Los retrovisores digitales ya son una realidad en Japón

El diseño interior de los coches y sus funciones han dado en los últimos 3 años pasos de gigante. Cada vez más, los automóviles son auténticos teléfonos inteligentes con ruedas: los últimos modelos cuentan con conexión a Internet, aplciaciones como Spotify o Google Maps, y sius relojes y manillas han sido sustituidas por pantallas LED.

Pero su diseño exterior, sigue siendo igual que siempre: como hace 100 años, los coches tienen puertas, maletero, capó y cuatro ruedas. Evidentemente, es muy difícil cambiar estas partes, vitales para el correcto y cómodo funcionamiento de la máquina, pero en Japón se está empezando a probar una novedad que puede cambiar para siempre las formas de nuestros vehículos.

Se trata de los retrovisores digitales. En vez de dos espejos, los ingenieros nipones han colocado dos pequeñas cámaras que captan a la perfección lo que se sucede en los laterales y en la parte de atrás del coche. El próximo mes de agosto se pondrá a la venta el primer modelo con este revolucionario sistema.

Según revela Xataka, la primera marca por apostar por esta tecnología y poner un coche en la calle dotada con ella será Nissan, que la montará en su Nissan X-Trail. Pero tal y como se dice en el artículo, ha habido otras casas que han experimentado con los retrovisores digitales en el pasado, pero no se han atrevido a vender uno -más que nada, porque la legislación actual en EE.UU. y en Europa lo prohibe, pero en Japón no-. Una de ellas es Cadillac, que lo montó en su CT6.

Los retrovisores digitales son cámaras colocadas en el mismo lugar en el que están los espejos, y que graban lo que sucede en los alrededores del vehículo. Las imágenes luego pueden ser vistas en el interior del coche, ya sea en una pantalla central o en una pantalla situada en la esquina de la puerta, en el lugar en el que actualmente miramos los retrovisores.

Las ventajas de esta tecnología son variadas: no hace falta ajustar el espejo, no existe el temido punto muerto, la imagen nos llega de manera nítida y en alta resolución. Y por si esto fuera poco, el consumo de gasolina se reduce, ya que la aerodinámica del vehículo mejora sin los retrovisores clásicos. Como nota negativa, cualquier fallo electrónico nos dejaría tirados en medio de la carretera, y las piezas de sustitución serían más caras que los espejos clásicos.