La razón por la que la mayoría de las niñas no estudian ciencias
Además de los prejuicios y estereotipos que rondan el interés de niñas y mujeres por la ciencia, las oportunidades no suelen ser abundantes.
Este artículo fue producido por la Oficina Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe en exclusiva para Yahoo en Español.
“Uno de mis mayores sueños es ser astrónoma y astrofísica. Mi pasión por la ciencia nace en la finca de un tío. Una noche estando allá, sin luz, logré ver el cielo increíble. Miré arriba y le dije a mi tío: a mí me gustaría ser astrónoma”.
Es el testimonio de Mariana, una joven colombiana de apenas 16 años, que participó del programa “Ella es astronauta” de la Agencia Aeroespacial de los Estados Unidos, la NASA.
La invitación para viajar a la sede de la agencia en Houston, Texas, llegó en el momento justo: a pesar de su interés por el espacio sideral, Mariana no encontraba la manera de dar forma a sus sueños y estaba a punto de renunciar a ellos.
La historia de Mariana no es muy diferente a la de millones de niñas. Además de los prejuicios y estereotipos que rondan el interés de niñas y mujeres por la ciencia, las oportunidades no suelen ser abundantes.
Pero al mismo tiempo, esta historia nos revela que muchas veces solo basta una oportunidad, un pequeño impulso, para que una joven encuentre la motivación y el entusiasmo necesarios para dedicar la vida a la ciencia.
Revela también las barreras que suelen desalentar que las niñas se interesen por las carreras científicas. Programas como “Ella es astronauta”, por ejemplo, son escasos y no siempre bien financiados.
Más adelante en la vida, las jóvenes y mujeres que si estudian una carrera técnica o científica son objeto de prejuicios en los procesos de contratación, ascensos y compensación y, en comparación con los hombres, ellas tienden a dedicarse más a la docencia que a la investigación.
En todo el mundo, sólo el 33 % del personal de investigación está compuesto por mujeres. Además, reciben menos fondos de investigación que los hombres, y tienen menos probabilidades de lograr un ascenso.
En el sector privado se observa una situación similar, las mujeres ocupan menos cargos directivos en las empresas y puestos técnicos en las industrias tecnológicas. Las mujeres representan tan sólo el 22 % de las y los profesionales que trabajan en el campo de la inteligencia artificial y el 28 % de las personas graduadas en ingeniería.
Esta baja representación de las mujeres en la ciencia limita la capacidad de la comunidad científica para encontrar soluciones sostenibles e inclusivas a los problemas modernos y construir una mejor sociedad para todas las personas.
Por eso es importante que las familias, los sistemas educativos, los gobiernos, las universidades y las empresas privadas abran cada vez más puertas a mujeres y niñas que puedan sumarse a la construcción de un mundo más sostenible, más igualitario y más justo.
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