Evidentemente, los deportistas profesionales no son máquinas. Sufren, gozan y viven la vida como cualquier sujeto en el mundo, con las ventajas de hacer los que les gusta (hacerlo muy bien, además), ganar millones y ser queridos y admirados. A veces son duramente criticados, sobre todo en las redes sociales. Y de tanto en tanto, los asuntos personales pueden definir una reacción. No hay certezas; solo sospechas.

No es común que uno de los mejores tenistas del mundo pierda los estribos en el comienzo de un partido. En este caso, al sufrir el primer quiebre, en el primer game. Con todo el partido por delante. Habían transcurrido cinco minutos de acción, ante una multitud, en el fervoroso Masters 1000 de Roma cuando Stefanos Tsitsipas perdió la razón frente a Jan-Lennard Struff. Ocurre de vez en cuando: los deportistas que compiten de modo individual están solos en el mundo. Quiebres, enojos, rotura de raquetas, toda la vida. Pero en el mismísimo amanecer de un partido, casi nunca.

Su respuesta de revés, a una mano, acabó en el fondo de la cancha. Punto para su adversario. Es entonces cuando los tenistas descansan, se energizan, toman líquidos. Y cambian de lado. El griego, sin embargo, caminó unos pasos hacia atrás y le dio con todas las fuerzas a una caja que promocionaba un producto. Dos, tres, cuatro veces, hasta romper la raqueta. Literalmente. Tanto, que el encordado y el corazón quedaron trabados en un borde de esa caja: Tsitsipas no podía quitar la raqueta –los restos– de ese elemento publicitario, groseramente averiado por el octavo del ranking mundial.

Más tarde, más sereno, el griego reaccionó a tiempo para evitar una temprana derrota contra el alemán en el tradicional certamen del Foro Itálico. Tsitsipas tuvo un inicio algo lento y errático, confuso y desorientado, pero recuperó las mejores sensaciones hasta ganar por 6-7 (1), 6-4 y 6-4 en 2 horas y 34 minutos de encuentro. Su próximo rival en la capital italiana será el británico Cameron Norrie.

Así como Stefanos sufrió y ganó en el sábado romano, su ahora ex novia sufrió y ganó sobre el polvo de ladrillo italiano. Paula Badosa, ex número 2 y actual 126ª tras casi un año sin competir por lesiones, se clasificó para los octavos de final del torneo femenino, al superar a la rusa Diana Shnaider por 5-7, 6-4 y 6-4.

Badosa, que no lograba encadenar tres victorias desde que hace un año alcanzó los cuartos de final en el Foro Itálico, se medirá con la estadounidense Coco Gauff. En estos días, la española causó asombro al publicar las razones de su separación sentimental de Tsitsipas. Fueron una pareja de tenistas que eclipsó para las revistas del corazón al resto del tenis durante 2023.

“Después de una gran consideración y de muchos momentos preciosos juntos, Stefanos y yo hemos decidido separar nuestros caminos de forma amistosa. Hemos compartido un camino lleno de amor y aprendizaje, y ahora como amigos. con gran respeto, decidimos seguir cada uno por su lado”, anunció Badosa en su cuenta de Intagram.

“Yo he tenido muchos altibajos a nivel emocional durante los últimos meses y ha sido difícil para mí. A veces, es mejor separarse a pesar de todo”, agregó sobre la ruptura de una pareja que fue bautizada “Tsitsidosa”.

El enojo de Stefanos Tsitsipas que terminó pagando su raqueta

No está claro si el fin del vínculo con Paula afectó psíquicamente a Stefanos y propició esa reacción descontrolada de furia ante el público. Lo cierto es que Tsitsipas debió trajinar muchísimo para dejar en el camino a un adversario de otro nivel. Necesitará mejorar, en juego y en temple, para llegar más lejos en la Città Eterna.

El puntazo de Andrey Rublev desde el... suelo

En la capital italiana se dio otra nota destacada en otro partido. Andrey Rublev, que viene de ser campeón en el Masters 1000 de Madrid, se enfrentaba con el estadounidense Marcos Girón, también por la segunda rueda. En un momento dado, retrocediendo en diagonal, el ruso trastabilló y cayó, pero con la mano izquierda en el suelo sacó un derechazo angulado, corto y venenoso para su rival. Quizás desconcentrado por el desmoronamiento de Rublev, Girón respondió con un revés con slice alto y fácil de contraatacar. El ruso no lo perdonó y lanzó una derecha fuerte, pero su oponente replicó con un buen remate a la carrera.

Que obligó a correr a Rublev. Éste pegó y nuevamente perdió el equilibrio, aunque por un instante, sin derrumbarse. Y su disparo, profundo pero no tan veloz, complicó tanto a Girón que lo hizo devolver hacia la red. Andrey ganó un punto habiendo ejecutado desde el piso uno de los golpes. Y a la larga, el partido, porque el 5-7, 6-4 y 7-5 fue favorable al pelirrojo. Y lo depositó en la tercera rueda, en la que tendrá enfrente a un clasificado, el francés Alexandre Müller.