Lady Tepito y la muestra de que México adora darle fama a todo tipo de personajes

Lady Tepito, la mujer que se hizo de fama en redes tras amenazar a manifestantes. (Getty Images)
Lady Tepito, la mujer que se hizo de fama en redes tras amenazar a manifestantes. (Getty Images)

México tiene una fascinación por hacer famosas a personas que tienen actitudes deplorables. Lady Tepito es el ejemplo más cercano. La semana pasada, mientras familiares de Lesly Martínez, víctima de un presunto feminicidio, protestaban afuera de la Fiscalía capitalina, esta mujer protagonizó un penoso momento. Amenazó a la familia diciendo que bajaría a gente de Tepito para golpearles y supuestamente hizo una llamada para enviar su solicitud. "Como si la fueran a revivir", fue la frase más nefasta que pronunció aquel día.

El video se hizo viral en redes sociales, pero hubo un problema. Sí, el rechazo fue amplio y más porque ella dijo que era empleada de la Fiscalía. Por lo tanto, funcionaria pública. No se podía entender que tuviera esa actitud tan infame y que trabajara ahí. Luego la propia institución negó esa versión y, al parecer, eso tuvo un efecto extraño: ya se dejó de mirar con tan malos ojos a Lady Tepito.

En realidad, desde el principio hubo muchos memes que desviaron la atención de lo sustancial. A lo que más se le dio importancia no fue a su amenaza, sino al tono con el que hablaba. Por cierto, tampoco se puede negar que hubo un clima de clasismo y estigma: las burlas se expandieron hacia todas las personas que hablan de esa forma, con un tono "cantadito". Y no, ese no era el punto. El punto era la amenaza. La falta de consciencia. Pero listo: no era funcionaria.

Por sentido común, el tema debió ser bien enfocado. Fue una actitud reprobable y las amenazas debieron tener una consecuencia. Las personas amedrentadas simplemente estaban haciendo valer su derecho a reclamar justicia, respuestas, por un crimen que sigue irresoluto. Pero eso también es paradójico porque así se ejemplifica la tragedia de pedir justicia en el país. En los últimos días lo principal, lo importante, fue reemplazado por todo un circo.

Porque después vino la respuesta. Ya era viral y famosa. Entonces tenía que aprovecharlo: Lady Tepito, de nombre Daniela, abrió una cuenta de TikTok. Y todo estallo: ha pasado de ser un blanco de críticas (merecidas) a una celebridad, una influencer instantánea que ya tiene fans, stickers. Vaya, toda una audiencia que espera atenta su siguiente video. Primero ofreció una disculpa... en la que dijo que no tenía conocimiento de por qué había una manifestación (en el video original se evidencia que sí lo sabía).

En un segundo clip justificó su actitud diciendo que los protestantes habían empujado a una persona de la tercera edad. Casualmente eso no lo dijo en su primer video, y por lo visto, esa primera disculpa quedó anulada por ella misma. También aprovechó para darle las gracias a las personas que le apoyan. Porque ese es otro tema: estos personajes no se harían famosos si la gente no lo quisiera. La fórmula funciona. Hasta los famosos de verdad los comprueban. Alfredo Adame nunca fue tan relevante en la conversación pública por su trabajo como sí lo ha sido en los últimos años gracias a su doctorado en peleas callejeras.

Lady Tepito supo convertir el rechazo social en fama. Fama es fama, buena o mala. Ya hasta recomienda cuentas en su perfil. Lo dicho: está decidida a aprovechar su nombre. Siempre se ha criticado, no sin cierto aire pretencioso, que cualquiera se hace famoso en redes sociales. Pero en todo hay niveles. Hasta hacer retos virales como comerse la papa más picante del mundo requiere de mérito. Lo de Lady Tepito es el colmo de colmos. Amenazó, despreció el reclamo de justicia, demostró odio y la recompensa fue la fama.

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