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Locura, enfermedad y muerte: con estas imágenes demonizaron durante siglos la masturbación

‘El libro sin título: las consecuencias fatales de la masturbación’ o ‘Le Livre Sans Titre’ está publicado digitalmente <span>en los archivos del Royal College of Physicians of London y mu</span>estra -a todo color- el supuesto deterioro físico y moral de un joven que acaba muriendo a los 17 años por practicar la masturbación. (Captura de pantalla Livre Sans Titre)

El onanismo o la masturbación es considerada hoy día una actividad natural de hombres y mujeres, e incluso se presenta como un acto saludable y hasta divertido. Y de ninguna manera su práctica genera efectos adversos sobre la salud. Pero hubo un tiempo en que se creía lo contrario, y hasta se escribieron libros sobre la incidencia perjudicial de la masturbación en el bienestar de los hombres, tratados médicos que en pleno siglo XXI resultan de lo más hilarantes.

En la época victoriana la obsesión pública con la moralidad consumía el pensamiento social. La masturbación o el “autoabuso” fueron consideradas por prestigiosos médicos de la época como un problema social importante entre los jóvenes, particularmente los hombres, que eventualmente podía llevar a la discapacidad, la locura e incluso la muerte.

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El onanismo se relacionaba con la falta de autocontrol, y llevó a psiquiatras a tomar medidas extremas: se diseñaron dispositivos especiales para que los jóvenes se abstuvieran de tocarse, como restricciones mecánicas y hasta la cirugía, todo para evitar y castigar la masturbación.

Un dispositivo anti masturbación utilizado en los siglos 18 y 19, cuando se vinculaba al onamismo con la locura (Foto: Getty)
Un dispositivo anti masturbación utilizado en los siglos 18 y 19, cuando se vinculaba al onamismo con la locura (Foto: Getty)

Los tratamientos aplicados por el psiquiatra canadiense Maurice Bucke dicen mucho sobre el empecinamiento de erradicar la masturbación en el siglo XIX. El médico creía que existía una relación directa entre esa práctica y la locura. En el psiquiátrico donde trabajaba trató de prevenir el acto insertando quirúrgicamente un anillo de alambre de plata a través del prepucio, haciendo imposible la masturbación sin dolor.

Una vez que los pacientes fueron condicionados para no tocarse a sí mismos como resultado del procedimiento, el cable podría retirarse para permitir la actividad sexual procreativa -y esta sí- socialmente aceptable, como se relata en los archivos del St Joseph’s Regional Mental Heath Care London de Ontario, Canadá.

No solo había ‘terapias’ correctivas, la prevención venía acompañada de libros y folletos, una especie de ‘marketing’ de la época que ayudaba a propagar los supuestos efectos negativos del acto de tocarse a sí mismo en los órganos sexuales.

Libros y folletos

Parte del trabajo de propagar una mala imagen del onanismo ya estaba hecho desde 1760. El libro más emblemático sobre la demonización de esta práctica natural se titula ‘El onanismo, enfermedades causadas por la masturbación’ escrito ese año por el médico suizo Samuel-Auguste Tissot y titulado originalmente en francés L’Onanism. Dissertation sur les maladies produites par la masturbation.

El libro de Tissot: ‘El onanismo, enfermedades causadas por la masturbación’ (Foto: Wikimedia Commons)
El libro de Tissot: ‘El onanismo, enfermedades causadas por la masturbación’ (Foto: Wikimedia Commons)

El texto expone los efectos negativos que supuestamente causaba la masturbación tanto en la mente como en el cuerpo. Para apoyar su tesis Tissot presenta diferentes supuestas historias de pacientes. Además utiliza citas de galenos antiguos, como Galen y Celsus, así como de los médicos más destacados de su época, como Herman Boerhaave.

Según el libro, la masturbación hace que los jóvenes envejezcan. “Se vuelven pálidos, estúpidos, afeminados, ociosos, débiles e incluso vacíos de comprensión; sus cuerpos se inclinan hacia delante, sus piernas son débiles, tienen disgusto por cada cosa, no son aptos para nada y muchos se ven afectados por la parálisis”.

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Otra cita dice: “La pérdida demasiado grande de semen produce debilidad, inmovilidad, convulsiones, demacra, sequedad, dolores en las membranas del cerebro, daña los sentidos, particularmente el de la vista, da lugar a un consumo dorsal, indolencia y a las diversas enfermedades relacionadas con ellos”.

El propio Tissot escribe sobre uno de sus propios pacientes: “Un hombre joven, de no 16 años, se convirtió en un adicto a la masturbación en un grado tan grande, que finalmente, en lugar de semen, hubo una emisión de sangre, que fue seguido por un dolor excesivo e inflamación de todos los órganos genitales”.

Por increíble que parezca, Tissot fue uno de los médicos más notables de su época. Fue nombrado consejero médico del Vaticano y una vez incluso recibió una carta de elogio de Napoleón Bonaparte.

Una insólita ‘historia’ gráfica

Pero hay otro libro publicado en 1830 que destaca por sus gráficos de lo más elocuentes. Se titula ‘El libro sin título: las consecuencias fatales de la masturbación’ o ‘Le Livre Sans Titre‘ y está disponible en los archivos digitales del Royal College of Physicians of London. En sus páginas se muestra a todo color el supuesto deterioro físico y moral de un joven que acaba muriendo a los 17 años por practicar la masturbación.

A continuación los gráficos con unos textos que a la luz de hoy pueden causar gracia pero seguramente generaron preocupación y angustia entre los jóvenes de la época. Con estas imágenes demonizaron durante décadas la masturbación masculina:

Era joven, guapo; la gran esperanza de su madre
“Era joven, guapo; la gran esperanza de su madre” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
¡Se corrompió a sí mismo! ... pronto soportó el dolor de su error, viejo antes de su tiempo
¡Se corrompió a sí mismo! … pronto soportó el dolor de su error, viejo antes de tiempo” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
Un fuego devorador le quema las entrañas; sufre horribles dolores de estomago ...
Un fuego devorador le quema las entrañas; sufre horribles dolores de estómago… (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
Ver sus ojos una vez tan puros, tan brillantes; ¡Se extinguen! Una banda de fuego los envuelve.
“Ver sus ojos una vez tan puros, tan brillantes; ¡Se extinguen! Una banda de fuego los envuelve” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Le cuesta mucho caminar” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Le cuesta mucho caminar” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Su cabello, que alguna vez fue tan hermoso, cae como de la vejez; Su cuero cabelludo se vuelve calvo antes de su edad” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Su cabello, que alguna vez fue tan hermoso, cae como de la vejez; Su cuero cabelludo se vuelve calvo antes de su edad” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Su pecho se desploma … vomita sangre” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Su pecho se desploma … vomita sangre” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Las pústulas cubren todo su cuerpo … ¡Es terrible de contemplar!” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“Las pústulas cubren todo su cuerpo … ¡Es terrible de contemplar!” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“A la edad de 17 años, expira, y en horrible tormento” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)
“A la edad de 17 años, expira, y en horrible tormento” (Foto: Captura de pantalla Livre Sans Titre)

El psicólogo social Leoncio Barrios, autor del libro ‘Los sustos del sexo‘ dice que aún hoy hay creencias equivocadas sobre la masturbación que “asustan a cualquiera”.

“… Que si la gente se vuelve loca, que si es de desviados sexuales, que si es “malo” o “sucio” hacerlo, que salen pelos en las manos o espinillas en la cara, que si que solo los varones se masturban… Todo eso es falso. La masturbación es una práctica natural, placentera, relajante y muy segura porque no hay riesgo de consecuencias negativas como un embarazo indeseado o una infección de transmisión sexual. Puede realizarla el varón o la mujer cuando lo quiera, siempre y cuando sea en un lugar privado y no obstaculice otras actividades de su vida cotidiana, como las tareas, el juego, el trabajo, las ayudas en la casa o la relación con la pareja.

Quizás el gran susto de la masturbación es que te descubran con ‘las manos en la masa’, como dice el refrán- y por eso es necesario hacerlo en el sitio y en el momento que tengamos privacidad y tranquilidad“.