Liberan miles de crías de tortuga en un río amazónico de Bolivia para repoblar una especie amenazada

VERSALLES, Bolivia (AP) — Más de 12.000 crías de tortugas fueron liberadas en un río amazónico del noreste de Bolivia para repoblar y conservar una especie amenazada que ha visto mermada su población por el comercio para consumo humano de huevos, la pesca ilegal y la pérdida de hábitat.

Durante tres días y hasta el lunes, funcionarios, biólogos y comuneros han soltado en el cauce del río Iténez, uno de los grandes afluentes del río Amazonas que hace de frontera natural entre Bolivia y Brasil, los ejemplares de podocnemis expansa, una especie de río que los lugareños llaman tataruga y que estaba en peligro de extinción, según el Libro Rojo de la Fauna Boliviana.

En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) está catalogada como una especie vulnerable. No hay cifras sobre su población actual.

Desde hace dos décadas, hay un programa de la gobernación de Beni, al norte del país, dedicado a la preservación de estas tortugas debido a la drástica reducción de ejemplares, que se ejecuta con ayuda de la comunidad de Versalles, un poblado aislado y remoto de la Amazonía boliviana.

“Hemos sacado más de 12.000 huevos que no representan ni el 10% de nidos que hay en estas playas", explica la bióloga Claudia Coca Méndez, que trabaja para el gobierno local de Beni.

Cada año el equipo recoge los huevos que colocan las tortugas adultas en los ríos de la región, enterrados a 20 centímetros de profundidad, y los traslada a playas protegidas y custodiadas para garantizar la incubación, lejos de los depredadores naturales y a salvo de recolectores furtivos.

“Estimamos que en las playas del río Iténez desovan cada año 70.000 tortugas, por tanto, estamos hablando de unos seis millones de nonatos” cada año, precisa Coca Méndez. La bióloga no pudo precisar cuántos de ellos sobreviven.

Según el libro Rojo de la Fauna Silvestre de Vertebrados de Bolivia, hace unos 20 años, la tortuga estaba en peligro de extinción. Gracias a los programas de protección, se ha recuperado parcialmente y ahora está considerada como una especie vulnerable.

Aunque no hay datos sobre el índice de sobrevivencia de las tatarugas liberadas, la bióloga dice que se ha conseguido repoblar en varios ríos del Beni.

"Éste es un sitio importante para la reproducción y conservación de la tortuga de río”, asegura.

Desde que inició el programa gubernamental cientos de miles de tortugas han sido lanzadas a los ríos con apoyo de la cooperación internacional. En la otra banda del río, comuneros de Brasil también realizaron similares tareas, de acuerdo con funcionarios de la gobernación de Beni.

En el entorno, las casas son de palma y de madera y la comunidad tiene apenas unos 150 habitantes. No hay caminos, sólo es posible llegar por río y la navegación puede demorar días. El aislamiento ha podido proteger a la especie de la acción humana, afirma Coca Méndez.

La gente vive de la pesca, de la caza de animales de la selva y de la recolección de castañas, un preciado fruto amazónico de gran demanda en mercados internacionales.

El Iténez es un caudaloso río cuyas aguas lodosas cobijan una gran diversidad de peces. Cerca del poblado está el lago Versalles de aguas cristalinas en cuyas orillas anidan caimanes y anacondas lo que lo ha convertido en fuente de leyendas que cuentan los habitantes del poblado.