La frase que pronunció ayer durante la inauguración del gasoducto en Salliqueló el presidente Alberto Fernández sobre la sequía en Uruguay escaló hoy hasta las más altas esferas y llegó hasta su par Luis Lacalle Pou, quien sostuvo que el mandatario argentino mostró “ignorancia” sobre el tema y hasta reveló que hubo una comunicación diplomática para aclarar la cuestión.

El domingo, en medio de la presentación de esta obra clave para el gobierno nacional, Fernández fue el último en dar su discurso y ahí se refirió a la crisis hídrica en el país vecino. “Nos llevamos la experiencia de haber puesto el pecho y de haber seguido adelante. El tiempo que nos viene por delante nos enfrenta a muchos desafíos y nos da oportunidades. El gran desafío es el cambio climático, ya está visto. Lo vimos en la sequía, lo vive Uruguay. En Montevideo abren las canillas y el agua no sale”, dijo el Presidente, cuando en realidad el área metropolitana uruguaya tiene problemas pero la provisión se mantiene en los hogares.

Entonces, a la catarata de críticas que recibió, se sumó esta tarde la de Lacalle Pou. “A ver, puede ser por dos razones: mala intención, que la descarto; o por ignorancia, simplemente”, aventuró el mandatario de Uruguay en rueda de prensa al respecto de los dichos de Fernández.

Y cuando le consultaron si se comunicará para intentar explicarle cómo es el problema con el agua, acotó: “Supongo que es leer en Internet y se entera enseguida si quiere tener la información correcta. Pero sí, hablé con el embajador argentino en Uruguay, con el que tengo muy buena relación, y el canciller tengo entendido que habló con el presidente de la República Argentina”.

El mandatario también fue consultado sobre trascendidos que indicaban que Uruguay no había aceptado la ayuda de la Argentina. “La respuesta del gobierno uruguayo fue que aceptamos. Y sin desmerecer la ayuda, en este momento no nos vamos a hacer los cracks porque todo sirve, pero entre lo que consume Montevideo y parte de la Zona Metropolitana por día, esta ayuda, que no la descartamos, sino que la aceptamos y la tenemos por las dudas, es ínfima. Todo suma, todo sirve y la respuesta fue stand by por si la necesitamos”.

Según pudo saber LA NACION, el 6 de julio el presidente argentino se comunicó con su par uruguayo y le ofreció ayuda-que también salió de modo formal vía Cancillería- consistente en el envío de un buque de la Armada Argentina del tipo “Aviso”, con cisterna de 300 toneladas de capacidad de agua provista por AYSA, más la utilización de plantas potabilizadoras móviles del Ejército argentino, que tienen la capacidad de ubicarse a la vera de los ríos y potabilizar el agua, plantas con “una producción de 1700 sachets de medio litro por hora y el desplazamiento de operarios para desarrollar la producción”, según explicaron en la nota oficial de la Cancillería que encabeza Santiago Cafiero.

Por otra parte, hoy, Lacalle Pou al ser consultado sobre si las diferencias ideológicas con el gobierno kirchnerista serían la razón del comentario de Fernández, el mandatario afirmó: “Hemos recibido muchas críticas, pero no hay que dar manija afuera. Cada uno sabe cómo cuidar el país y el lugar donde lo tiene que cuidar”.

Ya ayer los dichos de Fernández causaron la indignación del arco político uruguayo. “Internacionalizaron la militancia por la sequía. Ahora es el ídolo de Orsi el que miente”, escribió el senador del Partido Nacional Sebastián Da Silva, en referencia a la oportunidad en la que el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, del Frente Amplio, dijo que Fernández era un “clase A de la política”.

Por su parte, la senadora nacionalista Graciela Bianchi tildó las declaraciones de Fernández como de “mentira internacional”. “Dijo en un discurso que en Uruguay no sale agua de las canillas. Asco también internacional”, escribió en sus redes sociales.

Otro funcionario que opinó duramente sobre los dichos del presidente argentino, fue el director Nacional de Telecomunicaciones de Uruguay, Guzmán Acosta y Lara, quien apuntó en Twitter: “Estamos frente a una situación difícil producto de una sequía histórica, pero el agua por ahora sigue saliendo. Alberto Fernández en lugar de mentir públicamente debería ocuparse de Argentina, un país cada día más sumergido, pero en el hambre y la pobreza”.

La emergencia hídrica en Uruguay

El 20 de junio, el gobierno uruguayo decretó emergencia hídrica en el área metropolitana de Montevideo, donde viven unos 1,8 millones de personas. Esto ocurre luego de tres años de sequía, la más larga de la historia del Uruguay. La semana pasada, las reservas de agua en Paso Severino bajaron 199.869 metros cúbicos y se ubicó en el mínimo histórico de 1,25 millones metros cúbicos.

Para paliar la falta de precipitaciones, Obras Sanitarias del Estado (OSE) ha estado mezclando desde hace dos meses el agua de Paso Severino con otra de cursos cercanos al Río de la Plata, más salubre por provenir del estuario.

Esto obligó a un aumento temporal de los niveles máximos de cloruro y sodio permitidos para el agua de OSE, vigente hasta el 20 de julio. Según el último informe diario, en una línea de bombeo del área metropolitana esos niveles estaban por encima de lo autorizado, informó el medio uruguayo El País.