Marcela Temer podría ser la próxima primera dama de Brasil

Marcela quiso ser una modelo famosa, pero dejó el sueño de su vida por entregarse al amor. Se casó a los 20 años y se tatuó en el cuello el nombre de su esposo, quien podría convertirse, por obra y gracia del destino y las jugarretas políticas, en el próximo presidente de Brasil; y ella en la primera dama, dueña de una belleza cautivadora.

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La hermosa mujer de 33 años es la compañera sentimental del actual vicepresidente, Michel Temer, miembro del Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), y 42 años mayor que su esposa. Sí, leyó bien: 42 años mayor.

Marcela Tedeschi Araújo nació el 16 de mayo de 1983 en el estado de San Pablo, hija de un empresario y de una ama de casa. Participó siendo una adolescente en un concurso de belleza, y fue durante breve tiempo recepcionista de O Momento, un periódico que cerró sus operaciones.

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Marcela conoció a su futuro esposo durante una convención del PMDB, partido en el que milita uno de sus tíos. Al parecer, el hechizo fue instantáneo, según reportan revistas rosas de Brasil.

La atractiva mujer se casó con Michel Temer en 2003, fue una ceremonia íntima en la que pocos podían entender las razones para que bella joven de 20 años se fijara en un abogado de 62 años de edad –con dos divorcios encima–, pero que era una figura política importante.

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Durante la campaña electoral de 2010, Marcela defendió el papel de la mujer en la sociedad brasileña y apoyó públicamente a Dilma Rousseff.

“Las mujeres pueden mostrar que ellas actúan muy bien como amas de casa, madres, médicas, abogadas y presidentas. El gobierno de Lula es realmente excelente y Dilma dará continuidad y mejorará todavía más el país. Tengo la seguridad de que Michel en conjunto con Dilma van a ayudar a esa mejora. Como viceprimera dama, esposa del vicepresidente de la República, quiero contribuir mucho para ayudar a nuestro país”, explicó en un mensaje colgado en la web.

VICEPRESIDENTE EN LA SOMBRA

Temer es el más pequeño de ocho hermanos. Sus ancestros eran libaneses cristianos que emigraron a São Paulo en los años veinte del siglo pasado. Estudió Derecho y logró entrar en el Congreso en 1987. Sus dotes de organizador y moderador metódico y tranquilo le valieron un rápido ascenso en un partido donde la capacidad de negociación es más importante que la ideología.

En la década de los noventa, el PMDB apoyó al gobierno conservador de Fernando Henrique Cardoso. Una década más tarde apoyó el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y más tarde a Rousseff, ambos del Partido de los Trabajadores. Ahora abandona la izquierda y podría volver a escorarse a la derecha.

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En el último año, la lealtad de Temer ha quedado en entredicho debido a varias declaraciones ambiguas y a correos privados que han sido filtrados.

En agosto pasado, coincidiendo con la intensificación de la crisis económica y política de Brasil, Temer les dijo a los periodistas: “Es necesario que alguien tenga la capacidad de reunificarnos a todos”, en una clara critica a la incapacidad de la presidenta de unir al país.

En diciembre, coincidiendo con el inicio del proceso de destitución de Rousseff, se filtró a los medios de comunicación una carta de Temer criticando a la presidenta. En la carta, el vicepresidente se quejaba de que solo le habían asignado un papel “decorativo” porque la presidenta no confiaba en él.

Durante la mayor parte del año pasado, la persona que más ha conspirado en contra de Rousseff ha sido el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, que ha encabezado el proceso de destitución a pesar de ser un miembro del PMDB. Sin embargo, entre bambalinas, muchos observadores creen que ha sido Temer el que ha orquestado la caída de su pareja en el poder. El exministro de Integración Nacional Ciro Gomes ha indicado que el vicepresidente es “el capitán del golpe” una etiqueta que los congresistas del Partido de los Trabajadores han hecho propia.

FUENTES: EFE, AFP, O Globo.