Los eclipses no eran un misterio para los astrónomos antiguos: Así los predecían hace 2.500 años

La astronomía moderna ha confirmado que el ciclo de saros ocurre efectivamente cada 18 años, 11 días y ocho horas

Mapa del mundo de Edward Stanford Limited marcado con las trayectorias del ciclo de eclipses de Saros de 1927 a 2164. La hora y el lugar de los eclipses solares y lunares se repiten durante un período de unos 18 años, en un patrón descubierto por los mesopotámicos hace más de 2.500 años. (Photo by SSPL/Getty Images)
Mapa del mundo de Edward Stanford Limited marcado con las trayectorias del ciclo de eclipses de Saros de 1927 a 2164. La hora y el lugar de los eclipses solares y lunares se repiten durante un período de unos 18 años, en un patrón descubierto por los mesopotámicos hace más de 2.500 años. (Photo by SSPL/Getty Images)

El eclipse del 8 de abril ha despertado la fascinación mundial por los fenómenos astronómicos. Por eso es un buen momento para recordar que desde hace milenios la humanidad ha prestado atención a los cielos y las civilizaciones antiguas en Mesopotamia y China ya comprendían bien los patrones que gobernaban los inexorables ciclos de la luna y el sol.

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Los astrónomos babilónicos siguieron con paciencia todo lo que ocurría sobre sus cabezas y anotaron con detenimiento sus observaciones estelares con el primer tipo de escritura conocida en la humanidad. Gracias a esos registros realizados en escritura cuneiforme, que se hacía dejando marcas, o pictogramas, sobre tablillas de arcilla blanda, hoy comprendemos el conocimiento

No sabemos los nombres de los astrónomos que contribuyeron con el hallazgo ni cómo lo hicieron. Pero de lo que no cabe duda es que alrededor del siglo VII u VIII a.C. aprendieron a predecir los futuros eclipses solares y lunares utilizando un patrón que hoy se conoce como el ciclo de saros.

Sus rigurosas observaciones revelaron que podían ocurrir 38 eclipses en un periodo de 6.585 días, que equivale a 223 meses, o 18 años, 11 días y ocho horas.

Esos hallazgos no sólo eran una actividad científica sino una ciencia sagrada que podía cambiar el rumbo de toda la estructura política y religiosa del lugar. En Mesopotamia, territorio que en la actualidad corresponde a Iraq, se creía que los dioses utilizaban los eclipses para enviar mensajes sobre el futuro.

La importancia de la luna para el rey

Los eclipses lunares, por ejemplo, presagiaban la muerte inminente del rey. Pero la posibilidad de predecir cuándo sería el próximo eclipse ofrecía una ventaja política importante. Cuando los astrónomos calculaban que faltaba poco para que ocurriera el fenómeno, el rey abdicaba temporalmente y elegía un sustituto. El desafortunado reemplazo era asesinado cuando pasaba el peligro cósmico y el mandatario volvía a asumir su rango real.

En la “Crónica de los primeros reyes”, el rey Erra-imitti de la ciudad de Isin fue reemplazado por un jardinero llamado Enlil-bani, como parte de un ritual concebido para evitar los nefastos designios divinos del ciclo de Saros. Pero el verdadero rey murió tomando sopa caliente y el jardinero permaneció en el trono.

Se ha comprobado que los reyes Erra-imitti y Enlil-bani existieron y reinaron sucesivamente en Isin durante el siglo XIX a.C. Pero los historiadores creen que la historia recogida en la Crónica de los primeros reyes es una leyenda creada para explicar un cambio dinástico poco habitual.

Los ciclos de saros ya no son necesarios porque los astrónomos cuentan con herramientas de observación sofisticadas y modelos matemáticos precisos que les permiten calcular el momento exacto de la ocurrencia de los fenómenos astronómicos hurgando miles de años en el pasado o proyectando en el futuro lejano. Pero el método predictivo de los mesopotámicos siguen siendo útil para explicar cómo y por qué ocurren los eclipses.

Los designios de los cielos chinos

Los mesopotámicos no fueron los únicos en buscar significados en el cielo. Existe una crónica antigua conocida como los “Anales de Bambú” en China que hace referencia a un eclipse lunar que ocurrió en el 1059 a.C. durante el reinado del último emperador de la dinastía Shang.

Ese eclipse fue interpretado por uno de los reyes vasallos, conocido como Wen de la dinastía Zhou, como una señal para desafiar al líder supremo.

El relato señala que fue el eclipse lo que desencadenó acontecimientos políticos y militares claves en la transición de la dinastía Shang a la Zhou en la antigua China.

Se sabe que fueron muchos los factores que incidieron en la caída de la dinastía Shang. Pero los Zhou insistieron en que el emperador Shang no tenía la estatura moral para gobernar y adujeron que el cielo no deseaba que siguiera gobernando por su indulgencia con el alcohol y otros placeres terrenales.

Tanto en la antigua Mesopotamia como en la antigua China, los eclipses proporcionaron justificaciones para cambiar el rumbo de la historia.

Muchos se preguntan cómo es posible que los astrónomos antiguos descubrieran esos patrones si los eclipses sucesivos de un mismo ciclo son visibles desde distintas partes del mundo y los babilonios no fueron grandes viajeros y apenas se desplazaron poco más allá de los territorios de la actual Iraq.

La respuesta es que los ciclos de saros se aplican tanto para los eclipses lunares como a los eclipses solares, y un eclipse lunar se puede observar desde la mitad del mundo. Las tablillas de arcilla de los babilonios contenían un registro de la mitad de todos los eclipses lunares que ocurrieron durante siglos.

Lo que dice la Nasa

La astronomía moderna confirma que el ciclo de saros ocurre efectivamente cada 18 años, 11 días y ocho horas. La NASA especifica que hay tres meses diferentes para rastrear los eclipses, dependiendo de la órbita lunar.

Esos tres momentos toman en cuenta cuándo ocurre la Luna Nueva, cuándo está más cerca de la Tierra y cuándo pasa por el plano de la eclíptica de la Tierra. Sin embargo, las ocho horas adicionales se correlacionan con un cambio longitudinal de 120º en el planeta.

El ciclo de saros explica que cada 54 años el eclipse vuelve a la misma región. Luego del eclipse del 8 de abril de 2024, en 2078 el fenómeno regresará nuevamente por el sur, desde Texas hasta Virginia.

La NASA señala que alrededor de 40 series de eclipses diferentes ocurren al mismo tiempo y cada año existe la posibilidad de ver de dos a cinco eclipses en todo el mundo. La agencia espacial afirma que Saros sigue siendo útil para organizar los eclipses en familias o series y que cada serie suele durar de 12 a 13 siglos y contiene 70 o más eclipses.

El eclipse del 8 de abril es parte de Saros 139 y tiene patrones hasta el 3 de junio de 2763.

Fuentes: Forbes, SkyandTelescope, Kttc, NASA, Astronomy.com

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