El engaño detrás de la etiqueta “natural” de muchos productos alimenticios

Los supermercados y los carritos de la compra de sus clientes se llenan de productos cuyas etiquetas los califican de “naturales” u “orgánicos”, y las ventas de ellos están al alza en Estados Unidos.

De acuerdo a una investigación de la revista Consumer Reports, el 62% de los consumidores encuestados compran productos etiquetados como “naturales” y el 87% se considera dispuesto a pagar más por esos productos que por los “no naturales” si los encuentra satisfactorios.

El problema es que, en realidad, el significado de la etiqueta “natural” en alimentos no está regulado en Estados Unidos, y en muchas ocasiones los propios consumidores no saben lo que esa condición realmente implica. Así, quizá podrían estar comprando, y más caro, gato por liebre.

La propia Consumer Reports, la publicación de análisis de la calidad y veracidad de los productos y los mensajes comerciales más destacada de Estados Unidos, de plano ha pedido a las autoridades estadounidenses que prohíba el uso de la etiqueta “natural” en alimentos, por considerar que es engañosa. O, al menos, si no la prohíbe, pide que se le dé una definición clara y explícita de su significado e implicaciones, de modo que al consumidor le quede claro qué es lo que está comprando.

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Algunos de los productos etiquetados como “naturales” que Consumer Reports encontró dudosos o engañosos al respecto. (Consumer Reports)

La revista analizó varios productos que incluyen en su etiqueta la palabra “natural”. Halló, por ejemplo, que ciertas frutas en almíbar llamadas “naturales” contenían ciertamente fruta pero también preservativos artificiales; que un jamón que dice contener “jugos naturales” también incluye cinco sustancias químicas para curar y preservar su carne; que productos de pollo que se promueven como “todo natural” y libres de preservativos y hormonas no dejan claro si incluyen o no elementos provenientes de organismos genéticamente modificados; que un queso “natural” contiene polvo de celulosa (que usualmente proviene de la madera) y que un aceite de soya “puro y 100% natural” fue producido usando plantas genéticamente modificadas.

Pero ninguna de esas condiciones es evidente de modo directo para el consumidor, quien en cambio sí ve desplegado de modo destacado el término “natural” en los empaques de esos productos.

Y, en realidad, el público en cierto modo sabe de la ambigüedad de este fenómeno, pues el 51% de los encuestados por Consumer Reports piensa que el significado de la etiqueta “natural” no está oficialmente verificado, aunque a la enorme mayoría le gustaría que lo estuviera.

Por ejemplo 63% de ellos cree que “natural” significa alimentos en cuya producción no se usaron pesticidas, 62% que no incluyen materiales artificiales o químicos o 60% que no provienen de organismos genéticamente modificados. Y amplias mayorías consideran que el término “natural” en realidad debería ser solo aplicado a productos libres de pesticidas, sin elementos artificiales o químicos y no provenientes de organismos genéticamente modificados.

Pero, como la investigación de Consumer Reports indicó, muchos productos que se ostentan como naturales no cumplen alguna o varias de esas expectativas o exigencias del público.

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Y no solo con lo procesado hay duda. ¿Cómo saber si los productos frescos en un mercado no fueron cultivados con pesticidas o son organismos genéticamente modificados? (AP)

Y lo curioso, en realidad, es en sí la suposición o la esperanza de que alimentos empaquetados y procesados, que llenan millas y millas de estantes y congeladores en los supermercados pueden realmente ser “naturales”, en el sentido de que al ser productos industrializados para su venta a escala masiva están, inevitablemente, imbuidos de elementos químicos, artificiales y demás en menor o mayor medida. Decir de modo absoluto que un producto de esa índole es “natural” tiene, como critica Consumer Reports, mucho de confusión y equívoco.

En ese sentido, como comenta el periódico USA Today citando a una portavoz de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA), resulta muy difícil definir científicamente cuando un producto alimenticio es “natural”, pues este por lo general ha sido procesado de cierta manera o expuesto a elementos en alguna etapa de su producción.

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