Laboratorios clandestinos de China golpean a los adictos de EEUU con drogas sintéticas ‘para elefantes’

La epidemia de muertes por sobredosis de opiáceos en Estados Unidos causa estragos en muchas comunidades, una tragedia que tiene profundas y dolorosas raíces socioeconómicas y sanitarias y por ello es muy complicado de enfrentar y abatir.

Y todo se agudiza con la disponibilidad de poderosos fármacos opiáceos sintéticos, muchos de ellos producidos en laboratorios clandestinos ubicados en China, que han logrado penetrar rápida y profundamente entre ciertos consumidores en Estados Unidos. Ante ello, como se narra en Science, las autoridades estadounidenses no han podido reaccionar a la misma velocidad.

Una muestra del opiáceo sintético carfentanil, el ‘tranquilizador de elefantes’, y presuntamente fabricada en China es analizada por autoridades de EEUU. (AP)
Una muestra del opiáceo sintético carfentanil, el ‘tranquilizador de elefantes’, y presuntamente fabricada en China es analizada por autoridades de EEUU. (AP)

Desde hace algunos años, una de las sustancias que más daño ha producido entre personas adictas a los opiáceos es el fentanyl, que al mezclarse con la heroína produce un coctel inmensamente más potente, adictivo y, con frecuencia, letal. En Estados Unidos ese fármaco está severamente controlado y venderlo o distribuirlo sin receta médica es un delito grave, pero en China el fentanyl no se encontraba regulado y por ello su producción, y eventual llegada al país, se ha realizado de modo intenso.

Science comenta que en 2015 las autoridades de Estados Unidos y China acordaron calificar como sustancias controladas a 116 productos sintéticos, entre ellos el fentanyl, pero los laboratorios clandestinos chinos le dieron la vuelta al asunto, y con modificaciones a la molécula de ese fármaco crearon nuevas sustancias, que no estarían identificadas y reguladas como el fentanyl, pero que son igualmente, o más, potentes y devastadoras.

Y esas nuevas drogas derivadas del fentanyl, y otros narcóticos de gran poder, ya están en las calles de Estados Unidos. Science cita que en Cincinnati las autoridades han detectado que opiáceos como el carfentanil –calificado como ‘tranquilizador de elefantes’– y otros opiáceos sintéticos estarían llegando a Ohio desde Canadá, y un canadiense fue ya arrestado en un operativo en Calgary con un kilogramo de esa sustancia que él habría recibido por correo desde China, disfrazado en un empaque rotulado como accesorios para impresora.

Autoridades en Vancouver limpian contaminación tras decomisar un cargamento de carfentanil, presuntamente proveniente de China. (AP)
Autoridades en Vancouver limpian contaminación tras decomisar un cargamento de carfentanil, presuntamente proveniente de China. (AP)

Y en diciembre pasado, un hombre originario de Cincinnati fue procesado en una corte federal de Chicago, el primero caso de la región vinculada al carfentanil, de acuerdo al Cincinnati Enquirer. Se le acusa de haber adquirido varios kilogramos de heroína en Chicago y de haberla mezclado con carfentanil.

El carfentanil es mucho más potente que el fentanyl y 10.000 veces más poderoso que la morfina, y si se considera que bastan 2 miligramos de fentanyl para matar a una persona, las cantidades de carfentanil capaces de causar estragos son tan minúsculas que lo vuelven terriblemente peligroso. Incluso, narra Science, en los laboratorios de las autoridades se tiene siempre a disposición inyecciones del antídoto naxolone en caso de que los trabajadores entren en contacto con drogas sintéticas de alto poder. Y varias dosis de naxolone serían necesarias para neutralizar al carfentanil.

Tan solo en 6 días de agosto de 2016 se registraron en el área de Cincinnati 176 sobredosis, en gran medida causadas por consumo de carfentanil.

Por añadidura, muchas otras variaciones del fentanyl, de poderío variable pero intenso, estarían siendo distribuidas, entre ellas compuestos como acetylfentanyl, butylfentanyl, furanyfentanyl, 3-methylfentanyl y el ohmefentanyl.

Muchos de esos productos, elaborados en China, se venden por Internet a precios muy bajos y llegan al país por correo. Y muchas de las agencias que luchan contra esas drogas y tratan de combatir adicciones y sobredosis muchas veces ni siquiera tienen herramientas o reactivos apropiados para identificarlas apropiadamente en sus análisis.

Erika Marble visita la tumba de su prometido, fallecido a causa de una sobredosis de opiáceos. (AP)
Erika Marble visita la tumba de su prometido, fallecido a causa de una sobredosis de opiáceos. (AP)

Como narra la radio pública NPR, la cantidad de casos y de sobredosis vinculadas al carfentanil se disparó en 2016 en varios lugares de Ohio, y en Cincinnati las autoridades policiales y los servicios de auxilio médico habrían sido sobrepasados por la magnitud del problema. Cada caso de sobredosis por carfentanil consume más tiempo y recursos de los rescatistas y policías, y las entidades locales a veces no tienen capacidad suficiente de reacción.

En ese contexto, no fue sino hasta el mes de febrero que las autoridades chinas incluyeron al carfentanil en la lista de sustancias controladas. Pero solo en Cincinnati sustancias sintéticas como esas habrían ya cobrado unas 70 víctimas mortales.

El torrente de opioides y su carga de adicción y muerte es trágico y caudaloso.

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