"Sin lluvia, sin invierno y sin ríos": El retroceso de este antiguo lago europeo podría ser desastroso
El nivel de las aguas del lago Prespa -compartido entre Macedonia del Norte Grecia y Albania-, uno de los más antiguos de Europa, ha alcanzado su punto más bajo en siglos.
La barca del pescador Vancho Vasilevski encalla con frecuencia cuando navega por el lago, que alberga más de 2.000 especies de peces, aves, mamíferos y plantas.
"En los últimos dos o tres meses, el agua ha bajado 36 centímetros, y en los últimos días probablemente otros dos o tres centímetros", dice Vasilevski, de unos 60 años.
"Bajará más. No llueve, no es invierno, no nieva, no hay ríos. Sólo un río llega al lago... Esto es un desastre, un desastre natural".
El declive ha continuado durante décadas. El agua del lago Prespa, situado en lo alto de las montañas y con 5 millones de años de antigüedad, es ahora más de 8 metros más baja que a finales de la década de 1970.
En un informe de 2022, la NASA afirmaba que las imágenes por satélite mostraban que el lago había perdido el 7% de su superficie y la mitad de su volumen entre 1984 y 2020.
¿Por qué se está reduciendo el lago Prespa?
Con una superficie de unos 260 kilómetros cuadrados, más del doble de París, más de dos tercios del lago Prespa pertenecen a Macedonia del Norte y el resto a Grecia y Albania.
Según los ecologistas, la falta de lluvias, la evaporación y el uso excesivo de agua para riego por parte de los tres países son las principales causas de la pérdida de agua.
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El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha advertido de que algunas especies silvestres del lago corren peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat por prácticas agrícolas perjudiciales, erosión, residuos no tratados y aguas residuales.
Cualquier descenso del nivel del agua puede afectar al lago Ohrid, un lago mucho mayor situado a sólo 10 km de Prespa y que obtiene alrededor de un tercio de su agua de Prespa.
Tenemos que adaptarnos a lo que viene
Dragan Arsovski, biólogo de la ONG Sociedad Geológica de Macedonia, con sede en Skopje, afirma que el nivel del lago ha subido y bajado a lo largo de los siglos y que la naturaleza ha sobrevivido. Pero hoy la gente no se adapta ni toma medidas.
"En lo que respecta al cambio climático global, hay cosas que simplemente no podemos cambiar y tenemos que adaptarnos a lo que está por venir. Hay cosas que sí podemos cambiar, como nuestros hábitos cotidianos", afirma.
El uso de pesticidas por parte de los fruticultores ha provocado un rápido crecimiento de la biomasa que pone en peligro a las especies endémicas.
"Todos (los pestidicidas**)** van a las aguas subterráneas, al lago, van a todas partes y son muy peligrosos para Prespa", afirma Mende Pandevski, que cosecha ciruelas cerca del lago.