Los Hermanos Grimm están de moda y no precisamente por sus cuentos

Recientemente fueron encontrados en Polonia 27 libros que formaban parte de la biblioteca perdida de los filólogos alemanes

Los Hermanos Grimm tenían una biblioteca con valiosos ejemplares muchos de los cuales desaparecieron en la Segunda Guerra Mundial (Foto:Getty)
Los Hermanos Grimm tenían una biblioteca con valiosos ejemplares muchos de los cuales desaparecieron en la Segunda Guerra Mundial (Foto:Getty)

Los Hermanos Grimm fueron unos meticulosos estudiosos de la lengua germana y de sus textos escritos. Y, en ese afán por analizar el idioma, se dieron a la gran tarea de investigar entre los pobladores más viejos, las anécdotas, leyendas y cuentos del folklore de la tierra en la que nacieron.

La Cenicienta, Blancanieves, Rapunzel, Hansel y Gretel y La bella durmiente son apenas algunos de los cuentos más conocidos que los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm recopilaron de la cultura popular, unas historias que han sido edulcoradas y modificadas a lo largo de los años para hacerlas más digeribles en la industria del cine y la literatura occidental.

Pero, si bien la publicación de los cuentos hicieron famosos a los hermanos y les proporcionaron ingresos, este no era el trabajo que realmente le apasionaba a estos germanos que vivieron entre el siglo XVIII y XIX sino, como se ha comentado, el estudio del idioma.

Ellos son considerados los padres de la filología germánica pero, además de analizar textos escritos, se introdujeron en el estudio del lenguaje, de las tradiciones orales, de los símbolos y del arte.

Escribieron análisis lingüísticos y literarios e iniciaron la difícil tarea de hacer un diccionario histórico alemán que dejaron inconcluso y hoy, el Deutsches Wörterbuch, es uno de los principales registros de palabras del país.

Es por eso que entre los dos hermanos lograron atesorar más de 8.000 libros de gran valor lingüístico, histórico y cultural, muchos de los cuales se perdieron durante la Segunda Guerra Mundial.

La buena noticia es que algunos de estos preciados textos están empezando a aparecer y, en mayo de este año, se anunció que fueron descubiertos 27 libros en Polonia.

El rastreo de esa biblioteca perdida se mantiene. Porque los que antes eran unos incansables investigadores de textos e historias, tienen ahora un séquito de profesionales que los estudian a ellos, lo que hicieron, por qué lo hicieron, lo que leyeron, lo que escribieron, a quiénes le hablaron y qué aprendieron.

Los Hermanos atesoraban obras incunables, es decir, que fueron escritas antes del año 1500 cuando empezó la era de la impresión de textos. También grabados antiguos y libros actuales para su tiempo.

Entre los 27 libros encontrados recientemente en la biblioteca universitaria de la Universidad Adam Mickiewicz de Poznan (UAM) en Polonia por las investigadoras Eliza Pieciul-Karminska, Renata Wilgosiewicz-Skutecka y Anna Loba se cuentan una biblia de Basilea de 1491, un libro sobre Carlomagno de Lyon de un siglo después, y otros de historia de Alemania en canciones, así como asuntos geográficos de 1861.

Algunas de las piezas encontradas conservan las anotaciones de los Hermanos y también sellos de la biblioteca de Berlín que fueron estampados antes de 1945, año en el que muchos de los textos fueron extraídos de Alemania de forma precipitada para evitar que fueran víctimas de los bombardeos.

Los Hermanos dejaban notas en las primeras páginas de los libros en las que aclaraban la importancia del texto para la investigación que estaban desarrollando (Foto:Getty)
Los Hermanos dejaban notas en las primeras páginas de los libros en las que aclaraban la importancia del texto para la investigación que estaban desarrollando (Foto:Getty)

Y fue precisamente por esos sellos y anotaciones que las investigadoras lograron seguir la pista de las pertenencias literarias de los Hermanos.

En algunos de los textos encontrados, se pueden observar las anotaciones de puño y letra de los Grimm sobre palabras, personajes, lugares o cualquier cosa que mereciera un análisis más exhaustivo o condujera a otro sitio lingüístico de interés.

Además, Jacob acostumbraba hacer un índice de las partes subrayadas que ubicaba en la contraportada del texto con una referencia a lo que estaba destacado y el número de la página.

Asimismo, las profesoras tienen como guía para saber lo que falta de la colección Grimm, el inventario que hizo el bibliotecario alemán Ludwig Denecke, que también fue un experto en la obra de los filólogos y fue el encargado de escribir la historia de los Hermanos en la Enciclopedia Británica.

La mayor parte de la biblioteca de los Hermanos cuenta con casi 6.000 volúmenes y se conserva en el Centro Jacob y Wilhelm Grimm en el barrio berlinés de Mitte, un edificio resguardado por la Biblioteca de la Universidad Humboldt que fue bautizado con el nombre de los célebres filólogos el 12 de octubre de 2009.

Los Grimm se convirtieron en personalidades reconocidas en Alemania a lo largo del siglo XIX, pero la fama empezó a rodearlos desde mucho antes de que la corona pusiera su brillo en ellos, cuando Jacob y Wilhelm recorrían los pueblos en busca de esas historias que le daban significado a la cultura que en ese momento transitaban.

Los Hermanos entrevistaron a un buen número de mujeres porque eran ellas las que conocían los cuentos, eventos históricos y las leyendas de cada zona. Eran ellas las que le narraban fantasías a los niños y, a veces, guardaban registro con escritos u objetos artísticos, de lo que pasaba en sus pueblos.

En ese recorrido conversaron con las seis hijas de un vecino de los Grimm, que era conocido como el farmacéutico Wild y una de ellas, Dorothea, se casó con el menor de los filólogos, Wilhelm.

También hablaron con las hermanas Hassenpflug, las hijas de la familia Haxthausen y las de la Droste-Hülshoff, a la que pertenece Anette que después sería reconocida como la poetisa más importante del siglo XIX de Alemania.

La hija del pastor de la localidad de Allendorf, Friederike Mannel, hizo su aporte a los Hermanos y la historia destaca la figura de Dorothea Viehmann, que vivía en la ciudad de Kassel, como la persona más importante en ofrecer datos y cuentos valiosos a los Grimm.

Existe una pintura del artista alemán Ludwig Katzenstein en la que se retrata a los Hermanos en la casa de Dorothea Viehmann, muy atentos a lo que está contando la mujer rodeada de sus hijos y de algunas gallinas.

La obra, al parecer, narra de forma ilustrada lo que fue una serie de encuentros que los Grimm sostuvieron con Dorothea, la hija de un tabernero francés que escuchó, y se grabó en la memoria, las historias y cuentos de hadas que los visitantes de taberna contaban.

La hija del tabernero hugonote le contó a los Grimm más de cuarenta cuentos y leyendas que formaron parte de la famosa obra de los Hermanos llamada Cuentos infantiles y del hogar en el que están todos esas historias de hadas y de magia, la mayoría de las cuales han sido llevadas al cine por Disney.

El hecho de que muchas de estas historias hayan sido contadas por una mujer de origen francés explican la aparición de las hadas en buena parte de estos relatos, porque estos seres mitológicos inundan el folklore de Francia.

También se entiende por qué, en algunas de las primeras ediciones, las hadas fueron suprimidas en una Alemania que aún no estaba unificada y se sentía afectada por el romanticismo en las artes que reforzaba las ideas nacionalistas.

Los Hermanos nacieron en el seno de una familia burguesa en la ciudad de Hanau y se llevaban apenas un año de diferencia. Jacob (1785 - 1863) era el mayor de los dos y murió casi cuatro años después que Wilhelm (1786 - 1859). Fueron dos de los cinco hijos del abogado y magistrado Phillipp Grimm y de su esposa, Dorothea Zimmer.

Dorothea Viehmann fue la mujer que aportó la mayor cantidad de historias a la búsqueda de los Grimm (Foto:Getty)
Dorothea Viehmann fue la mujer que aportó la mayor cantidad de historias a la búsqueda de los Grimm (Foto:Getty)

La familia contaba con la ayuda de la tía paterna, Juliane Grimm, que le enseñó a los niños el abecedario, a leer y a escribir, y también religión. Por eso, cuando en 1791 Phillipp es nombrado magistrado del cercano pueblo de Steinau, la hermana se muda con ellos despertando las aptitudes intelectuales de los hermanos.

Pero el año 1796 se lleva la vida de Phillipp y después la de su hermana Juliane dejando a la familia en serias dificultades económicas, por lo que los dos hermanos son enviados a la casa de la tía materna Henriette Zimmer en la ciudad de Kassel para que pudieran tener una buena educación.

Los dos fueron a la Universidad de Marburgo y estudiaron Derecho y Literatura Medieval. En esta institución conocieron al poeta y folklorista Clemens Bretano que los llevó a amar la poesía popular y también al jurista e historiador Friedrich Karl von Savigny que les enseñó un método para hacer investigaciones a partir de fuentes escritas.

En 1806 Bretano les encargó a los hermanos ya graduados buscar y recopilar poesía popular, una tarea que los encaminó a iniciar las entrevistas con las mujeres que les contaron esas historias fantásticas de la cultura popular que recopilaron en forma de cuentos y publicaron con mucho éxito.

A Jacob le llamaba la atención el origen de las historias y la riqueza lingüística, y Wilhelm trasladaba las narraciones orales a palabras bellamente escritas.

A los Hermanos les tocó adaptarse a los diferentes cambios de mando en la región y a seguir las pautas de unos y otros en medio de las crisis políticas y sociales. A lo largo de los años de dominio napoleónico, Jacob trabajó en 1808 como bibliotecario privado de Jerónimo Bonaparte, rey de Westfalia (1807-1813) y hermano de Napoleón.

En esta misma época napoleónica fue también auditor del Consejo de Estado imperial hasta la derrota del emperador en 1813.

Más tarde, en 1928, Jacob publicó un estudio sobre antiguas prácticas, leyes y creencias del pueblo germánico llamado Antigüedades del Derecho Germánico y en 1835 los Hermanos publican el libro Mitología Germanica y, para ese momento, ya formaban parte de la plantilla de reconocidos profesores en la ciudad de Göttingen.

Blancanieves y los siete enanos es uno de los cuentos más populares que fue dado a conocer al mundo en la primera película de Disney (Foto:Getty)
Blancanieves y los siete enanos es uno de los cuentos más populares que fue dado a conocer al mundo en la primera película de Disney (Foto:Getty)

Los Hermanos lograron ser valorados por compatriotas y foráneos, menos la vez en la que se sumaron a otros cinco docentes de Göttingen para protestar contra el rey de Hannover, Ernesto Augusto I (1771-1851) por su intento de abolir o reformar la constitución liberal existente.

A los catedráticos los echaron de la universidad y tres de ellos, incluyendo a Jacob, fueron expulsados del reino de Hannover, un suceso que marcó a los docentes como Los siete de Göttingen.

Sin embargo, los Hermanos ya habían dejado un prolífico legado en esa ciudad entre los que se incluye el inicio del diccionario Deutsches wörterbuch, el estudio del desarrollo histórico de las lenguas germanas llamado Gramática Germana (Deutsche Grammatik) en el que se formularon las leyes del cambio sonoro en distintos idiomas.

También sentaron las bases para lo que se conocería como la Ley de Grimm, un tratado etimológico indispensable para el estudio lingüístico de las lenguas germánicas, latinas y eslavas.

La expulsión, lejos de terminar con sus carreras, los dejó en un escenario en el que todas las instituciones los querían con ellos. El rey de Prusia, Federico Guillermo IV, los invitó a dar conferencias como miembros de la Real Academia de Ciencias y, además de dar clases, trabajaban en el diccionario.

Ambos murieron en Berlín, el mayor con casi 80 años y el menor a punto de cumplir los 74 años. El hijo de Wilhelm llamado Hermann, entregó la inmensa colección de libros de los Hermanos a la Biblioteca Universitaria de Berlín tras la muerte de su tío.

Años después, en 1898, los bibliotecarios de Berlín donaron algunos de los libros a la biblioteca de Poznan en Polonia, pero la mayor parte de la colección permanecía en la capital alemana.

Cuando la Segunda Guerra Mundial estaba por terminar, los bibliotecarios alemanes se apuraron en sacar los libros de los Grimm para salvarlos.

Tras el último hallazgo de los 27 libros, los investigadores que siguen las pistas Grimm se han unido al profesor Holger Ehrhardt de la Universidad de Kassel, para tratar de encontrar otros de los tesoros de la valiosa biblioteca que sirvió de herramienta a los Hermanos para dejar ese invaluable legado de conocimiento.

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Fuentes: DW, National Geographic, Cambridge, Biblioteca Universidad Humbolt, Grimmstories, Artnet, La Brújula Verde, DWDS, Smithsonianmag, All Poetry