Latinos que no pueden votar usan su creatividad para alentar el voto en EEUU

Los Ángeles, 29 oct (EFE News).- No son elegibles para votar pero eso no les impide a cientos de inmigrantes de costa a costa impulsar a los ciudadanos estadounidenses a ir a las urnas el 3 de noviembre, y lo están haciendo de la manera más creativa posible, inclusive usando sus puestos de venta ambulante o recorriendo en autobús el país para alentar a los electores.

“Les vamos a decir lo importante que es que salgan a votar, que ejerzan su derecho, que es su deber (…). Muchos no lo podemos hacer pero ellos van a ser nuestra voz”, explicó la vendedora de frutas Merlín Alvarado.

La inmigrante participa en una campaña en Los Ángeles en la que los vendedores obsequiarán su producto, junto con una mascarilla y una guía de cómo votar, e inclusive tendrán un mapa de los buzones más cercanos para depositar el voto y así orientar a los electores.

Alvarado, que tiene su puesto en el Paseo de la Fama en Hollywood, asegura que “ese intercambio de palabra” con sus clientes que tiene cotidianamente va a ser el arma para enseñar la importancia del sufragio y de estas elecciones.

“Todos tenemos un familiar que lo puede hacer (votar), un hijo, un vecino, un sobrino, un amigo, un cliente”, advierte la inmigrante sobre la capacidad que los indocumentados tienen para conectar con los ciudadanos.

La novedosa forma de animar a los votantes es una iniciativa conjunta de la Community Power Coalition y la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), de Los Ángeles, que unieron fuerzas con vendedores ambulantes, que como Alvarado se ganan la vida en las calles vendiendo helados, tamales, frutas y jugos, entre otros productos, en la jurisdicción electoral más grande y compleja de Estados Unidos.

El guatemalteco Pedro Barillas, un vendedor de tamales que participa en la iniciativa, dijo a Efe que su mensaje va dirigido "más a la comunidad latina, que a veces tenemos la oportunidad de salir a votar y no lo hacemos”.

“VOTE POR MÍ QUE YO NO PUEDO"

Una labor similar a la de Barillas y Alvarado la realiza el salvadoreño Julio Pérez, que junto a otras 20 personas se embarcó en un viaje por todo el país en un autobús llamado “La Libertad” para animar la participación electoral.

“Voten por mí, voten por los que no podemos hacerlo”, dice sin tapujos el cuscatleco amparado por el Estatus de Protección Temporal (TPS) en su mensaje, argumentando que los indocumentados merecen ser apoyados por la contribución que hacen al país, al que consideran suyo.

La campaña, impulsado por la Alianza TPS, está enfocada en tocar las puertas de todas las comunidades para educar sobre el dilema que enfrentan cerca de 400.000 inmigrantes, en su mayoría centroamericanos, que perderán el amparo en enero del 2021, después de la cancelación realizada por el Gobierno del presidente Donald Trump.

“Estamos enseñándoles a los electores que el poder está en sus manos, el poder de parar las injusticias y de que este país vuelva a ser un ejemplo para el mundo”, insiste Pérez, residente de Boston y padre de un ciudadano estadounidense.

NI EL CORONAVIRUS LOS DETUVO

El autobús, que la mañana de este jueves arribó a Woodbridge, Virginia, ya ha pasado con su mensaje por cerca de 11 estados, algunos de ellos entre los más disputados en la elección como Nevada, Florida, Carolina del Norte y Wisconsin, donde la pandemia del coronavirus parecía que detendría su mensaje.

Tres, de la veintena de inmigrantes, se contagiaron de la covid-19, y el grupo entró en cuarentena por 14 días en un hotel de Milwaukee, Wisconsin.

APELANDO A LA FE

“Fue una experiencia que nos terminó de enseñar que unidos podemos superar cualquier prueba. Nos quedamos a cuidarnos todos entre familia, y creo que la fe a nuestra causa ayudó a que nuestros compañeros no sufrieran los duros síntomas del virus, y tras recuperarse y estar negativos, arrancamos de nuevo”, relata Pérez, que arribó al país en 1994.

A esa fe también está apelando el pastor Luis Velásquez, quien hace parte de la Campaña “Vocero”, de la organización Voces de la Frontera en Wisconsin.

El líder religioso, de 29 años y oriundo de El Salvador, está amparado por el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) y asegura que ha vivido en carne propia el dolor de la deportación, pues dos de sus familiares fueron expulsados del país y él mismo enfrenta con incertidumbre esa posibilidad.

“Les cuento mi historia, y cómo he logrado sanar esa herida profunda que causó una injusticia. Por eso apelo a que reflexionen y lo hagan de forma consciente y no se dejen llevar por sus posiciones sobre el aborto, la comunidad LGBT o que los inmigrantes son criminales”, zanjó Velasquez en entrevista telefónica.

La misma labor está realizando junto otros 15 “soñadores”, Karina Ruiz, directora de Arizona Dream Act Coalition. Pese a la pandemia el grupo se dedica a tocar puertas hasta el último día en la ciudad de Glendale y el oeste de Phoenix.

La inmigrante, oriunda del Estado de México (México), apunta que está haciendo la desgastante labor por sus tres hijos, sus dos nietos y la educación de los niños en el país.

“Sabemos que Arizona es un estado muy importante para ayudar a determinar la política educativa del país. No solo son los hispanos los afectados sino todos los niños estadounidenses. Debemos cerrar las brechas que esta pandemia está dejando al descubierto. Por eso mi mensaje es 'Salga a votar por sus hijos'”, recalcó.

(c) Agencia EFE