Las autoridades fallaron a la hora de captar señales de alerta antes de París

Por John Irish y Robert-Jan Bartunek y Orhan Coskun PARÍS (Reuters) - Hubo varias ocasiones para detener a los hombres que perpetraron los atentados del 13 de noviembre en París, que dejaron 130 muertos. En enero, las autoridades turcas detuvieron a uno de los atacantes suicidas en la frontera y lo deportaron a Bélgica. En ese momento, informaron a la policía belga de que Brahim Abdeslam se había "radicalizado" y se sospechaba que quería unirse a Estado Islámico en Siria, dijo a Reuters una fuente de seguridad turca. Sin embargo, durante los interrogatorios en Bélgica, Abdeslam negó cualquier relación con extremistas y fue puesto en libertad. Lo mismo pasó con su hermano Salah, una decisión que las autoridades belgas aseguran que se basó en las pocas pruebas de que alguno de ellos tuviera intenciones terroristas. El 13 de noviembre, Abdeslam hizo estallar los explosivos adheridos a su cuerpo en el bar Le Comptoir Voltaire de París, acabando con su propia vida e hiriendo a otra persona. Salah, que está prófugo, también es sospechoso de los ataques reivindicados por Estado Islámico. En Francia, se había emitido un archivo "S" (Seguridad Estatal, para personas sospechosas de ser una amenaza a la seguridad nacional) para Ismail Omar Mostefai, que detonó su chaleco explosivo en la sala de conciertos Bataclan de París. Mostefai, un francés de ascendencia argelina, fue puesto en la lista en 2010, según fuentes policiales francesas. La policía turca también lo consideró sospechoso de terrorismo con vínculos con el Estado Islámico. Ankara escribió a París sobre él en diciembre de 2014 y en junio de este año, según un responsable oficial del Gobierno turco. París no hizo caso a la advertencia y sólo respondió después de los ataques. Un cuarto atacante no se presentó a al menos cuatro chequeos semanales con la policía francesa en 2013, antes de que las autoridades emitieran una orden de arresto en su contra. En ese momento, ya había abandonado el país. En todas esas oportunidades, los servicios policiales, de inteligencia y seguridad tuvieron la oportunidad de detener a algunos de los hombres que perpetraron los ataques de París. PROBLEMAS DE COMUNICACIÓN Y RECURSOS Tomados de forma separada, cada error tiene su propia explicación, según los servicios de seguridad, que atribuyen los problemas de comunicación, incapacidad para rastrear a sospechosos y fracasos a la hora de actuar sobre la base de informes de inteligencia a la escasez de recursos en algunos países y al alza en el número de potenciales yihadistas. Pero una evaluación de Reuters a una serie de señales de alerta no vistas y problemas de comunicación dejan al descubierto las crecientes dificultades que afrontan las unidades antiterroristas en Europa y su capacidad futura para mantener la seguridad. "Estamos en una situación en que los servicios están sobrepasados. Esperan que suceda algo, pero no saben dónde", comentó Nathalie Goulet, que preside el comité del Senado francés que investiga redes yihadistas. Muchos apuntan a Bélgica como el eslabón débil en la seguridad europea. "Simplemente no tienen los mismos recursos que el MI5 británico o la DGSI (agencia de inteligencia francesa)", dijo Louis Caprioli, exjefe de la DST, la antigua unidad antiterrorista francesa. El primer ministro belga, Charles Michel, defendió los servicios de seguridad de su país y los elogió por hacer "un trabajo difícil y duro". El presidente de Francia, François Hollande, también elogió a los servicios de seguridad de su país, que persiguieron y dieron muerte al hombre que identificaron como el autor intelectual de los atentados, Abdelhamid Abaaoud, cinco días después de los ataques. La agencia de policía de la Unión Europea, Europol, sostiene que ha entregado información a las autoridades francesas y belgas, pero admite que algunos estados miembros son mejores que otros a la hora de compartir información. Determinar lo peligrosa que es una persona y si podría perpetrar o no un ataque es un desafío clave para los servicios de seguridad, según expertos. El exjuez francés antiterrorismo Marc Trevidic aseguró a Reuters que un islamista francés al que interrogó en agosto tras su regreso de Siria dijo que Estado Islámico le pidió que realizara un ataque en una sala de conciertos. "El tipo admitió que le pidieron que atacara en un concierto de rock. No sabíamos si sería en Bataclan u otro, él no sabía el lugar exacto que sería designado. Pero sí, eso es lo que le pidieron hacer", reveló Trevidic a Reuters. (Reporte de Robert-Jan Bartunek en Bruselas y de Orhan Coskun en Turquía; reporte adicional de Nick Tattersall en Turquía, Alastair Macdonald en Bruselas y Silvia Aloisi en Atenas; escrito por Timothy Heritage. Editado en español por Patricio Abusleme)