La madre de las preguntas ¿Existe vida después de la muerte? | Alina Rubi

La existencia de la vida después de la muerte es un dilema que ha transcendido todas las civilizaciones y dejado sin respuesta a varias religiones.

Muchos temen a la muerte, independientemente de sus creencias religiosas, porque saben que es algo que no pueden cambiar. Ese temor procede de lo desconocido. Solo aquellos que han experimentado una experiencia cercana a la muerte, o una regresión a una vida pasada, saben que somos almas eternas y que existimos en dos mundos, el físico y el espiritual.

En el antiguo Egipto la muerte no era el final de la vida, sólo el comienzo del siguiente ciclo en el viaje eterno del alma. Los romanos percibían la muerte como un segmento natural del ciclo de la vida, y reconocían que era una transición hacia otra forma existencial. Los antiguos griegos suponían que el alma dejaba el cuerpo después de morir y seguía existiendo de otra forma, y los Persas consideraban que la vida después de la muerte era un premio para los justos.

Las religiones tienen diferentes conceptos acerca de este tema. Para el hinduismo se trata de una transición, ellos ven la muerte como el comienzo de un nuevo ciclo. En las religiones africanas, la vida nunca termina con la muerte, sino que prosigue en otro lugar. En el Budismo, la muerte es solo el fin de la vida actual para iniciar un nuevo ciclo en el que el alma continuará con su aprendizaje. Los Judíos, creen que las almas suben al cielo, que la vida en la tierra finaliza, pero ese ser humano y su alma no han finalizado. En el Islam, creen en la vida después de la muerte y la rencarnación; para ellos el alma regresa para corregir algunas áreas de la vida, pero nunca en el mismo cuerpo. Para los Cristianos, al morir eres juzgado, y de acuerdo con el veredicto iras a algunos de los diferentes reinos que existen en el cielo, o al infierno. Para los católicos, la muerte es sinónimo de esperanza. Es el encuentro con Dios y la vida eterna, pero para lograrlo el alma debe ser purificada.

Todas las civilizaciones y religiones tienen un concepto diferente sobre la muerte y la supuesta vida después de ella, pero según mis experiencias cuando terminamos esta vida terrenal, nuestras almas se dirigen a su “hogar”. No existe el infierno para las almas, el único infierno es aquí en la Tierra. El “hogar” es un lugar celestial, donde con ternura y clemencia nos muestran lo que cumplimos y fallamos en nuestras vidas terrenales.

En ese lugar no existen las etiquetas, no estamos clasificados. Nadie pertenece a ninguna raza, nadie es bueno o malo, no existen los géneros y los partidos políticos, allí todos somos iguales. Con amor, somos aleccionados sobre lo que hemos de perfeccionar o modificar, y después planificamos nuestra próxima vida.

Morir es regresar a nuestro “hogar” espiritual, sin ese equipaje lleno de necesidades y limitaciones que tiene el cuerpo físico. Todos debemos morir porque no podemos estar alejados de nuestra “esencia” por mucho tiempo, y aunque morimos somos energía eterna, y nuestra alma es infinita e inmortal. Si tienes dudas, y te preguntas con frecuencia qué va a pasar contigo después de morir, no olvides que no fuimos hechos accidentalmente, y mucho menos con el solo objetivo de sobrevivir. Nos movemos internamente dentro de una red universal que guía la evolución física del ser humano. Si la muerte fuera el final, la vida no tendría sentido. Estamos predestinados a ir y venir entre varios universos a través del espacio y el tiempo para aprender a perfeccionarnos, evolucionar y adquirir más conocimientos. Debemos confiar en este proceso con ecuanimidad y valentía.