El M23 anuncia su retirada de una zona tomada en el este de la República Democrática del Congo

Kinshasa, 23 dic (EFE).- El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) anunció este viernes su retirada del área de Kibumba, en el este de la República Democrática del Congo (RDC), como muestra de su interés por encontrar una solución dialogada al conflicto con las autoridades congoleñas.

"A pesar de los ataques contra nuestras posiciones y las matanzas de nuestra gente (congoleños de origen ruandés o que hablan kiñaruanda) por parte del Gobierno de la RDC y sus grupos aliados, el M23 brinda su apoyo a los esfuerzos regionales por la paz", señaló el portavoz del ala política del M23, Lawrence Kanyuka, en una rueda de prensa en Kibumba.

"Este es un gesto de buena voluntad hecho en nombre de la paz", añadió.

Respondiendo a las preguntas de los periodistas, el coronel rebelde John Amani Nzenze dijo que es "el primer paso de un proceso que esperamos que continúe".

Tras la rueda de prensa, el grupo insurgente entregó el control de esta zona a una nueva fuerza militar de la Comunidad del Este de África (EACRF) desplegada en el este de la RDC para luchar contra los grupos rebeldes que operan allí.

El comandante de esta fuerza regional, el general de división Jeff Nyagah, "alentó" a los líderes del M23 "a seguir manteniendo la buena voluntad que han demostrado hoy".

Esto se produjo un mes después de la celebración en Angola de una minicumbre en la que el mandatario congoleño, Félix Tshisekedi, y el ministro ruandés de Asuntos Exteriores, Vincent Viruta -en representación de su presidente, Paul Kagame-, exigieron un cese de las hostilidades del M23 a partir del 25 de noviembre y su retirada de los territorios que mantienen bajo su control.

Sin embargo, el portavoz militar del M23, Willy Ngoma, dijo a principios de este mes que los rebeldes solo se retirarán de las zonas que controlan en el este de la RDC si el Gobierno congoleño admite mantener conversaciones de paz con ellos, algo que las autoridades del país han rechazado hasta el momento.

El temor por los combates del M23, que se reanudaron en marzo después de varios años de pausa, han obligado a más de medio millón de personas a abandonar sus hogares, según los últimos datos de la ONU.

Durante este período de tiempo, los insurgentes han ocupado grandes áreas y localidades estratégicas en la provincia congoleña de Kivu del Norte, después de hacer retroceder al Ejército congoleño en batallas intensas.

Además, Kinshasa acusa a Ruanda de ayudar al M23, lo que ha generado una grave crisis diplomática entre ambos países vecinos.

Si bien al menos dos informes de expertos confidenciales de la ONU a los que EFE tuvo acceso confirmaron la cooperación de Ruanda con el M23, Kigali siempre ha negado ese extremo.

Por su parte, Ruanda, así como el M23, acusan al Ejército congoleño de aliarse con los rebeldes de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados en la RDC para recuperar el poder político en su país de origen.

La ONU también confirmó esa colaboración.

El M23 se creó en 2012 como una escisión del extinto Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), un grupo de rebeldes en su mayoría de origen ruandés que luchó contra las FDLR en suelo congoleño -entre otros objetivos- y se integró en el Ejército de la RDC después del acuerdo de paz del 23 de marzo de 2009, que da nombre al grupo.

Entonces, los rebeldes desertaron del Ejército para exigir renegociar ese pacto de paz a fin de mejorar sus condiciones.

El este de la RDC lleva más de dos décadas sumido en un conflicto avivado por milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de una misión de paz de la ONU (Monusco). EFE

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