La seguridad del colegio de la infanta Leonor
Cuando se le disparó por accidente la pistola a uno de los escoltas de la hija de Mette Marit en el colegio de la princesa, los compañeros de la primogénita de los príncipes de Noruega se llevaron un buen susto. Lo importante es que todo se quedó en eso, sólo en un susto. Pero este incidente, ocurrido la pasada semana, nos hace pensar en la dificultad que tienen los reyes y príncipes para conseguir que sus hijos puedan estudiar fuera de sus palacios, que es como decir que puedan estudiar en colegios con otros niños, y sentirse seguros.
Este incidente nos hace pensar en cómo se garantiza la seguridad de la princesa Leonor mientras está en el colegio. Los Reyes eligieron llevar a sus hijas a estudiar al centro de enseñanza Santa María de los Rosales de Madrid porque es el colegio en el que estudió don Felipe.
Pero desde que el Rey fuera alumno de Los Rosales, los tiempos han cambiado y las familias de los royals se afanan más en la seguridad de sus hijos mientras están en las clases. Desde que matricularan a la princesa Leonor en este colegio, las medidas de seguridad se han reforzado.
Además de contar con escoltas que vigilan a diario el centro y el pabellón donde estudia la princesa, el colegio tomó otras medidas adicionales de seguridad. Por una parte, se incrementaron las cámaras de seguridad y se levantó una valla que rodea el perímetro de las instalaciones del colegio para que queden ocultas al exterior.
Nada que ver de cuando el que estudiaba allí era don Felipe. Lo cuento de primera mano, porque entonces yo estudiaba en el colegio de al lado. En aquellos días, a un colegio del otro solo les separaba una de esas finas vallas de rombos metálicos. La valla servía bien para que los colegiales nos apoyásemos a charlar con los estudiantes del otro cole, dejando, por cierto, la valla siempre abollada. A veces la usábamos para que sirviera de línea separadora de un divertido combate donde lanzarnos bolas de papel o bolas nieve en invierno, simulando guerras campales. Pero eran otros tiempos y la seguridad no era tan complicada, o no lo parecía.
Es cierto que ya entones cuando llegaba al colegio el niño don Felipe en el coche con la Reina Sofía, se montaba un poco de follón por el tema de la seguridad. Los autocares y coches de los padres del resto de alumnos tenían que esperar a que entrara el príncipe de Asturias, para poder circular. Si te pillaba la entrada o la salida del príncipe, tocaba esperar, pero no había entonces mayor complicación. Ahora, con la princesa Leonor hay más normas. Además del barrido con perros que se lleva acabo en las instalaciones del colegio para detectar posibles explosivos, la entrada y salida de la princesa se realiza con un exhaustivo protocolo de seguridad.
Y los Reyes no sólo se preocupan por la seguridad de sus hijas, también velan por su intimidad. Cuando el Rey era niño no tenía el problema de los teléfonos móviles, porque no existían, obviamente. Ahora, en el colegio de la princesa ha habido que prohibir la utilización de los móviles para grabar imágenes de la princesa y la infanta en las actuaciones del colegio. Como en casi todo, todo se ha hecho más complejo. Y conciliar la seguridad de los pequeños y jóvenes royals con una vida de estudiante normal, a veces, es difícil.