Masako Wakamiya, la desarrolladora más longeva del mundo

POR YULEINA BARREDO-. Para quienes todavía piensan que la tecnología es cosa de jóvenes, la historia de Masako Wakamiya es una excelente lección de vida. Un buen día, esta octogenaria japonesa decidió iniciarse en el mundo de la computación y ha llegado más lejos de lo que ella misma pudo imaginar.

Masako Wakamiya, una programadora japonesa de 82 años, habla durante una entrevista con la AFP en Fujisawa, Japón, el 13 de julio de 2017 (AFP | Kazuhiro Nogi)
Masako Wakamiya, una programadora japonesa de 82 años, habla durante una entrevista con la AFP en Fujisawa, Japón, el 13 de julio de 2017 (AFP | Kazuhiro Nogi)

De completa neófita, pasó a programadora. En la App Store está disponible su primera aplicación para iPhone. Lleva por nombre Hinadan y está inspirada en la celebración Hinamatsuri o el Festival de la Muñeca que se realiza cada año el 3 de marzo, en el Japón.

En el juego se deben colocar 12 muñecas tradicionales de forma correcta en una pantalla de cuatro niveles sin límite de tiempo. Más que destreza, se ponen a prueba los conocimientos sobre la cultura nipona.

La app ya ha sido consultada por más de 800.000 usuarios y cuenta con una veintena de clasificaciones de cinco estrellas. Es especialmente popular entre las mujeres mayores.

Para sorpresa de Masako y de los participantes en la 28 edición de la Conferencia Mundial de Desarrolladores de Apple (WWDC 2017), celebrada en San José, California, Tim Cook la presentó como la desarrolladora más longeva del planeta.

(AFP Photo/Kazuhiro NOGI)
(AFP Photo/Kazuhiro NOGI)

Según relata la protagonista, el CEO de Apple le preguntó qué había tenido en cuenta para crear su aplicación. A lo que ella respondió basándose en su experiencia personal.

Es cierto que ya los ancianos tienen la vista y la audición débiles y los dedos han perdido soltura. Por lo que en ocasiones, la tecnología les complica la existencia. Este razonamiento fue convincente y elogiado por Cook.

Masako se interesó por la computación tras su retiro laboral. Después de 40 años trabajando en el sector bancario como empleada del Mitsubishi Bank, la jubilación era inminente.

Con 60 años qué le esperaba: quedarse en casa, aburrida, sumida en las tareas domésticas y cuidando a su madre nonagenaria. Para una mujer tan activa como ella, el futuro no era muy prometedor.

Tras leer un artículo sobre los beneficios de las computadoras, una motivación inédita se interpuso en su camino. Se compró su primera PC y comenzó a buscar tutoriales online para aprender a usar el ordenador.

Masako Wakamiya, una programadora japonesa de 82 años, habla durante una entrevista con la AFP en Fujisawa, Japón, el 13 de julio de 2017 (AFP | Kazuhiro Nogi)
Masako Wakamiya, una programadora japonesa de 82 años, habla durante una entrevista con la AFP en Fujisawa, Japón, el 13 de julio de 2017 (AFP | Kazuhiro Nogi)

Un amigo más joven le enseñó el lenguaje de programación Swift de Apple a través de Skype y el Messenger de Facebook. Posteriormente se unió al club en línea The Mellow, que dirige en la actualidad.

Su entrada al mundo tecnológico develó ante sus ojos un espectro inimaginable de posibilidades creativas. Notó que los materiales de estudio de computación para las personas mayores eran escasos y aburridos. Se propuso crear nuevos diseños utilizando la aplicación de Excel. Ahora sus tutoriales se utilizan en las clases de todo Japón.

Al fallecer su madre, decidió enfocar toda su energía en enseñar a otros ancianos. Y tuvo la idea de escribir un blog donde ofrece consejos de cómo utilizar de forma divertida los conocimientos básicos de la informática. Ya suma un montón de seguidores y amigos en línea con los que comparte sus vivencias sobre la tercera edad.

Cada mañana desde su apartamento en la periferia de Tokio, Masako se conecta con el mundo. Ahora con una Mac y un teléfono inteligente es imparable. No pierde el tiempo hablando de enfermedades y achaques. Está tan ocupada con la tecnología que ha dejado a un lado esas “nimiedades”. Para ella, una nueva vida recién ha comenzado.