Con nuevas maniobras dilatorias, el chavismo busca bloquear a la nueva candidata de la oposición
El chavismo mantiene en vilo a Venezuela una vez más. Los dos partidos opositores que cuentan con tarjeta electoral para participar en las elecciones presidenciales de julio no han podido hasta el momento acceder al registro digital del Consejo Nacional Electoral (CNE), paso previo para inscribir a Corina Yoris, candidata de consenso elegida para sustituir a la inhabilitada María Corina Machado. Este proceso, que comenzó el jueves, acaba en la noche de hoy lunes.
Ni a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ni a Un Nuevo Tiempo (UNT), los dos partidos supervivientes de la última purga del gobierno, se les ha proporcionado los códigos digitales para acceder al registro, un mecanismo automático ya otorgado a los 10 candidatos postulados hasta ahora, con Nicolás Maduro a la cabeza. El resto es un grupo de colaboracionistas, falsos opositores y políticos plegados a la estrategia bolivariana.
“En estas horas de incertidumbre, considero fundamental informar a la ciudadanía: Corina Yoris, candidata presidencial propuesta por la Unidad, de manera unánime, no ha podido ser inscrita. A esta hora, seguimos trabajando para que se nos garanticen los derechos políticos previstos en nuestra Constitución. La Plataforma de la Unidad Democrática (PUD) mantiene reuniones permanentes de evaluación, discusión y decisión. Actuaremos de manera responsable frente al país”, desveló la dirigente Delsa Solórzano, excandidata a las primarias cercana a Machado.
La MUD ha solicitado al CNE que prorrogue 72 horas el plazo de inscripción ante “las violaciones de hecho y de derecho que han ocurrido en el proceso”.
La oposición vuelve a chocar de esta manera contra el autoritarismo electoral del chavismo, tan parecido al de Nicaragua y al de Rusia. Fuentes de los negociadores confirmaron a LA NACIÓN que desde el gobierno se les ha hecho saber que no se aceptará de ninguna forma el registro de Yoris, tras dos días de insultos y fake news contra la filósofa de 80 años.
La llamada ´tropa revolucionaria” en las redes percutió una y otra vez contra la académica, a la que incluso acusaron de poseer doble nacionalidad venezolana y uruguaya, algo que ella misma desmintió. Sobre Yoris no pesa ningún tipo de inhabilitación ni investigación.
El bloqueo contra Yoris ordenado desde el Palacio de Miraflores estrecha aún más una rendija que siempre fue mínima para los demócratas. En la lista de candidatos “potables” para la revolución figuran personajes como el gobernador de Zulia, Manuel Rosales, o Ramón Guillermo Aveledo, antiguo secretario de la MUD y hombre cercano a Henrique Capriles. En esa lista no caben ni opositores beligerantes ni mujeres.
Medios locales añadieron que el chavismo también exige que María Corina Machado, que encabeza las encuestas con más de 50 puntos de ventaja sobre Maduro, se eche a un lado y no intervenga en el proceso electoral, tras comprobar el entusiasmo provocado por la candidatura de “las dos Corinas” desde el viernes pasado.
“La verdadera unidad de los partidos es la unidad con la gente; sólo así derrotaremos a Maduro”, advirtió Machado en sus redes sociales, tras un domingo de intensas reuniones.
La realidad a la que se enfrenta la unidad de la oposición es que el oficialismo no busca un candidato “potable” en un país donde el 80% desea el cambio inmediato. Quiere mucho más: un candidato “potable” tan ultramoderado que inicie el proceso sin el apoyo alcanzado por Machado para perder las elecciones fakes fabricadas desde el poder.
“El chavismo no quiere medirse con un candidato ´potable´. El chavismo no quiere medirse. Así, a secas”, constató el politólogo Walter Molina.
Para acompañar este chantaje de última hora el gobierno prepara una ley exprés contra el fascismo y el antifascismo “en el ejercicio de la política y de la vida nacional”, tal y como informó la vicepresidenta Delcy Rodríguez. Esta nueva legislación contra la oposición tiene previsto repasar lo sucedido durante las protestas de 2014 y 2017, además del triunfo opositor en las parlamentarias de 2015. Todo ello “en consideración de la situación internacional cuya paz y estabilidad están amenazadas por expresiones neofascistas enconadas en centros de poder al servicio del norte global”.
Mientras el poder revolucionario impedía la inscripción de Corina Yoris, que en los próximos días ocupará el sillón O de la Academia de la Lengua de Venezuela, el mismo sobre el que se sentó el escritor y presidente democrático Rómulo Gallegos, los otros candidatos acudían a la sede del CNE como si se tratara de una procesión típica de la Semana Santa.
La mayoría de esa decena cuenta con el apoyo de partidos intervenidos a la fuerza por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para ser entregados a personajes oscuros y cercanos al régimen o partidos creados de forma exprés en las últimas semanas. Otros, como Vente Venezuela de María Corina Machado, luchan desde hace una década para ser inscritos en el CNE.