Lo que debes saber sobre los 1.475 niños migrantes que se le 'perdieron' al gobierno de EEUU

Un clamor crece en la opinión pública estadounidense y se refleja en las redes sociales. ¿Dónde están los 1.475 niños migrantes a los que el gobierno federal les perdió la pista luego de que cruzaron solos la frontera, entraron al país, fueron detenidos por las autoridades migratorias y entregados a adultos en custodia? ¿Qué ha sido de ellos y por qué se desconoce su paradero?

Esas preguntas han causado indignación entre políticos, activistas y el público en general y, por añadidura, las autoridades no parecen tener una respuesta convincente al respecto. El clamor sobre ello se ha expresado en etiquetas como #WhereAreTheChildren y #MissingChildren.

Miles de menores centroamericanos han cruzado a Estados Unidos en años recientes, la gran mayoría huyendo de la violencia y la miseria en sus lugares de origen. (Getty Images)
Miles de menores centroamericanos han cruzado a Estados Unidos en años recientes, la gran mayoría huyendo de la violencia y la miseria en sus lugares de origen. (Getty Images)

¿Cuántos niños están ‘perdidos’?

La cifra de 1.475 menores migrantes fue confirmada por Steven Wagner, alto funcionario del Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHSS por sus siglas en inglés), que entre octubre y diciembre de 2017 realizó contactos para ubicar a 7.635 de esos menores que colocó bajo la custodia de adultos ‘patrocinadores’, que pueden ser familiares pero también personas sin relación consanguínea.

De ellos, identificó que 6.075 aún viven con sus ‘patrocinadores’, 28 escaparon, 5 fueron deportados y 52 viven con alguien más, según reportó The Washington Post. De la diferencia, 1.475 menores, el DHHS no pudo obtener información, por lo que efectivamente les ha perdido el rastro.

¿Cómo llegaron a sus custodios?

La gran mayoría de esos menores son de origen centroamericano y fueron detenidos por las autoridades migratorias tras cruzar solos la frontera.

Las normas estadounidenses indican que cuando un menor de origen mexicano es detenido tras cruzar sin papeles a Estados Unidos, tras un periodo de 48 horas de revisión de antecedentes y si no hay riesgo para su vida o integridad, es devuelto a México, donde es ubicado en un albergue del lado mexicano de la frontera.

Pero cuando se trata de centroamericanos, tras las 48 horas iniciales los menores son entregados a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados, parte del DHSS, entidad que los ubica en albergues dentro de EEUU y también en casa de familiares o adultos que les dan acogida, los llamados ‘patrocinadores’, en tanto se dilucida su situación migratoria y se decide si pueden quedarse o no en el país.

Muchas familias ya viven separadas por la frontera, sin posibilidad de reuirse salvo en momentos en que las autoridades estadounidenses permiten breves momentos de reunificación. Pero la política reciente del Departamento de Justicia estaría separando también a las familias migrantes detenidas ya en Estados Unidos, incluso si cruzaron para entregarse y pedir asilo. (Reuters)

¿Por qué están ‘perdidos’?

Se les ha llamado perdidos porque DHHS no ha logrado obtener información sobre su paradero tras realizar contactos con los adultos ‘patrocinadores’. Esto no quiere necesariamente decir que los menores se encuentren abandonados o extraviados -aunque casos así podrían existir-, sino que los custodios no respondieron cuando fueron consultados al respecto, o porque ya no se encontraban en el lugar de residencia previamente registrado.

Ciertamente es posible que entre esos 1.475 menores haya algunos que dejaron ya a sus custodios sin que éstos sepan de ellos y otros en los que tanto niños como adultos, sobre todo cuando son familiares, optaron por mudarse o no responder llamados de la autoridad quizá por temor a que los menores sean deportados.

¿Fueron separados de sus padres en la frontera?

En realidad no, y se ha dado cierta confusión entre esos 1.475 menores y los que son separados de sus padres cuando son detenidos al cruzar la frontera. Los primeros fueron, en realidad, menores que cruzaron al país sin acompañantes y fueron detenidos y reubicados meses o quizá años atrás, mientras que la política de separación de padres de sus hijos es reciente, anunciada apenas el pasado 7 de mayo, y muy controversial.

Los menores separados de sus padres desde esa fecha en principio son también remitidos a albergues, y se ha criticado que el gobierno federal planee albergarlos en bases militares.

¿Se encuentran en riesgo los menores ‘perdidos’?

Es difícil saberlo de modo general, pero potencialmente sí. Aquellos menores que no han sido ubicados porque sus custodios no han respondido o no desean responder, posiblemente sigan con ellos, pero existe la posibilidad de que la falta de respuesta implique, en algunos casos, que el menor efectivamente se perdió o huyó (como 28 casos de esa clase que sí fueron confirmados) o que incluso podrían haber sido víctima de abuso o explotación.

Un indicio de ello es el caso de ocho adolescentes que fueron traídos al país desde Guatemala y luego forzados a trabajar en granjas de producción de huevo en Ohio, en condiciones de virtual esclavitud, como relató en su momento el sitio Cleveland.com.

Con todo, no se trataba de menores que fueron detenidos en la frontera y luego entregados a ‘patrocinadores’, sino adolescentes que, al parecer, lograron ingresar al país traídos por traficantes de personas y llevados directamente a trabajar a las granjas avícolas en Ohio. Por ese caso confirma que menores en situación de vulnerabilidad pueden ser víctimas de tráfico y explotación, además de que en sí un niño o adolescente que vive en un país nuevo para él, muchas veces sin conocer el idioma y con la tensión de lo vivido en el viaje desde Centroamérica y el futuro incierto por delante enfrenta considerables riesgos físicos y psicológicos.

¿Qué responsabilidad tiene el DHHS?

Aunque las autoridades federales han clarificado que los 1.475 niños en cuestión no están perdidos, sino que no han podido ser ubicados por no haber recibido respuesta de sus ‘patrocinadores’, queda la interrogante sobre si el DHHS debió dar mayor seguimiento a esos menores tanto para evitar perderles la pista como para estar al tanto de su condición y bienestar.

Como se comenta en The Washington Post, el DHHS ha alegado que no es su responsabilidad legal seguir a esos menores luego de que son entregados a sus custodios, pero organizaciones y legisladores, entre ellos el senador republicano Rob Portman, de Ohio, han censurado esa situación y señalado que velar por la integridad de esos niños es una cuestión moral, de humanidad, y aludió al respecto al caso de los adolescentes explotados en la granja avícola.

El drama continúa

En todo caso, y se encuentren realmente perdidos o no, las circunstancias de esos menores que cruzaron solos a EEUU, y las de los que actualmente lo hicieron con sus familias pero están siendo separados de ellas tras ser detenidos, ilustran por un lado el drama de un sistema de inmigración disfuncional y que no refleja las realidades contemporáneas del país y del mundo y, por otro, la actitud hostil y antiinmigrante de la actual administración, que encuentra aceptables acciones de crueldad e inhumanidad severas, como es el separar a padres e hijos y romper familias.

Pero el gobierno federal y el Congreso no parecen capaces, no lo han sido por años, de finalmente reformar de modo justo y humano las leyes de inmigración del país y, en cambio, las autoridades de inmigración han reaccionado actualmente con dureza que muchos han criticado de racista y xenófoba en contra de personas que huyen de la violencia y la miseria en busca de una vida mejor.

Justo como lo hicieron por décadas, o siglos, las sucesivas olas de inmigrantes que han construido Estados Unidos.

Sigue a Jesús Del Toro en Twitter: @JesusDelToro