Los padres pueden hacer mucho más para que sus hijos aprendan a conducir de manera segura

Por Shereen Jegtvig NUEVA YORK (Reuters Health) - Los padres están perdiendo oportunidades valiosas para compartir sus conocimientos al volante mientras sus hijos aprenden a conducir, según afirma un equipo de Estados Unidos. Registros de la interacción entre padres e hijos mientras estos últimos estaban conduciendo un automóvil revelaron que apenas la mitad de la conversación entre ambos era sobre el manejo, principalmente sobre instrucciones simples o críticas. Rara vez los padres transmitían conocimientos, como anticipar y evitar peligros. "Todo este asunto de cómo los padres supervisan a sus hijos adolescentes fue una 'caja negra' durante años", dijo el autor principal, Arthur Goodwin, del Centro de Investigación de Seguridad en las Autovías de University of North Carolina. En 46 estados más el Distrito de Columbia, los adolescentes con permiso para conducir como aprendices deben acumular cierta cantidad de horas de manejo con la supervisión de un conductor con licencia, en general, un padre. El equipo de Goodwin reunió 52 conductores adolescentes con sus padres para conocer qué sucede durante ese momento. Los adolescentes tenían 15 años y habían recibido sus permisos para conducir con supervisión de un adulto en el Estado de California del Norte en las últimas cuatro semanas. Los investigadores instalaron cámaras pequeñas en los automóviles que conducirían los adolescentes para poder observar las interacciones y oír las conversaciones entre padres e hijos. El equipo analizó 2.068 videos: el 61 por ciento incluía conversaciones sobre el manejo y la mitad, comentarios sobre el control o el funcionamiento del automóvil. "La mayor parte del tiempo, los padres hacen algún comentario o responden dudas sobre la forma en que sus hijos conducen, de modo que están atentos a lo que hacen sus hijos y hay mucha interacción", indicó Goodwin. Pero esa información era básica, instrucciones sobre cómo conducir el automóvil, según agregó el autor. "Lo que más hacían los padres era decirles que bajaran la velocidad, en especial al llegar a las bocacalles", precisó. El 23 por ciento de los comentarios eran para señalar algún objeto en el camino o algo sobre la ruta elegida. El 22 por ciento de los comentarios eran palabras negativas sobre la forma de conducir del adolescente, mientras que otro 18 por ciento de las veces se intentaba ayudar a los adolescentes a orientarse, según publica el equipo en Accident Analysis and Prevention. "Lo único que no detectamos en cantidad es lo que denominamos la enseñanza de instrucciones de orden superior a los adolescentes, que son lo opuesto a las instrucciones básicas", dijo Goodwin. Para el autor, los padres tienen la capacidad de anticiparse a lo que puede suceder y saber cuándo dejar de acelerar, pero los adolescentes carecen de esa experiencia y pasan por alto muchas claves hasta que la adquieren. FUENTE: Accident Analysis and Prevention, online 2 de marzo del 2014.