La larga espera de los espectadores, en un París olímpico en fiesta

Miles de personas esperaban impacientes el viernes en largas colas para asistir a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París-2024, la primera celebrada de fuera de un estadio, bajo un cielo gris y pese al riesgo de lluvia.

Horas antes de la apertura de puertas, los espectadores se armaban de paciencia en los puntos de acceso a ambos lados del río Sena, que acogerá el desfile fluvial de deportistas y un espectáculo que prometen grandioso.

“Hemos tenido suerte. Hemos llegado los primeros”, asegura a la AFP Sébastien Nivault, un francés de 53 años que empezó a hacer cola seis horas y media antes del inicio de la ceremonia, previsto para las 17H30 GMT.

Sentado en el suelo, ocupa el tiempo jugando a las cartas con sus dos hijos pequeños y su esposa, y hablando con el resto del público. Y, pese al riesgo de lluvia, solo tomó un “pequeño paraguas”.

“En París, siempre tenemos este cielo gris. Por lo que es normal que los Juegos empiecen así”, agrega el hombre, ante el acceso situado ante el Museo del Louvre y no muy lejos de la Ópera de París.

Al otro lado de la barrera, custodiada por una decena de gendarmes, los voluntarios de los Juegos Olímpicos, con su inconfundible gorra rosa, reciben las últimas instrucciones para orientar a los espectadores.

“Tenemos ganas, más que ganas, estamos decididos a darlo todo. Queremos corregir la imagen dada durante la final de la Liga de Campeones (de 2022) con una buena organización”, dice Hatim Berradi, voluntario de 30 años.

- “¡Que empiece la fiesta!” -

Francia organizó un gran despliegue de fuerzas de seguridad. Más de 45.000 policías y gendarmes velarán por la seguridad de la ceremonia, a los que se suman 10.000 militares y 1.000 agentes de la policía.

Casi 1.900 policías extranjeros también prestan apoyo en París a sus colegas franceses, como la decena de agentes de Emiratos Árabes Unidos que esperan la llegada del público ante las pirámides del Louvre.

“Es muy lindo estar en París con toda esta historia y estos monumentos”, dice Alí, un jefe de policía emiratí, mientras miembros de su equipo se toman una poco usual foto ante un museo del Louvre sin turistas.

Para Leticia, una turista brasileña de 35 años, “hay muchos autos de policía, sirenas, mucho ruido”, pero reconoce que le “tranquiliza ver a tanta policía”.

“Estuvimos en Rio durante los Juegos Olímpicos de 2016 y los dispositivos eran similares”, agrega la mujer, que espera, junto a su compatriota Camila, acceder a su asiento y “comer bien y beber buen vino”.

Desde su grada podrán disfrutar de la llegada de los atletas en barcos por el Sena y, gracias a las pantallas gigantes instaladas, del espectáculo que tomará lugares emblemáticos como Notre Dame y la Torre Eiffel.

“Temíamos por la seguridad, pero todo está muy seguro”, asegura Melanie Ruiz, una estadounidense de 34 años, junto a su compatriota George Weber. Pasado el trance, ahora lo tienen claro: “¡Que empiece la fiesta!”.