El lunes comienza el juicio contra Enrique Tarrio, ex líder de los Proud Boys. ¿Testificará?

En los inquietos días previos a que el Congreso se reuniera en enero de 2021 para certificar las elecciones presidenciales, Enrique Tarrio y otros destacados miembros de los Proud Boys tramaron una rebelión en el edificio del Capitolio federal para impedir el traspaso legal del poder de Donald Trump a Joe Biden, afirman las autoridades federales.

Tarrio, el líder del grupo nacionalista blanco con sede en Miami, y sus colegas crearon un Ministerio de Autodefensa e intercambiaron cientos de mensajes de texto cifrados sobre su plan “1776 Returns” para “irrumpir en el Capitolio” y dar la bienvenida al nuevo año con una “revolución”, según una acusación.

Casi dos años después del ataque del 6 de enero contra el Capitolio, Tarrio y otros cuatro miembros destacados de los Proud Boys serán juzgados el lunes en un tribunal federal de Washington DC, acusados de confabulación de sedición, confabulación para obstruir un procedimiento oficial y delitos relacionados. El juicio comenzará mientras una Comisión de la Cámara de Representantes se reúne el lunes para debatir su reporte final sobre la insurrección del 6 de enero y considerar las remisiones penales contra Trump y sus principales aliados en un presunto complot para anular las elecciones de 2020.

Las palabras de los Proud Boys, quizás más que sus acciones, formarán la esencia del juicio de alto perfil cuando los jurados decidan si Tarrio y los demás “tenían la intención” de usar la “fuerza” en un esfuerzo concertado para detener la sustitución de Trump por Biden en la Casa Blanca, una conclusión que debe hacerse para condenarlos por sedición. Para ello, sin embargo, no es necesario que los fiscales demuestren que los propios Proud Boys realmente usaron la fuerza, solo que sus amenazas verbales incitaron a la violencia en el Capitolio.

“El señor Tarrio y sus cómplices llevaron a cabo un crimen que golpeó el corazón de nuestra democracia”, dijo el fiscal Jason McCullough durante la audiencia de detención de Tarrio en el tribunal federal de Miami tras su arresto el pasado mes de marzo. Calificó la insurrección de “delito de terrorismo”.

El abogado defensor de Tarrio en Miami, Nayib Hassan, declinó hacer comentarios sobre las acusaciones contra el ex presidente de los Proud Boys, de 39 años, quien había trabajado en una tienda de camisetas de Miami antes de su arresto y detención antes del juicio.

“El señor Tarrio está deseando que empiece el juicio”, dijo Hassan en una declaración facilitada al Miami Herald el miércoles. “Estamos deseando hacer nuestra presentación de la evidencia y absolver al señor Tarrio de las acusaciones del gobierno”.

Pero un indicio de la defensa de Tarrio surgió en su audiencia de detención en marzo pasado, cuando Hassan señaló que él no estaba presente en el Capitolio el día de la insurrección y luego afirmó: “En ningún momento el señor Tarrio dio instrucciones a alguien para que entrara en el edificio del Capitolio”.

El juez de distrito Timothy J. Kelly, que preside el juicio de los Proud Boys, denegó dos peticiones de la defensa de desestimar el caso basándose en argumentos de la Primera Enmienda sobre la libertad de expresión, subrayando la evidencia de la acusación sobre los cargos de conspiración sediciosa y obstrucción.

Enrique Tarrio, líder de los Proud Boys, en un mitin celebrado el 26 de septiembre en Portland, Oregón.
Enrique Tarrio, líder de los Proud Boys, en un mitin celebrado el 26 de septiembre en Portland, Oregón.

¿Testificará Tarrio?

Expertos jurídicos afirman que el juicio de seis semanas, que comienza el lunes con la selección del jurado, se reducirá a las palabras de los Proud Boys, su significado y las posibles consecuencias.

“La defensa dirá que no usaron la fuerza, que se trató de una defensa y una protesta” protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución, dijo el abogado defensor miamense David Weinstein, ex jefe de la sección de Seguridad Nacional de la Fiscalía Federal en el sur de la Florida, quien no participa en el caso de los Proud Boys.

Sin embargo, los fiscales se centrarán en el resultado de las palabras amenazadoras de los Proud Boys que, según ellos, condujeron a la destrucción de propiedad gubernamental en el edificio del Capitolio y a la muerte de varias personas. Los fiscales destacarán que “sus acciones amplificaron las palabras que estaban pronunciando” en mensajes de texto encriptados, dijo Weinstein, añadiendo que mostrarán a los miembros del jurado fotos y videos de la violencia entre los alborotadores y las fuerzas del orden el 6 de enero.

Para el propio Tarrio habrá otro factor a tener en cuenta por los jurados: Aunque sus mensajes de texto muestran que estaba instruyendo a sus compañeros para atacar el Capitolio antes y el 6 de enero, había abandonado Washington DC el día anterior. Un juez le había ordenado abandonar la ciudad como parte de su fianza por un cargo no relacionado con un acto anterior de los Proud Boys en apoyo a Trump tras las elecciones.

Tarrio estaba viendo la insurrección del 6 de enero por televisión en la habitación de un hotel de Baltimore, mientras miles de partidarios de Trump conocidos por su política de extrema derecha asistían esa tarde al discurso “Stop the Steal” del presidente en el National Mall y después irrumpieron en el Capitolio y saquearon el edificio, lo que provocó la muerte de siete personas en relación con el ataque del 6 de enero, según un informe del Senado.

Pero aunque Tarrio no estuviera en el Capitolio el día de la insurrección, los jurados pueden seguir considerando que fue uno de los líderes de la confabulación para atacar el edificio y detener la votación del Congreso sobre las elecciones presidenciales, según expertos jurídicos.

“El problema que tiene es que, aun cuando quizá no estuviera presente el 6 de enero, si está en la conspiración no necesita estar presente en todos los actos”, según Joseph DeMaria, abogado defensor que trabajó en el Grupo de Trabajo contra la Delincuencia Organizada del Departamento de Justicia en Miami.

“La acusación refleja su acuerdo de unirse a una confabulación, especialmente en diciembre [de 2020], cuando creó el nuevo capítulo de los Proud Boys llamado Ministry of Self Defense (MOSD) y solicitó miembros”, dijo DeMaria. “A finales de diciembre estaba hablando de que el MOSD haría un viaje a Washington DC para el 6 de enero. Describió lo que suena como una estructura militar organizada. Los mensajes hablan de ocupar el edificio del Capitolio. Dijo que sería una operación completamente diferente, no una marcha nocturna para demostrar fuerza.

“Usó las palabras ‘Guerra’ y ‘Revolución’”, dijo DeMaria, “y usó la palabra ‘irrupción’ refiriéndose al Capitolio. El principal teatro de operaciones estaría frente al Congreso. Eso parece una prueba convincente de que cruzaron la línea del mero discurso”.

DeMaria y otros abogados ajenos al caso de los Proud Boys dijeron que Tarrio podría tener un argumento de “retirada de la conspiración”, señalando que abandonó Washington el día anterior a la irrupción del 6 de enero en el Capitolio. Pero, para prevalecer en esa defensa, Tarrio tendría que subir al estrado de los testigos, abandonar a los Proud Boys y “volverse contra su propio movimiento”, dijo DeMaria.

Hassan, el abogado de Tarrio, se negó a decir si este testificaría en el juicio.

Alborotadores escalan un muro en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, en Washington.
Alborotadores escalan un muro en el Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021, en Washington.

Mensajes cifrados

Para Tarrio, hay mucho en juego, sobre todo porque tiene antecedentes penales federales en Miami. En 2013, se declaró culpable en un caso de fraude relacionado con la atención médica que involucraba tiras reactivas para diabéticos y luego ayudó a los investigadores federales a apuntar a una docena de otros sospechosos, según muestran los registros judiciales. Cumplió un año y cuatro meses de prisión, lo que supuso una reducción de su condena original de dos años y seis meses.

Tarrio también se declaró culpable de los cargos estatales de quemar una pancarta de Black Lives Matter y portar cargadores de armas de fuego en un mitin de los Proud Boys a favor de Trump el 12 de diciembre de 2020 en Washington DC. Fue sentenciado a cinco meses y tras su encarcelamiento regresó a Miami.

Hasta la fecha, más de 900 personas, muchas de la Florida, han sido arrestadas en relación con la insurrección del 6 de enero en el edificio del Capitolio. A diferencia de Tarrio, la gran mayoría de ellos estaban allí en el momento del asalto. De ellos, unos 470 se han declarado culpables y más de 30 han sido declarados culpables en juicios, según el Departamento de Justicia federal.

El caso de sedición de los Proud Boys sigue al reciente juicio de cinco miembros de otro grupo supremacista blanco, los Oath Keepers, que terminó con la condena de todos los acusados, a pesar de que el veredicto sobre el principal cargo de confabulación sediciosa fue desigual. Elmer Stewart Rhodes III, líder de la organización de extrema derecha, y uno de sus lugartenientes, Kelly Meggs, que dirigía la sección de la Florida de la milicia, fueron declarados culpables de sedición. Pero tres miembros de menor rango del grupo fueron absueltos de ese cargo, que conlleva hasta 20 años de prisión.

Los fiscales federales en el juicio de Oath Keepers en noviembre se centraron en un almacén de armas que el grupo mantenía al otro lado del río en Virginia, diciendo que Rhodes y los otros miembros conspiraron para usar la fuerza para detener la transferencia legal del poder entre Trump y Biden. Aunque Rhodes y sus coacusados no cometieron ningún acto grave de violencia el 6 de enero, las armas almacenadas en Virginia indicaban una posible amenaza de uso de la fuerza para reforzar la acusación de confabulación contra Rhodes y Meggs.

El caso contra los Proud Boys presenta un conjunto diferente de evidencia basada en cientos de mensajes de texto cifrados enviados por Tarrio y otros miembros de alto rango que, según los fiscales, demuestran que estaban tramando usar la violencia para impedir que Biden asumiera el cargo entre las elecciones presidenciales y el 6 de enero.

Otras personas citadas en la acusación, presentada originalmente el año pasado, son: Ethan Nordean, de 31 años y de Auburn, Washington; Joseph Biggs, de 38 años, de Ormond Beach, Florida; Zachary Rehl, de 36 años, de Filadelfia, y Dominic Pezzola, de 44 años, de Rochester, Nueva York. Todos fueron detenidos y se declararon inocentes de los cargos.

Es probable que los fiscales llamen a declarar a dos testigos colaboradores que fueron miembros destacados de los Proud Boys y se declararon culpables antes del juicio: Charles Donohoe, de 34 años, de Carolina del Norte, condenado por confabulación para obstruir un procedimiento oficial y agresión, resistencia o impedimento a agentes de la autoridad; y Jeremy Bertino, de 43 años, condenado por confabulación sediciosa en relación con lo ocurrido en el Capitolio y posesión ilegal de un arma de fuego en un registro de su domicilio en Carolina del Sur.

En conjunto, la evidencia de la acusación parece socavar los argumentos de algunos acusados implicados en la investigación del 6 de enero de que el asalto al Capitolio fue una protesta espontánea. Pero para probar el principal cargo de sedición, los fiscales tendrán que demostrar que “el propósito de la confabulación de los Proud Boys era oponerse a la transferencia legal del poder presidencial por la fuerza” al frustrar el esfuerzo del Congreso para certificar los resultados del Colegio Electoral que mostraban que Biden ganó la presidencia.

La acusación describe a Tarrio como el ex presidente nacional e los Proud Boys, que se describe como una “organización fraternal prooccidental para hombres que se niegan a disculparse por crear el mundo moderno, también conocidos como chauvinistas occidentales”.

A Tarrio se le acusa de organizar a un grupo de miembros duros –el Ministerio de Autodefensa– para desarrollar una “planificación de concentración nacional” para una protesta “Stop the Steal” el 6 de enero, coincidiendo con la certificación por el Congreso de la votación del Colegio Electoral ese mismo día. El encausamiento también acusa a Tarrio y a los demás Proud Boys de idear una estrategia militante para atacar el edificio del Capitolio, usando la Internet no solo para desarrollar estrategias y reclutar miembros, sino también para recaudar fondos y comprar material paramilitar para el asalto.

La tarde del 6 de enero, mientras los Proud Boys y otros grupos extremistas asaltaban el Capitolio, Tarrio vio el asalto en las noticias de televisión y expresó su apoyo, según la acusación.

“Cuando termine de ver esto haré una declaración sobre mi arresto [el 4 de enero]... Pero por ahora estoy disfrutando del espectáculo ... Hagan lo que hay que hacer. #WeThePeople”.

Unos minutos más tarde, Tarrio posteó: “No te vayas”.

Un miembro de Proud Boy respondió: “¿Ya somos una milicia?”.

En una serie de mensajes, Tarrio dijo:. “Sí... No te equivoques... Nosotros hicimos esto...”.