Manos espontáneas llevan mantas, comida o pañales a los afectados por el terremoto

Fatima Zohra Bouaziz

Asni (Marruecos), 14 sep (EFE).- Las interminables filas de ayuda humanitaria de personas que llegan de diferentes partes de Marruecos siguen transitando por las difíciles rutas montañosas de Atlas para llegar a los pueblos siniestrados por el terremoto y repartir allí mantas, comida o pañales.

Desde el municipio de Asni, a unos 100 kilómetros al sur de Marrakech y situado en uno de los valles más castigados por el seísmo, que dejó casi 3.000 muertos, camiones y furgonetas de empresas privadas y asociaciones, y vehículos de particulares de distintas ciudades del país pasan por su carretera principal para continuar su camino hacia los otros pueblos más remotos.

Van cargados de grandes cantidades de mantas, colchones, ropa, zapatos, productos de limpieza y pañales, entre otras cosas, algunos con la bandera de Marruecos colocada en el capó de los vehículos y otros con el techo lleno de productos.

En cuanto hacen una breve parada por el camino, se les acercan algunos lugareños para pedir ayuda. "¿Me puedes dar una manta?", pregunta un hombre al conductor de una furgoneta de una empresa turca instalada en Casablanca.

"No, aquí solo llevamos detergentes y pañales", le contesta, mientras un gendarme se acerca al vehículo y le señala que se quite de la vía pública para no estorbar el tráfico. Se trata, explica el hombre al volante, de una de las cinco furgonetas que mandó la empresa, cargadas de productos de limpieza y pañales que piensan repartir por las aldeas que rodean la localidad de Asni.

En un día soleado, contrariamente a las previsiones de lluvia, algunos lugareños aguardan en la acera el paso de algún vehículo por si reparte ayudas y, cerca de ellos, se ven niños ociosos jugando mientras disfrutan de chupa-chups y galletas que les dieron otros voluntarios.

Al rato, una pequeña furgoneta se detiene en el camino y bajan unos jóvenes que se ponen a repartir las bolsas que les quedan tras haber visitado dos pueblos.

Este es el segundo desplazamiento que hacen Abdeljalil, Ayman y Zakaria desde Marrakech para hacer llegar ayudas de diferente tipo a los aldeanos siniestrados. Esta vez llevaron ropa, juguetes de niños, objetos para ayudar a construir de carpas y también linternas.

"Queremos ayudar a nuestros hermanos, sabemos muy bien lo que sufre esta gente porque nosotros en Marrakech hemos pasado dos días durmiendo en la calle tras el terremoto", cuenta uno de ellos a EFE, y asegura que dieron prioridad a las carpas ante las previsibles lluvias.

Son tantas las ayudas que, según varias fuentes en el lugar consultadas por EFE, sobrepasan la demanda, y muchas voces hablan de la necesidad de canalizarlas.

Los voluntarios espontáneos causan caravanas de vehículos que bloquean unas carreteras de tierra ya de por sí angostas y estorban los trabajos de emergencia, además de sobrecargar vías dañadas por el seísmo, que no están acostumbradas a tantas toneladas de generosidad.

(c) Agencia EFE