Marta Pérez: Los padres son un recurso para ayudar a prevenir los problemas de salud mental en sus hijos | Opinión

Todos los padres se preocupan cuando sus hijos enfrentan dificultades sociales y emocionales, sobre todo cuando aparecen signos de depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, agresividad y malas calificaciones.

Sin embargo, la mayoría de los padres no son conscientes del importante papel que desempeñan en la prevención y mejoramiento de los problemas de salud mental.

Los padres aceptan de buen grado su papel en la prevención y el tratamiento de los problemas de salud física. Están pendientes de la fiebre, tratan los moretones y no se les ocurriría descuidar medidas preventivas como la atención dental frecuente, el cuidado de la vista, las revisiones anuales y los rituales de higiene diaria. Pero pocos padres dedican el mismo tiempo y energía al bienestar emocional de sus hijos, y ahora que la American Pediatrics Association ha declarado una crisis de salud mental en niños y adolescentes, algo tiene que cambiar.

Los problemas emocionales tienen el mismo impacto que las dolencias físicas. Estadísticas alarmantes revelan que más de uno de cada cinco jóvenes de entre 13 y 18 años ha sufrido una enfermedad mental gravemente debilitante. Estos problemas afectan al desempeño académico y tienen consecuencias a largo plazo, aumentando el riesgo de abuso de sustancias, autolesiones e incluso suicidio.

Las peticiones de más servicios de salud mental están bien planteadas, pero ¿de dónde van a salir estos servicios? Había escasez de profesionales de la salud mental al servicio de los niños incluso antes de la pandemia del COVID-19 y ahora la situación ha empeorado considerablemente. Al igual que los maestros, los profesionales de la salud mental están sometidos a exigencias cada vez mayores y el agotamiento alcanza niveles sin precedentes.

Así pues, ¿dónde vamos a encontrar personas que se dediquen a los niños y dispongan del tiempo y los recursos necesarios para ayudarles? Los padres son la respuesta obvia, suponiendo que podamos ayudarles a comprender su papel en la prevención y el tratamiento de los problemas de salud mental.

Hay investigaciones sustanciales que datan de hace más de 50 años que demuestran que los padres pueden tener tanto impacto como los terapeutas formados. Combinando algunas técnicas psicológicas básicas con la intuición, los padres pueden tener un impacto significativo en el fomento de la resiliencia emocional de sus hijos.

Lawrence Shapiro, autor de “Secret Language of Children” y experto en inteligencia emocional, aboga por que los padres dediquen 10 minutos al día a actividades de prevención que pueden reducir significativamente la probabilidad de que aparezcan problemas de por vida, como la ansiedad y la depresión.

Señala que los terapeutas infantiles usan técnicas que los padres ya entienden. Juegan con los niños a enseñarles habilidades sociales y emocionales, usan el arte para ayudarles a expresar sus sentimientos y, sobre todo, emplean la “escucha activa”, que anima a los niños a comunicar sus necesidades y a encontrar formas de resolver sus propios problemas.

Como ex miembro del consejo escolar, he abogado por los servicios de salud mental en las escuelas. Sin embargo, debemos reconocer que las escuelas se centran principalmente en el aprendizaje académico y no son dependencias de salud mental.

Los padres son la primera línea de defensa en la prevención. Entre las medidas prácticas que pueden adoptar figuran:

▪ Escuchar a sus hijos sin juzgarlos y mostrar empatía sobre sus luchas emocionales.

▪ Tener cenas familiares regulares, ya que los estudios han demostrado que pueden prevenir problemas graves como el abuso de sustancias.

▪ Participar en actividades y juegos familiares que fomenten la comunicación.

▪ Enseñar técnicas de relajación como mindfulness, respiración profunda o yoga.

▪ Poner en práctica técnicas de escucha reflexiva del libro “How to Talk So Kids Will Listen and Listen So Kids Will Talk” (Cómo hablar para que los niños escuchen y escuchar para que los niños hablen).

▪ Establecer reglas y responsabilidades claras, proporcionando estructura y expectativas adecuadas a la edad.

▪ Fomentar las actividades físicas, las aficiones y las prácticas de autocuidado.

▪ Buscar apoyo profesional, cuando sea necesario, de profesionales de la salud mental o consejeros escolares.

Aunque las escuelas no pueden ser las únicas responsables de proporcionar servicios de salud mental, pueden desempeñar un papel en la ayuda a los padres.

La Academia para Padres de las Escuelas Públicas del Condado Miami Dade lleva unos 20 años al servicio de los padres. Su misión es animar a los padres y cuidadores a apoyar el crecimiento y el bienestar de sus hijos. Durante la pandemia, establecimos y financiamos un Departamento de Servicios de Salud Mental para nuestros alumnos.

Aunque se trata de recursos comunitarios, captar clientes puede ser un reto, ya que los padres suelen hacer malabarismos con sus apretadas agendas y pueden enfrentar sus propios problemas de salud mental. Por lo tanto, es esencial ofrecer incentivos como opciones de horarios flexibles, sesiones nocturnas o de fin de semana, accesibilidad en línea y servicios de guardería infantil in situ durante las sesiones.

Animar a los padres a dar prioridad a la salud mental de sus hijos requiere un esfuerzo de colaboración.

Fomentando la comprensión en toda la comunidad, proporcionando recursos e incentivando la participación de los padres, podemos crear una cultura en la que todos los padres reconozcan la importancia de fomentar el bienestar social y emocional de sus hijos.

Marta Pérez fue miembro del Consejo Escolar del Condado Miami-Dade entre 1998 y 2022.

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