La última medida de Obama: proteger el Ártico para que no haya perforaciones petrolíferas
Los últimos días de un político que sabe que va a ser cesado o que sabe que va a ser reemplazado por un rival ideológico pueden ser la mejor prueba de su altura moral. Por ejemplo, Ana Botella, la ex alcaldesa de Madrid, se dedicó a renovar de forma frenética los contratos que mantenía el consistorio con empresas constructoras, y que van a suponer un desembolso de 3.500 millones de euros para los ciudadanos en los próximos 12 años. Lo hizo en mayo de 2015, ante la inminente llegada de Manuela Carmena al ayuntamiento de la capital española.
Al igual que pasó con Ana Botella hace un año y medio, Barack Obama también sabe que le quedan tan solo unas semanas de presidencia. Pero está dedicando sus últimos momentos en la Casa Blanca a promulgar otro tipo de acuerdos bien diferentes a los que se comprometió la mujer de Jose María Aznar.
El más relevante quizá sea la prohibición expresa a las compañías estadounidenses de perforar el Ártico en busca de petróleo. Con esta medida, Obama espera proteger las aguas de este lugar tan sensible al menos hasta 2022. Todo un revés para Donald Trump, que en campaña ha hecho gala de su total apoyo a las compañías petrolíferas, a las que ha prometido allanar el camino sea cual sea su pretensión (al menos, siempre que garanticen la creación de puestos de trabajo para los ciudadanos del país).
“Dado el desafío único que supone el medioambiente en el Ártico y el desinterés de las compañías en esta zona, prohibir las explotaciones en esta zona es lo más adecuado”, asegura la secretaria de Interior Sally Jewell en declaraciones concedidas a Los Angeles Times.
La organización no gubernamental Pew Charitable Trust ha asegurado que la iniciativa de Obama protegerá las rutas de migraciones de la vida salvaje, áreas cruciales de alimentación para los animales y el ecosistema marino del Ártico.
Esta medida supone una gran victoria para los defensores del medioambiente en Estados Unidos. Pero estos no están del todo satisfechos, ya que Obama sí que ha permitido que se sigan explorando diversas zonas del Golfo de México, con el consiguiente peligro que estas prácticas conllevan para la ecología.
Durante los 8 años de mandato de Obama, el consumo de combustibles fósiles ha caído en Estados Unidos, sobre todo por su plan de ayudas a las energías renovables y el aumento de prácticas no tan verdes como el fracking.