Los Marlins renacen de la madrugada y el cansancio para hundir a los Piratas y acercarse a los playoffs

Muchos creyeron que el cansancio y la debacle del terreno en Nueva York iban a tener un impacto en los Marlins. Sin embargo, el equipo de Skip Schumaker demostró una vez más el carácter que le tiene ahora al borde de la clasificación a la postemporada.

A pesar de llegar a Pittsburgh después de las cuatro de la madrugada, los peces vinieron de atrás el viernes en la noche para vencer 4-2 a los Piratas y ahora saldrán al terreno este sábado con un altísimo chance de ocupar la última plaza de los comodines de la Liga Nacional.

Esta fue la ocasión número 41 en que Miami remonta una diferencia para llevarse la victoria, porque como ha sucedido en muchas ocasiones el inicio de este juego no presagiaba nada bueno hasta que en la octava vino una rebelión de cuatro carreras.

Los Marlins mejoran a 83-76 y pueden conseguir un puesto en los playoffs en una temporada completa por primera vez desde 2003, gracias ese raly que encabezara Josh Bell con un doble de dos carreras para rompler la blanqueada y antes de que Jake Burger empatara el partido con un sencillo impulsor .

Con el choque empatado a tres carreras, Jazz Chisholm Jr. dio entonces a los Marlins la ventaja con un elevado de sacrificio que tiene a conjunto de Schumaker -un manager que ha realizado una faena encomiable- en pleno control de su destino.

Quizá fuera bueno desde el punto de vista emocional ver a Luis Arráez, que jugó por última vez el sábado después de haber sido marginado por un tobillo izquierdo lesionado y que registró un sencillo en la octava entrada para ayudar a establecer el rally de cuatro carreras de Miami.

Los Marlins han sido comprensibles cautelosos con Arráez desde entonces, sabiendo lo importante que es para sus posibilidades de playoffs y por eso tras pegar su hit al jardín izquierdo Nick Fortes lo sustituyó como corredor emergente.