Las lesiones laborales se disparan en SpaceX durante la carrera de Elon Musk hacia Marte

Por Marisa Taylor

16 nov (Reuters) - Una noche ventosa en las instalaciones de la empresa SpaceX de Elon Musk en McGregor, Texas, Lonnie LeBlanc y sus compañeros de trabajo se dieron cuenta de que tenían un problema.

Necesitaban transportar espuma aislante al hangar principal de la empresa de cohetes, pero no tenían correas para sujetar la carga. LeBlanc, un empleado relativamente nuevo, ofreció una solución: Se sentó encima del cargamento.

Cuando el camión se alejó, una ráfaga de viento hizo caer a LeBlanc y al aislante del remolque, haciendo que se golpeara la cabeza contra el pavimento. LeBlanc, de 38 años, se había retirado nueve meses antes del Cuerpo de Marines de Estados Unidos. Fue declarado muerto por traumatismo craneoencefálico en el lugar de los hechos.

Los inspectores federales de la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo de EEUU (OSHA) determinaron posteriormente que SpaceX no había protegido a LeBlanc de un peligro evidente, señalando la gravedad y severidad de la infracción.

Los compañeros de LeBlanc informaron a la OSHA que SpaceX no disponía de un acceso cómodo a los amarres ni de un proceso o supervisión para manipular dichas cargas. SpaceX reconoció los problemas y, según el informe de inspección, la agencia ordenó a la empresa que introdujera siete mejoras específicas en materia de seguridad, entre ellas más formación y equipamiento.

No ha sido el último accidente grave de SpaceX. Desde la muerte de LeBlanc en junio de 2014, de la que no se había informado previamente, la compañía de cohetes de Musk ha hecho caso omiso de las regulaciones de seguridad de los trabajadores y las prácticas estándar en sus inherentemente peligrosas instalaciones de cohetes y satélites en todo el país, con los trabajadores pagando un alto precio, mostró una investigación de Reuters.

A través de entrevistas y registros gubernamentales, la organización de noticias documentó al menos 600 lesiones de trabajadores de SpaceX desde 2014.

Muchas eran graves o incapacitantes. Los registros incluyen informes de más de 100 trabajadores que sufrieron cortes o laceraciones, 29 con huesos rotos o dislocaciones, 17 cuyas manos o dedos fueron "aplastados" y nueve con lesiones en la cabeza, incluyendo una fractura de cráneo, cuatro conmociones cerebrales y una lesión cerebral traumática.

También se registraron cinco quemaduras, cinco electrocuciones, ocho accidentes que provocaron amputaciones, 12 lesiones que afectaron a varias partes del cuerpo sin especificar y siete trabajadores con lesiones oculares. Otras lesiones fueron relativamente leves, como más de 170 esguinces o torceduras.

Empleados actuales y antiguos afirmaron que estas lesiones muestran un lugar de trabajo caótico en el que el personal, a menudo poco formado y demasiado cansado, se saltaba rutinariamente los procedimientos básicos de seguridad mientras corría para cumplir los agresivos plazos de Musk para las misiones espaciales.

SpaceX, fundada por Musk hace más de dos décadas, adopta la postura de que los trabajadores son responsables de protegerse a sí mismos, según más de una docena de empleados actuales y antiguos, incluido un ex ejecutivo de alto rango.

En ocasiones, el propio Musk parecía despreocupado por la seguridad en sus visitas a las instalaciones de SpaceX: Cuatro empleados dijeron que a veces jugaba con un lanzallamas de juguete y desaconsejaba a los trabajadores que vistieran el uniforme amarillo de seguridad porque no le gustan los colores brillantes.

Según más de una docena de empleados actuales y antiguos, la laxa cultura de la seguridad se debe en parte al desdén de Musk por la burocracia y a la creencia de SpaceX de que está liderando una búsqueda urgente para crear un refugio en el espacio frente a una Tierra moribunda.

"El concepto de Elon de que SpaceX está en esta misión para ir a Marte lo más rápido posible y salvar a la humanidad impregna cada parte de la empresa", dijo Tom Moline, un ex ingeniero senior de aviónica de SpaceX que estaba entre un grupo de empleados despedidos después de plantear quejas en el lugar de trabajo.

"La empresa justifica que se deje de lado cualquier cosa que pueda interponerse en el camino hacia el cumplimiento de ese objetivo, incluida la seguridad de los trabajadores".

En enero de 2022 se produjo un accidente grave como consecuencia de una serie de fallos de seguridad que ilustran problemas sistémicos en SpaceX, según ocho antiguos empleados de SpaceX familiarizados con el accidente. En esa ocasión, una pieza salió volando durante las pruebas de presión de un motor de cohete Raptor V2 y le fracturó el cráneo al empleado Francisco Cabada, quien quedó en estado de coma.

Las fuentes dijeron a Reuters que los gerentes de alto rango de la planta de Hawthorne, California, fueron advertidos en repetidas ocasiones de los peligros de precipitar el desarrollo del motor, así como de la formación inadecuada del personal y de las pruebas de los componentes. La pieza que falló y golpeó al trabajador tenía un defecto que se descubrió, pero no se reparó antes de las pruebas, dijeron dos de los empleados.

La esposa de Cabada dijo a Reuters que la empresa ha ignorado los intentos de la familia por averiguar por qué no se lo protegió. "Habría estado bien recibir una llamada de Elon Musk", dijo Ydy Cabada. "Pero supongo que los trabajadores son simplemente desechables para ellos".

En total, Reuters entrevistó a más de tres docenas de personas con conocimiento de las prácticas de seguridad de SpaceX, incluidos más de dos docenas de empleados actuales o antiguos. Muchas de las fuentes hablaron bajo condición de anonimato, citando preocupaciones sobre repercusiones profesionales o legales.

SpaceX no respondió a las preguntas de Reuters ni a una descripción detallada de las conclusiones de este artículo.

Las más de 600 lesiones de SpaceX documentadas por Reuters representan sólo una parte del recuento total de casos, una cifra que no está disponible públicamente. La OSHA ha exigido a las empresas que informen anualmente sobre su número total de lesiones desde 2016, pero las instalaciones de SpaceX no presentaron informes durante la mayoría de esos años.

Alrededor de dos tercios de las lesiones descubiertas por Reuters se produjeron en años en los que SpaceX no comunicó esos datos anuales, que la OSHA recopila para ayudar a priorizar las inspecciones in situ de lugares de trabajo potencialmente peligrosos.

Reuters expuso detalles sobre las más de 600 lesiones examinando documentos judiciales de demandas de trabajadores, historiales médicos de empleados, reclamos estatales de indemnización de trabajadores y registros de llamadas de emergencia.

También obtuvo, a través de solicitudes de registros públicos, los registros internos de lesiones de SpaceX que la empresa entregó a los inspectores de seguridad federales y estatales tras incidentes de seguridad graves. Estos registros rara vez se hacen públicos.

Los organismos reguladores exigen a las empresas que conserven los registros, que incluyen descripciones de lesiones individuales, y que los presenten cuando se les soliciten.

Después de años de no comunicar las estadísticas anuales de lesiones y enfermedades a los reguladores, algunos centros de SpaceX comenzaron a presentar los datos en 2021 o 2022. Los datos de 2022, que son más completos, revelan tasas de lesiones en tres grandes instalaciones industriales de SpaceX que superan con creces la media de la industria espacial.

La tasa de lesiones en 2022 en las instalaciones de fabricación y lanzamiento de la empresa cerca de Brownsville (Texas) fue de 4,8 lesiones o enfermedades por cada 100 trabajadores, seis veces superior a la media de la industria espacial (0,8).

En el centro de pruebas de cohetes de McGregor (Texas), donde murió LeBlanc, la tasa fue de 2,7, más del triple de la media. El índice en su planta de Hawthorne, California, era más del doble de la media, con 1,8 lesiones por cada 100 trabajadores. La planta de la empresa en Redmond, Washington, tenía un índice de 0,8, igual que la media del sector.

Una docena de expertos en seguridad de los trabajadores afirmaron que el deficiente historial de seguridad de SpaceX pone de relieve los peligros de trabajar en la industria espacial estadounidense, poco regulada y en rápida expansión. En los últimos años, otras grandes empresas espaciales tampoco han comunicado a la OSHA sus datos anuales sobre lesiones.

Reuters revisó los registros de infracciones de seguridad estatales y federales de SpaceX y no encontró sanciones por sus fallos en la notificación de datos.

En el caso de las infracciones de seguridad detectadas por los inspectores tras los accidentes de los trabajadores de SpaceX, los reguladores estatales y federales sólo impusieron pequeñas multas, que normalmente oscilaban entre unos pocos cientos y unos pocos miles de dólares.

En una respuesta escrita a las preguntas de Reuters, la OSHA no hizo comentarios sobre el historial de seguridad de los trabajadores de SpaceX ni sobre sus decisiones de aplicación de la ley en relación con la empresa.

La agencia no abordó por qué nunca citó a SpaceX por no reportar datos de lesiones durante muchos años, diciendo que sería "injusto sacar una conclusión" porque no conocía "los detalles". Reuters documentó los fallos en los informes de seguridad utilizando los propios registros de la agencia.

La agencia dijo que recientemente ha aumentado las inspecciones de las empresas en general y emitió más de sus sanciones más severas en casos notorios.

La OSHA de California, organismo estatal regulador de la seguridad en el lugar de trabajo, no respondió a las preguntas de Reuters.

La NASA dijo que ha pagado a SpaceX 11.800 millones de dólares hasta la fecha como contratista espacial privado. La agencia no hizo comentarios sobre el historial de seguridad de la empresa, pero dijo que tiene la opción de hacer cumplir las disposiciones contractuales que requieren SpaceX "tener un programa de seguridad robusto y eficaz".

SpaceX ha defendido sus prácticas de seguridad en respuestas escritas a OSHA y CalOSHA. En respuesta a una investigación sobre el accidente de Cabada, SpaceX argumentó a CalOSHA que no debería ser considerada responsable de tales lesiones porque proporciona una amplia formación en seguridad y el mal funcionamiento no era razonablemente previsible.

La responsabilidad de estos fallos y de las lesiones resultantes recae en un grupo de empleados conocidos como "ingenieros responsables" (RE, por sus siglas en inglés), sostuvo la empresa.

"Los RE son responsables en última instancia de todos los aspectos de sus componentes y sistemas", incluida la seguridad, escribió la empresa. "En pocas palabras, el RE es el representante delegado de SpaceX".

Los especialistas en seguridad rechazaron el argumento de SpaceX de que puede descargar el deber de la empresa de garantizar la seguridad de los trabajadores a los ingenieros específicos que emplea. Jordan Barab, quien se desempeñó como subsecretario adjunto de OSHA entre 2009 y 2017, calificó la noción de "ridícula".

La OSHA dijo a Reuters que los empleadores, no los empleados designados, son responsables de garantizar un lugar de trabajo libre de peligros.

Travis Carson, un ex soldador y supervisor de producción de Brownsville, dijo que SpaceX generalmente dejaba a los empleados a cargo de su propia seguridad, con poca formación o supervisión.

"La idea de seguridad de SpaceX es: 'Dejaremos que ustedes decidan lo que es seguro para ustedes', lo que realmente significa que no había responsabilidad", dijo Carson, que ha trabajado durante más de dos décadas en trabajos peligrosos como la construcción de submarinos. "Es un planteamiento terrible en entornos industriales".

SIN RENDIR CUENTAS

Desde que Musk cofundó SpaceX en 2002, su espíritu emprendedor ha resultado ser un poderoso atractivo para los jóvenes trabajadores cualificados. Algunos empleados de SpaceX describen su entusiasmo por unirse a la compañía, que superaba a sus competidores y ofrecía ventajas como clínicas médicas internas y acciones privadas de la empresa, cuyo valor se ha disparado.

SpaceX, que emplea a 13.000 trabajadores, tenía un valor estimado de 150.000 millones de dólares a principios de este año. Musk tiene una participación del 42% y el 79% de los derechos de voto de la empresa, según una declaración propia.

SpaceX ha logrado grandes avances. Fue la primera empresa privada en poner seres humanos en órbita. Su unidad Starlink es ahora el mayor operador de satélites del mundo. Competidores como Blue Origin, de Jeff Bezos, han tenido problemas para seguir el ritmo de los cohetes reutilizables de SpaceX, que han reducido drásticamente los costos de lanzamiento.

Algunos ingenieros de SpaceX dicen que disfrutan colaborando con compañeros creativos en un entorno con poca burocracia. "SpaceX evita cierta burocracia, lo que le permite avanzar más rápido" que la NASA o sus competidores privados, afirma Chris Cunnington, antiguo ingeniero de McGregor (Texas). En su opinión, SpaceX ha logrado un buen equilibrio entre velocidad y seguridad.

Otros empleados y ex empleados de las instalaciones de la empresa en Brownsville, que registraron el mayor índice de lesiones en 2022, afirmaron que el desdén de la firma por los procesos estructurados tuvo un alto costo para los trabajadores.

SpaceX empezó a construir su sede de Brownsville en 2014, y desde entonces se ha convertido en el epicentro de la misión a Marte de Musk.

Las instalaciones emplean a más de 1.600 trabajadores en la frontera entre Texas y México y combinan fabricación, pruebas y lanzamiento. Es la base del programa Starship de SpaceX, un proyecto cuyo objetivo es construir cohetes más baratos en menos tiempo.

Los gerentes de Brownsville, muchos de ellos veinteañeros, trabajaban jornadas agotadoras para cumplir los plazos de Musk, según seis empleados o ex empleados familiarizados con las operaciones de la planta, entre ellos Moline y Carson. Algunos pernoctaban a veces en las instalaciones para poder trabajar más de 80 horas a la semana, según cuatro de esos empleados.

Carson trabajó en la sede de Brownsville como soldador en 2019 y 2020, y regresó como supervisor de producción en 2021 y 2022. Dijo que algunos empleados tomaron Adderall, el estimulante típicamente utilizado para tratar el trastorno por déficit de atención, sin receta. Otros se quedaban dormidos en los baños, dijeron Carson y otros tres trabajadores actuales o anteriores de Brownsville.

Para acelerar el trabajo y reducir costos, SpaceX empezó a fabricar cohetes en tiendas de campaña junto a una playa virgen del Golfo de México. Los empleados soldaban las piezas de los cohetes por hasta 12 horas al día, seis días a la semana, a menudo con temperaturas de más de 37 grados Celsius, dijeron los trabajadores de SpaceX. Cuando el calor los superaba, les suministraban suero y los enviaban de vuelta al trabajo.

Cuando los fuertes vientos interrumpían el trabajo, los supervisores cerraban las carpas, bloqueando la ventilación que es esencial para una soldadura segura, según los seis trabajadores actuales y antiguos.

La OSHA advierte de que la soldadura de acero inoxidable puede generar un polvo altamente tóxico y cancerígeno. La agencia dijo a Reuters que exige a las empresas que evalúen la peligrosidad de estos entornos mediante muestreos de aire y que apliquen un "programa de protección respiratoria" cuando sea necesario. Un ex soldador, Phillip Fruge, dijo que pidió a los gerentes respiradores comúnmente utilizados para proteger los pulmones de los soldadores, pero no se los proporcionaron.

"Podíamos ver las nubes de polvo llenando la tienda", recuerda Fruge. "Todo el mundo lo respiraba, día tras día".

Carson dijo que presionó a sus superiores para que mejoraran las medidas de seguridad, pero que no le hicieron caso. Recordó que en su primer día como supervisor entró en el interior de un cohete en construcción en 2021. Otro gerente, que trabajaba seis metros por encima de él, dejó caer por descuido un polipasto de casi 45 kilos, que casi alcanzó a Carson.

"Eso es como una causal de despido en otros lugares, pero no en SpaceX", dijo Carson. "Necesitaban cuerpos y Elon necesitaba cosas hechas".

El propio Carson fue finalmente despedido en enero de 2022 tras enzarzarse en una refriega con un jefe. Carson, que es afroamericano, dijo que empujó al jefe, un hombre más joven, porque lo había llamado repetidamente "boy", a pesar de las peticiones de Carson de que dejara de hacerlo.

"Boy" es considerado un epíteto racial por los estadounidenses cuando se utiliza para referirse a un hombre negro. El supervisor, que no pudo ser localizado para hacer comentarios, no fue sancionado, según Carson. Reuters no pudo confirmar de forma independiente cómo gestionó SpaceX el incidente.

En ocasiones, SpaceX se apresuró a contratar trabajadores y no formó o equipó adecuadamente a los recién contratados, según declararon más de una docena de empleados actuales y antiguos.

Por ejemplo, a los trabajadores sin experiencia se les entregaban herramientas de soldadura sin formación, dijeron. Cuatro de estos empleados, que eran gerentes recién salidos de la universidad, describieron cómo tomaban decisiones difíciles sobre la seguridad de actividades peligrosas casi sin orientación.

En noviembre de 2021, dos técnicos de Brownsville estaban moviendo tubos cuadrados de acero que pesaban más de 200 kilos, utilizando una grúa con un imán de elevación, según los registros de inspección de la OSHA. La tubería cayó y aplastó la mano de un trabajador porque la grúa sólo estaba diseñada para levantar 130 kilos, concluyó OSHA.

El empleado, cuyo nombre no figuraba en el informe de inspección que la agencia entregó a Reuters, necesitó tratamiento a largo plazo tras una intervención quirúrgica, que incluyó la amputación parcial de su dedo anular, según el informe.

La agencia culpó a la empresa por no asegurarse de que los empleados comprobaran si la grúa podía levantar la carga. SpaceX recurrió la multa resultante de 43.506 dólares y consiguió que se redujera a 8.701 dólares tras aceptar remediar los problemas de seguridad de los trabajadores señalados en el informe.

Florentino Ríos sufrió una grave lesión ocular en las instalaciones de SpaceX en Brownsville una noche de verano de 2021, mientras trabajaba a unos 7 metros del suelo fijando dos vigas a una plataforma de lanzamiento.

Un operador de grúa no vio una señal manual de Ríos y trató por error de mover las vigas después de que estuvieran fijadas en su lugar, dijo Ríos en una entrevista. Ese error hizo que una cadena que unía la grúa a las vigas se rompiera y golpeara a Ríos en la cara. Otro trabajador presente confirmó la versión.

El equipo debería haber tenido walkie-talkies, dijo Ríos, y haber pedido previamente a la dirección una mejor iluminación.

Mientras le corría sangre por la cara, Ríos se arrastró por una viga hasta una plataforma donde lo bajaron. Los empleados de SpaceX que lo examinaron en una clínica médica in situ le dijeron que podía volver al trabajo en el siguiente turno, pese a que seguía sin ver bien, dijo su abogado, Richard Hinojosa. Reuters no pudo confirmar de forma independiente la evaluación de la clínica médica de SpaceX.

Ríos fue al hospital esa noche. Un escáner médico reveló una lesión traumática en su ojo izquierdo inflamado, según los registros médicos y de compensación laboral revisados por Reuters. A pesar de ello, siguió trabajando durante unos días. Cuando buscó más tratamiento, los médicos le dijeron que había perdido la visión en el ojo y que estaba legalmente ciego, según los registros.

Ríos, de 55 años, afirma que ya no puede conducir ni trabajar en la construcción. Demandó a SpaceX alegando que su negligencia causó la lesión al no aplicar o seguir los procedimientos de seguridad de los trabajadores. "No era seguro", dijo Ríos y añadió que la gerencia nunca abordó los problemas.

La empresa alegó en el juicio que se trató de una negligencia de Ríos. El caso sigue su curso.

"Solía ser una persona a la que no le gustaba quedarse de brazos cruzados", afirma Ríos. "Trabajaba día y noche para darle a mis hijos lo que necesitaban. Y ahora no puedo".

ATAJOS A LA SEGURIDAD

El 18 de enero del año pasado, parte de un motor Raptor V2 se desprendió durante unas pruebas de presión en las instalaciones de SpaceX en Hawthorne, California. La pieza, una tapa del conjunto del controlador de combustible, se estrelló contra la cabeza de Cabada, un técnico de SpaceX. Casi dos años después, Cabada, padre de tres niños pequeños, sigue en coma con un agujero en el cráneo, según sus familiares.

El accidente estuvo en foco el año pasado, pero poco se había sabido hasta ahora sobre las causas. El incidente se debió a varios fallos de seguridad en las instalaciones de Hawthorne, según las entrevistas de Reuters con ocho antiguos empleados de SpaceX familiarizados con el incidente y los preparativos de las pruebas.

Dos de los empleados dijeron que el percance se debió en parte a un simple error: Un ingeniero inició la prueba cuando Cabada aún estaba demasiado cerca del motor y desprotegido frente a explosiones o restos volantes.

Según un antiguo empleado familiarizado con el asunto, al menos un año antes del accidente se advirtió repetidamente a los principales gerentes de que los equipos de pruebas de presión no seguían los protocolos estándar de seguridad de los trabajadores, como la colocación de barreras protectoras o la retirada del personal de la zona de pruebas.

De acuerdo al empleado, las pruebas debían realizarse con una "caja protectora" que cubriera todo el motor para proteger a los trabajadores. En un momento dado, los gerentes rechazaron un nuevo programa de formación, redactado y propuesto por el personal encargado de las pruebas de presión, alegando que causaría retrasos, según la fuente y un documento revisado por Reuters.

Otro factor clave fue que los gerentes de alto rango de SpaceX, en los meses previos al accidente, habían dado instrucciones a los ingenieros para poner fin o limitar las pruebas de las piezas individuales del cohete antes de que se ensamblen en un motor, dijeron dos miembros del personal.

Los gerentes estaban reaccionando a las demandas de Musk para avanzar más rápido en el programa del motor Raptor, dijeron los trabajadores.

El equipo normalmente habría realizado pruebas más exhaustivas en la cubierta que funcionó mal y golpeó a Cabada, dijeron.

Sin embargo, las limitadas pruebas revelaron un defecto potencialmente peligroso en la cubierta, según dos fuentes familiarizadas con el asunto. El componente fue rediseñado para corregir el problema, dijeron, pero la nueva pieza no estuvo lista antes de las pruebas de presión que perjudicaron a Cabada. Reuters no pudo determinar la naturaleza exacta del fallo.

El rechazo de SpaceX a un programa de formación más riguroso, sus medidas para limitar las pruebas y el descubrimiento del defecto de la cubierta antes del accidente no se habían comunicado anteriormente.

En una respuesta por escrito a la inspección de CalOSHA, SpaceX dijo que había realizado amplios análisis y pruebas de la pieza antes de que fallara.

Más de una docena de trabajadores actuales y antiguos afirmaron que la voluntad de SpaceX de recortar gastos y saltarse algunas salvaguardias para los trabajadores le ha ayudado a mantenerse muy por delante de sus competidores y a conseguir lucrativos contratos gubernamentales. El año pasado, SpaceX superó a Boeing y se convirtió en el segundo mayor proveedor de la NASA.

La empresa también aumenta la velocidad de desarrollo a través de una estructura que da a los gerentes altos niveles de autonomía, pero aumenta los riesgos de seguridad, dijeron la docena de trabajadores actuales y antiguos de SpaceX.

La empresa está dividida en tres equipos: ingeniería, fabricación y pruebas. La dirección de ingeniería incluye a los "ingenieros responsables" que SpaceX designa como responsables de la seguridad en la fabricación. Pero esos ingenieros tienen poco control sobre otros equipos, incluido el que realiza las pruebas de resistencia de los motores y las piezas que desarrollan, según dos empleados con conocimiento del asunto.

En el caso de la prueba en la que se lesionó Cabada, esta estructura laxa significó que el equipo de pruebas nunca se coordinó con el equipo de ingenieros responsables, dijeron los trabajadores.

Tras el accidente de Cabada, los inspectores de CalOSHA detallaron otros fallos de seguridad. Un empleado implicado en las comprobaciones de presión les dijo que la empresa no solía realizar inspecciones de seguridad completas antes de dichas pruebas, según muestran los registros de la agencia. Otro dijo que el motor debería haber sido sometido a más pruebas "sin personal alrededor", según los registros.

SpaceX rechazó la conclusión de la agencia de que la empresa no protegió a Cabada, según muestran los registros. La compañía culpó a un ingeniero responsable en particular, que dijo que era responsable de la seguridad de la cubierta defectuosa "a través del ciclo de vida de desarrollo, pruebas y producción". SpaceX despidió al ingeniero y a un gerente del mismo equipo por el incidente, según tres empleados conocedores de la situación.

La esposa de Cabada, Ydy, dijo que SpaceX no ha respondido a los intentos de la familia por averiguar cómo se lesionó.

Michael Sánchez, un abogado de Los Ángeles que la representa, dijo que la empresa nunca ha respondido a sus consultas, incluida una carta certificada de marzo de 2022 en la que solicitaba una copia de cualquier grabación de vigilancia del accidente y aconsejaba a SpaceX que conservara cualquier otro registro relevante. Ydy Cabada ha considerado la posibilidad de presentar una demanda, pero no lo ha hecho.

"SpaceX no ha devuelto ni una sola llamada", dijo Sánchez.

La hermana de Francisco, Evelyn Cabada, dijo que el accidente devastó a la familia. Además de la grave lesión en la cabeza, su hermano contrajo neumonía y meningitis en el hospital.

Ydy Cabada dijo que la familia aún mantiene la esperanza de que salga del coma. "Los médicos siguen diciendo que nada ha cambiado", sostuvo. "Hará falta un milagro para que salga de esa cama".

LLANZALLAMAS Y CHALECOS AMARILLOS

Musk es conocido como un gestor práctico. Participaba directamente en la imposición de plazos a veces poco realistas, dijeron empleados actuales y antiguos. La fuerte implicación de Musk en la programación dio lugar a "condiciones de trabajo significativamente más inseguras de las que habrían existido de otro modo", dijo Moline, el ingeniero.

Un antiguo ejecutivo de SpaceX defendió a Musk, afirmando que escuchaba a los empleados que estaban dispuestos a enfrentarse a él en cuestiones de seguridad y que se las tomaba en serio.

Otro ex ejecutivo dijo que Musk se preocupaba por sus trabajadores y se molestaba cuando resultaban heridos, pero que la seguridad no era una de sus prioridades. Musk, dijo el ex directivo, pensaba que "los trabajadores se ocupan ellos mismos de su seguridad".

Este ex ejecutivo dijo que los altos cargos de la empresa sabían que sus índices de lesiones eran elevados, pero atribuyeron el problema a emplear a una mano de obra mayoritariamente joven en una industria peligrosa. Los líderes de SpaceX también creían que la empresa no debía someterse a los mismos estándares que sus competidores porque supervisa más misiones y fabricación, dijeron los dos ex ejecutivos.

Esa actitud es una señal de alarma de que una empresa está racionalizando un entorno fundamentalmente inseguro, según cuatro expertos en seguridad de los trabajadores entrevistados por Reuters, entre ellos Barab, ex subsecretario adjunto de OSHA.

"SpaceX no debería estar exenta de proteger a los trabajadores de lesiones o muerte", dijo Barab, "sólo porque están haciendo un trabajo innovador".

Cuatro empleados de SpaceX dijeron a Reuters que les molestaba la costumbre de Musk de jugar con un lanzallamas cuando visitaba las instalaciones de SpaceX en Hawthorne. El dispositivo fue comercializado al público en 2018 como un artículo novedoso de 500 dólares por la empresa de construcción de túneles de Musk, Boring Company.

Videos publicados en línea muestran que puede disparar una gruesa llama de más de un metro y medio de largo. Boring renombró más tarde el dispositivo como "Not-A-Flamethrower" en medio de informes de confiscaciones por parte de las autoridades.

Durante años, Musk y sus ayudantes encontraron "hilarante" agitar el lanzallamas, dispararlo cerca de otras personas y reírse "como si estuvieran en la escuela secundaria", dijo un ingeniero.

Musk tuiteó en 2018 que el lanzallamas estaba "¡garantizado para animar cualquier fiesta!". En SpaceX, Musk jugó con el dispositivo en entornos de oficina, dijo el ingeniero, que en un momento temió que Musk prendiera fuego el cabello de alguien.

Musk también se hizo conocido en California y Texas por ordenar que la maquinaria de seguridad industrial pintada de amarillo se volviera a pintar de negro o azul debido a su aversión a los colores brillantes, según tres antiguos supervisores de SpaceX.

En ocasiones, los gerentes también decían a los trabajadores que evitaran llevar chalecos amarillos de seguridad cerca de Musk o que sustituyeran la cinta de seguridad amarilla por una roja, según los supervisores.

A menudo, los trabajadores caminaban demasiado cerca de las instalaciones de pruebas de motores y construcción de cohetes porque la empresa no acordonaba las zonas ni colocaba señales de advertencia, dijo Paige Holland-Thielen, antigua ingeniera de operaciones y automatización en Hawthorne.

"Una vez salí por la puerta de mi edificio y había una grúa gigante", recuerda. "Un montón de gente con cascos empezó a gritarme que volviera dentro".

Holland-Thielen y Moline, que también trabajaban en Hawthorne, estaban entre los nueve trabajadores despedidos en el verano de 2022 después de plantear quejas sobre el lugar de trabajo en una carta abierta que finalmente firmaron cientos de empleados.

La carta criticaba las respuestas frívolas de Musk en las redes sociales a las acusaciones de acoso sexual en su contra, que él negaba. También criticaba la cultura de la directiva de desestimar las preocupaciones de los empleados y aplicar de forma desigual las políticas disciplinarias.

Los ocho trabajadores que redactaron la carta han presentado una denuncia contra SpaceX ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales por prácticas laborales desleales.

Moline dijo que el director de operaciones de SpaceX, Gwynne Shotwell, le dijo que lo despedían por distraer a los trabajadores de la idea de llegar a Marte.

"Por favor, céntrate en tu trabajo y en la misión de SpaceX: llevar a la humanidad a Marte lo antes posible", le dijo Shotwell a él y a Holland-Thielen, entre otros, en un correo electrónico revisado por Reuters.

Shotwell no respondió a una solicitud de comentarios.

UNA MUERTE Y UNA MULTA DE 7.000 DÓLARES

SpaceX ha enfrentado pocas consecuencias por parte de los reguladores por no informar anualmente de los datos de seguridad y no proteger a los trabajadores en los incidentes revisados por los inspectores federales y estatales, según muestran los registros de la agencia.

OSHA y CalOSHA han multado a la empresa de cohetes del multimillonario Musk con un total de 50.836 dólares por infracciones derivadas de la muerte de un trabajador y siete incidentes de seguridad graves, según muestran los registros de los reguladores.

La OSHA no hizo comentarios sobre las modestas sanciones derivadas de las inspecciones de SpaceX.

El historial de lesiones de SpaceX y sus roces con la normativa californiana ponen de relieve los límites de la regulación de la seguridad de los trabajadores. Las multas están limitadas por ley y apenas disuaden a las grandes empresas, según los expertos en regulación de la seguridad de los trabajadores en Estados Unidos.

Además, los reguladores federales y estatales adolecen de una escasez crónica de inspectores. OSHA no respondió a las preguntas sobre los niveles de personal, pero dijo que "centra sus recursos en los lugares de trabajo peligrosos".

CalOSHA impuso una multa de 18.475 dólares por la infracción que provocó la fractura craneal de Cabada. SpaceX impugnó sin éxito la clasificación de la agencia de la violación como "grave" y apeló la sanción como excesiva, pidiendo una reducción a 475 dólares.

En otro caso, CalOSHA nunca inspeccionó la empresa tras un grave accidente que provocó la amputación de una pierna. Pero es posible que la agencia no supiera que se había producido el accidente: Una revisión de Reuters de los documentos de la agencia indicó que no tenía ningún registro del incidente de 2016.

Las leyes federales y estatales exigen que las empresas informen inmediatamente de todas las muertes, amputaciones y lesiones de empleados que resulten en ingresos hospitalarios. No está claro si SpaceX informó alguna vez de la lesión. Ni la empresa ni CalOSHA comentaron por qué la agencia no tenía ningún informe al respecto.

Si SpaceX no informó del caso, "no creo que tengan ninguna excusa", dijo Ann Rosenthal, ex procuradora asociada de OSHA, que manejó los asuntos legales para la agencia hasta 2018.

En el incidente, Steven Trollinger resultó con una pierna aplastada durante una misión para recuperar un cohete que aterrizó en el Océano Pacífico, según los registros de una demanda que Trollinger presentó.

El accidente ocurrió cuando él y otros empleados de SpaceX estaban siendo transferidos entre dos buques. SpaceX sabía que uno de los buques no estaba debidamente equipado con una plataforma de transferencia diseñada para garantizar la seguridad de los trabajadores, pero procedió de todos modos, alega la demanda de Trollinger.

Trollinger, que declinó hacer comentarios, llegó a un acuerdo con SpaceX por una suma no revelada, según consta en los registros judiciales.

En las inspecciones posteriores a otras dos lesiones graves en California -la amputación de dos dedos en 2017 y una grave lesión de rodilla en 2021-, CalOSHA impuso multas de 750 y 5.060 dólares, respectivamente. Cuando se le amputó un dedo a un trabajador este marzo, los inspectores no tomaron ninguna medida y no visitaron el lugar, según muestran los registros.

Después de que el trabajador de Texas Lonnie LeBlanc se cayera de un remolque y muriera en 2014, la OSHA llegó a lo que denominó un acuerdo informal con la empresa después de que los inspectores detectaran los fallos de seguridad, según muestran los registros de la OSHA. El acuerdo permitió a SpaceX pagar una multa de 7.000 dólares.

El hermano de LeBlanc, Chris Weimer, y un tío, Ron Weimer, dijeron que la familia no sabía que la OSHA había investigado la muerte y encontrado violaciones hasta que Reuters se lo dijo.

Ron Weimer dijo que la peligrosidad de la construcción de cohetes no es excusa para la muerte de su sobrino.

"Hay una forma de hacer un trabajo peligroso", dijo, "sin que muera gente".

METODOLOGÍA: CÓMO REUTERS ANALIZÓ LAS LESIONES EN SPACEX

Reuters documentó al menos 600 lesiones en SpaceX a través de diversos registros públicos, incluidos los propios registros de lesiones de la empresa en tres instalaciones que fueron inspeccionadas por los reguladores.

Normalmente, las empresas mantienen estos registros en privado, pero se hicieron públicos cuando SpaceX tuvo que entregarlos a los inspectores de la Administración de Seguridad y Salud en el Trabajo (OSHA) y a una filial estatal de California, CalOSHA.

Reuters obtuvo estos registros, que incluyen breves descripciones de cada lesión en un año determinado, a través de solicitudes de registros públicos. Abarcan entre uno y cinco años en cada una de las tres instalaciones, en Hawthorne (California), Cabo Cañaveral (Florida) y Redmond (Washington).

Reuters también documentó lesiones a través de otros registros públicos y entrevistas a empleados en esas tres instalaciones y en otras tres: Brownsville (Texas), McGregor (Texas) y el Centro Espacial Kennedy (Florida).

Los registros incluían documentos judiciales de demandas de trabajadores, historiales médicos de empleados, reclamos estatales de indemnización de trabajadores y llamadas de emergencia.

Los seis emplazamientos totales se eligieron porque son las mayores instalaciones industriales de SpaceX, dedicadas a la fabricación, pruebas o lanzamiento de cohetes.

Reuters también calculó las tasas anuales de lesiones para 2022 de algunas de estas instalaciones utilizando los datos anuales que deben presentar a la OSHA desde 2016.

Reuters calculó las tasas de las instalaciones utilizando una fórmula de la OSHA que utiliza el total de horas trabajadas en una empresa para estimar una tasa anual de lesiones por cada 100 trabajadores a tiempo completo. Los datos utilizados para calcular las tasas de SpaceX también incluyeron un pequeño número de enfermedades.

Antes de 2021 y 2022, las instalaciones de SpaceX generalmente no presentaban los datos requeridos, y cada sitio no los informaba durante entre cuatro y seis años.

Al comparar estos índices con la media de la industria espacial, la organización de noticias utilizó un índice medio estimado de lesiones y enfermedades elaborado anualmente por la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos (BLS).

La BLS obtiene las medias del sector recogiendo una muestra representativa de los datos de las empresas de un sector determinado; por ley, no puede publicar los datos de las empresas individuales encuestadas.

Al igual que la OSHA, la BLS es una división del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, y ambos organismos recopilan datos sobre lesiones de las empresas con arreglo a las mismas directrices. La OSHA aconseja a las empresas que utilicen la media de la BLS en su sector como punto de referencia de sus resultados en materia de seguridad laboral.

SpaceX, cuando presenta datos sobre lesiones a la OSHA, se clasifica a sí misma como parte de la industria de "fabricación de misiles guiados y vehículos espaciales", una categoría de recopilación de datos reglamentaria que es un subconjunto de la industria aeroespacial más amplia.

El BLS estimó que la tasa media de lesiones y enfermedades de esa industria era de 0,8 por cada 100 trabajadores en 2022, una tasa que no ha cambiado mucho en los últimos años.

Para una instalación, en Cabo Cañaveral, SpaceX enumeró una subcategoría diferente de la industria aeroespacial para 2022: "transporte por nave espacial, carga". Esa instalación no pudo compararse con una media del sector porque el BLS no elabora una para esa subcategoría. Otra instalación, en el Centro Espacial Kennedy, no comunicó datos anuales de lesiones a la OSHA para 2022.

(Reporte adicional de Joey Roulette, editado en español por Javier Leira y Daniela Desantis)