La mala noticia primero y la derrota después. Los Marlins viven un viernes negro en Miami

La jornada no comenzó muy bien, luego de los Marlins colocaran el viernes a Jesús Luzardo en la lista de lesionados de 15 días debido a molestias en el codo y en su lugar ascendieron de Triple A a Anthony Maldonado para que fuera el “iniciador’‘ de este encuentro.

Horas más tarde, Miami veía como Washington les vencía 3-1 y extendían a cuatro una racha de derrotas que ilustraba mejor que nada ante los fanáticos en el loanDepot park el horrible momento que vive el equipo del manager Skip Schumaker.

Los peces han jugado mal, pero sobre todo en casa, porque solo han podido obtener tres victorias con 12 fracasos en La Pequeña Habana, mientras que en el camino exhiben marca de 4-9 y por el momento no se ve que vaya a ocurrir un cambio inminente de esa tendencia.

Ciertamente, Maldonado no lo hizo nada mal y durante tres entradas trabajó de manera sólida para mantener a raya a los Nacionales al punto de no permitir carreras y solo tres imparables, con dos ponches y cero bases por bolas, dejando el juego en la manos del relevo.

Del lado de Washington, el abridor Trevor Williams también lanzó una pelea potente a lo largo de cinco episodios con una sola rayita a su cuenta, que se produjo en el tercero con un metrallazo de Nick Fortes al jardín derecho que remolcó a Vidal Bruján.

Williams regaló dos pasaportes y ponchó a uno, pero una entrada después de ceder su puesto al bullpen, los Nacionales lograron igualar la pizarra, cuando una conexión de Joey Meneses fue capturada de manera magistral por Luis Arraez para completar una doble matanza, pero Jacob Young la aprovechó para colarse en la goma.

Ese sería el princiipio del fin para los peces, pues en la octava los capitalinos fueron a la carga y pisaron el plato en par de ocasiones, cuando el mismo Meneses -tal vez molesto por el batazo de doble matanza en su turno anterior- disparó una línea indetenible por el jardín central.

Así que los Marlins continúan su descenso imparable y con noticias como la que recibieron en la mañana sobre el brazo de Luzardo, no es de asombrar que hayan terminado la noche acompañados de una derrota ante un equipo que acostumbraba a habitar en el sótano de la división.