con Mercurio dada la minería en el Esequibo. Aguas que consumen nuestros indígenas. Dicho río se conecta con el río Barima que llega hasta el Delta Amacuro #11Jul pic.twitter.com/tifx6skZXe
— Mi Mapa de Venezuela incluye nuestro Esequibo ONG (@AntroCanal) 12 de julio de 2018
También se han denunciado el uso de waraos y arawakos como escudos humanos en los enfrentamientos por el control de las minas del Delta. El reportero gráfico Wilmer González lleva seis meses desaparecido desde que la difícil situación económica lo empujó a probar suerte en las minas.
1. Wilmer González, reportero gráfico y compañero de trabajo en @CorreodelCaroni, se fue a trabajar en las minas de Piacoa, estado Delta Amacuro, a finales de febrero de este año.
La situación país, más la responsabilidad de ser padre y esposo, lo hicieron tomar esa decisión. pic.twitter.com/FHF1wYHw8M— Germán Dam (@GEDV86) September 19, 2018
Acoso en el Amazonas
La búsqueda de los recursos minerales del sur no se limitan al Arco Minero del Orinoco. También afecta al estado Amazonas, donde unas 10.000 personas trabajan en 63 minas ilegales a pesar de que la ley lo prohíbe.
Imágenes satelitales de la mina Maraya en el PARQUE NACIONAL YAPAKANA, en el estado Amazonas en #Venezuela. La REDI Guayana @ceofanb es responsable de este crimen ambiental por la minería ilegal. #sosOrinoco pic.twitter.com/nggn2XrzMk
— SOS Orinoco (@SOSOrinoco) 28 de mayo de 2018
El exgobernador de Amazonas y líder de la comunidad, Liborio Guarulla, denunció a El Pitazo que los minerales y las ganancias extraídas salen de manera irregular sin que deje ganancia alguna a la región o al país.
El contacto de los habitantes de las tribus Yanomami con la población minera ha contagiado a los indígenas con enfermedades serias como el sarampión y la difteria.
Guarulla denunció que la población del Amazonas se encontraba completamente desasistida durante las recientes inundaciones que anegaron pueblos enteros, entre el acoso de los efectivos militares y los enfrentamientos entre bandas de delincuentes comunes y guerrillas.
Indígena repartió su oro con criollos e indígenas que transitaban por la Av. 23 de Enero en Pto Ayacucho al lanzarlo al aire ante el acoso de funcionarios de seguridad del Estado (GN, Sebin, CICPC,.)que pretendian despojarlo de su oro. El indígena desató una euforia de riqueza. pic.twitter.com/39MOitgbHo
— Liborio Guarulla (@LiborioGuarulla) September 6, 2018
De fuente confiable nos informan q en medio de la tragedia q vive Amazonas por las inundaciones hay enfrentamientos entre las guerrillas que controlan las minas y la FANB que han tiroteado embarcaciones e impedido la libre circulación de comida y gasolina a campamentos mineros. pic.twitter.com/z9TGUgBcDH
— Liborio Guarulla (@LiborioGuarulla) August 30, 2018
El Zodi 31 de Cunaviche del Gral Guzmán y otras Alcabalas de FANB del Edo Apure alegan orden superiores para matar a los amazonenses, criollos e indígenas, al prohibir toda medicinas que trasladen particulares, ONG o Farmacias para pacientes en Amazonas, y las decomisan. pic.twitter.com/O0pCanLnp4
— Liborio Guarulla (@LiborioGuarulla) September 8, 2018
Condenamos q cuerpos d seguridad d la Dictadura impidan el paso d donaciones a Puerto Ayacucho q esta bajo las aguas.Indican q los insumos deben quedarse en la ZODI 31 Cunaviche Apure x orden dl GD Federico Guzmán. LAS FAN DEBEN PROTEJER AL PUEBLO pic.twitter.com/ki7rcqcnlu
— Operación Constitución 2018 (@OpConst2018) September 7, 2018