MAGLEV, el tren del futuro que se ha convertido en un bluff

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Hace unos días apareció la noticia de que Brasil se incorpora a la selecta lista de países que cuentan con un tren de levitación magnética operativo al abrir un tramo experimental de 200 metros que conecta dos centros tecnológicos en la Universidad de Río de Janeiro.

El Maglev-Cobra brasileño se ha convertido en el primero de sus características inaugurado en América Latina y sus responsables esperan que en 2020 cubra los cinco kilómetros que separan las diferentes instalaciones del Parque Tecnológico carioca.

Como podéis observar en el video de presentación el Cobra está pensado solamente para realizar recorridos urbanos por lo que su velocidad no será comparable a las impresionantes cotas que alcanzan otros trenes magnéticos en Japón o China.

Gracias a efectos físicos como el de Meissner-Ochsenfel y a un potente sistema de imanes, estos trenes magnéticos son capaces de flotar literalmente en el aire llegando a alcanzar velocidades de más de 600 km/h (el actual record se estableció en 603 km/h hace un año durante la ruta japonesa entre Tokio y Nagoya).

Son rápidos, silenciosos y muy suaves, sin embargo no podemos decir que sean un concepto realmente moderno puesto que, desde que apareció el primer prototipo allá por los años ’70, han pasado ya más de cuarenta años y aún así no terminan de llegar.

¿Qué está pasando con lo que muchos anunciaban como el tren del futuro?

La respuesta es simple: Se está desinflando. Sus altos costes han desanimado ya a muchos países, incluyendo Alemania que décadas atrás fue una firme impulsora de este tipo de locomoción y que ya ha anunciado que paraliza la construcción de nuevas líneas para pasajeros.

Los presupuestos necesarios para la construcción y posterior mantenimiento de este tipo de trenes magnéticos no parecen compensar la reconversión del sistema ferroviario, al menos en una Europa sobresaturada de trenes. La Alta Velocidad convencional se ha impuesto y muchos expertos consideran incluso que algunos países como España hemos sobrepasado nuestras propias necesidades.

A estos enormes costes hay que añadir que los rieles actuales no son compatibles con las especiales características de los trenes magnéticos por lo que nuestros sistemas de vías no sirven, y lo que es peor tampoco se pueden adaptar: Habría que diseñar y construir toda una nueva infraestructura… algo que hoy por hoy es simplemente impensable.

De hecho, hay quien piensa que si vamos a realizar ese enorme esfuerzo económico sería más lógico dedicarlo a nuevas tecnologías que ya están dejando anticuados a los propios trenes magnéticos.

Nos referimos a conceptos como el Hyperloop del que ya hablamos en esta sección hace unos meses. Esta nueva locomoción creada por el magnate Elon Musk comenzará pronto sus primeras pruebas y de hecho doblaría la mayor velocidad jamás alcanzada por un MAGLEV, puesto que ofrecería la posibilidad de viajar a más de 1200 km/h.