Junto con Lula, el Gobierno quiere impulsar el ingreso de Venezuela y Bolivia al Mercosur

Alberto Fernández y Lula, en San Pablo, el lunes pasado
Alberto Fernández y Lula, en San Pablo, el lunes pasado - Créditos: @getty images

Aquel sonoro abrazo entre Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, el lunes pasado en la noche de San Pablo, fue para el Gobierno sólo el comienzo de los cambios profundos que imagina para la confluencia regional.

Luego del triunfo del líder del PT, y entusiasmados con retomar la “sintonía” con Brasil de las épocas doradas de inicios de siglo, ambos gobiernos ya anunciaron un “relanzamiento” del Mercosur. Un proceso que además de su costado económico incluiría un golpe político con la incorporación de Bolivia -su caso está pendiente de aprobación por el Congreso brasileño-y Venezuela, suspendida en 2017 por incumplimientos del gobierno chavista en la “cláusula democrática” (vinculada a violaciones a los derechos humanos y electorales) y la normativa del mercado común. Gobernaba entonces Mauricio Macri.

El primer día de enero, Lula asumirá su tercer mandato como presidente de Brasil. También comenzará por entonces la presidencia pro tempore de Argentina en el Mercosur, luego de seis meses con Uruguay como titular del mercado común. Para muchos en el Gobierno, el escenario es el propicio para avanzar con la “ampliación” del Mercosur, incorporando a dos gobiernos incluidos en la autoproclamada Patria Grande.

“Venezuela quiere entrar, a Lula le sirve para plantarse como líder regional y con nosotros el vínculo está muy bien, con normalización de relaciones diplomáticas y aumento en el intercambio comercial”, afirmó un alta fuente oficial, aunque desde la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero evitaron definiciones tajantes sobre el asunto.

El caso de Bolivia

Alberto Fernández y Evo Morales, el viernes, en Santa Fe
Alberto Fernández y Evo Morales, el viernes, en Santa Fe

Desde el Palacio San Martín sí remarcaron el interés argentino por la incorporación de Bolivia, que luego del triunfo de Luis Arce (MAS) continuó con su senda de estabilidad política y económica. “Bolivia vale mucho más ahora que hace diez años, al bloque le sirve sumar un nuevo mercado, y además aportaría por su estabilidad económica y la solidez que lograron”, dijeron en la Cancillería. Y agregaron que “la llegada de Lula al poder aceleraría el ingreso formal” de Bolivia al bloque común. “Tenemos una sintonía con el próximo gobierno de Brasil, que tiene que ver con los encadenamientos productivos y con integrar a la región y al Mercosur con el resto del mundo, agregando valor, empleo y ciencia y tecnología de la región”, aportó esta semana en declaraciones radiales la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca.

“En primera instancia esta es una zona de paz y tenemos todos los recursos estratégicos que se necesitan para el momento; sabemos cómo producir las cosas, generar tecnología de punta, vemos un escenario que aún con lo conflictivo que se ve todo afuera, podemos potenciar el Mercosur y ponerlo en la línea de lo que siempre fueron nuestros objetivos: generar más trabajo y producción nacional y regional, porque eso va a hacer que vivamos todos mejor”, agregó la funcionaria, apuntando a la integración económica pero también a la política en la región.

Más allá de la presencia siempre vigente de Evo Morales en la política regional (estuvo este viernes junto al Presidente en un acto en Santa Fe), la eventual inclusión formal de Bolivia en el Mercosur tendría un impacto político mucho menor que el del gobierno de Maduro, que mejoró en algo su imagen y su economía producto de la guerra en Ucrania, pero sigue sin convocar a una mesa de diálogo político con la oposición, como denunció días atrás en la reunión Celac-UE el dirigente español Josep Borrell, alto representante europeo para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.

“Fue (Mauricio) Macri el que sacó a Venezuela del Mercosur, se fue de la Unasur y también de la Celac. Ahora el clima de época es diferente, y a Lula le conviene reforzar su rol como dirigente regional”, especularon desde el oficialismo. Recordaron que, en su anterior paso por el gobierno brasileño, Lula impulsó la creación de los Brics y la organización del Mundial de 2014 y los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, dos años después; todos pasos en la dirección de consolidarse en la escena internacional.

Cláusula democrática

Oscar Laborde, cuando presentó sus cartas credenciales ante Nicolás Maduro como nuevo embajador argentino en Venezuela
Oscar Laborde, cuando presentó sus cartas credenciales ante Nicolás Maduro como nuevo embajador argentino en Venezuela - Créditos: @Cancillería

En relación con la intención declarada de Venezuela de ingresar a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), desde el Gobierno afirmaron que “se podría trabajar una excepción” en la reglamentación del Mercosur para que Venezuela pueda integrar ambos bloques regionales. Parte del esquema para impulsar el retorno de Venezuela está en manos del embajador en Caracas, Oscar Laborde, quien presidió el Parlasur hasta hace pocos meses y sostiene un fluido vínculo con las principales espadas del gobierno de Maduro.

Más allá de los deseos de un sector del Gobierno más cercano a Caracas, desde el Palacio San Martín admitieron que, más allá de que creció en los últimos tiempos el comercio bilateral, los venezolanos siguen con problemas vinculados a las denuncias de violaciones a los derechos humanos y su cercanía con Rusia y China.

“Venezuela salió del Mercosur porque ya no era una democracia, con violaciones a los derechos humanos, persecución a opositores, jura de autoridades judiciales cuestionadas. Creemos que esos argumentos para que no participe siguen vigentes”, afirmó el exsecretario de Asuntos Estratégicos del gobierno de Cambiemos, Fulvio Pompeo, ante la consulta de LA NACION.

“El mundo cambió, y Estados Unidos protesta pero después le compra petróleo a Venezuela”, justificaron en el Gobierno para abonar la idea de impulsar el ingreso de Venezuela al Mercosur.