La postura tibia de AMLO ante el ataque de Hamás a Israel que no deja bien parado a México

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México |  FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO.COM
Andrés Manuel López Obrador (AMLO), presidente de México | FOTO: DANIEL AUGUSTO /CUARTOSCURO.COM

El pasado 7 de octubre, como en 1973, hace 50 años, Israel fue atacado de manera sorpresiva. Sus enemigos aprovecharon el día más sagrado para la religión judía, cuando el pueblo estaba en oración. Sin aviso previo, el movimiento islamista palestino Hamás lanzó miles de proyectiles contra Israel e invadió su territorio, por tierra, mar y aire. En este ataque perdieron la vida más de 700 personas, hombres, mujeres y niños. 2 mil 150 resultaron heridos.

La respuesta de Israel fue bombardear el territorio controlado por Hamás. El saldo en el primer día fue de 413 muertos, de ellos 78 niños y 41 mujeres, así como 2 mil 300 heridos. Informó que Hamás capturó e hizo prisioneras a más de mil personas. Por su parte Hamás afirmó que tiene a más de 130 civiles y soldados como rehenes, con el propósito de canjearlos por sus milicianos capturados por Israel. Dijo que atacó el aeropuerto Ben Gurion, el principal de Israel y lanzó misiles contra Tel Aviv, la ciudad más poblada.

Entre los civiles que Hamás tomó como rehenes se encuentran los mexicanos Ilana Gritzewsky y Orión Hernández Radoux. Al respecto, la canciller Alicia Bárcena comentó en su cuenta de Twitter (X): “Lamento informar que nuestra Embajada de México en Israel (@EmbaMexIsr), nos ha comunicado que una mexicana y un mexicano han sido presuntamente tomados como rehenes por el grupo Hamás, en Gaza, este sábado.”

La Secretaría de Relaciones Exteriores condenó los ataques en contra del pueblo de Israel. Al respecto expresó: Todo Acto terrorista constituye una amenaza a la paz y seguridad internacionales” y demandó la cooperación y condena de todos los Estados para prevenirlos y sancionarlos. Reconoció el Derecho de Israel a su legítima defensa y condenó el uso de la fuerza, cualquiera que sea su origen.

La confrontación entre Israel y Palestina, en particular en contra de la fracción extremista Hamás, sin ser novedosa, ahora que actúa violentamente, una vez más, significa un conflicto que puede escalar, involucrando a una importante región del mundo, capaz de afectar la paz y la economía global. No es un asunto menor y por ello los líderes de diversos países condenaron, de manera inmediata, la agresión de Hamás. El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió urgentemente, aunque no llegó a un acuerdo unánime, hizo un llamado a las partes para entablar negociaciones.

Tres días después de iniciado el conflicto, el presidente López Obrador se expresó al respecto en su mañanera. Dijo estar a favor de la paz, consideró que no debe utilizarse la violencia “no queremos la guerra, no queremos la confrontación, no queremos la violencia…no queremos víctimas por las guerras. Lamentamos mucho lo que está pasando por este enfrentamiento”.

Considera López Obrador que la ONU debe emplearse a fondo y no solo su Consejo de Seguridad, “porque estamos viendo que no apuestan a la búsqueda de la paz, siempre bloquean cualquier iniciativa en ese sentido.” En su opinión la ONU debería convocar a la totalidad de los países miembros para buscar y aprobar una solución, que ayude a dialogar a las partes en conflicto.

Adicionalmente, López Obrador informó que en Israel hay 5 mil mexicanos y que alrededor de 300 solicitaron regresar al país tras quedar atrapados por el conflicto, por lo que enviaría de inmediato dos aviones de la secretaría de la Defensa Nacional para su repatriación.

Aunque el gobierno de López Obrador afirma que aplica la doctrina de No Intervención en los conflictos externos y Solución Pacífica de las Controversias entre naciones, su empleo, durante su gestión, ha sido flexible pues se pronuncia sobre los asuntos que solo competen a otros Estados y no se expresa sobre los conflictos que involucran el uso de la violencia en contra de algún país.

En este caso la referencia de López Obrador sobre la agresión de Hamás a Israel se limitó a criticar la actuación de la ONU, sugerir que no promueve la paz y proponer la inviable convocatoria a la totalidad de sus integrantes para proponer un dialogo.

El número inicial de muertos y heridos, más los que con seguridad vendrán en el transcurso de esta guerra, es motivo suficiente para condenar la violencia de Hamás en contra de Israel y su población civil. No se le ocurrió al presidente López Obrador. No reprobó la acción de Hamás, sí regaño a la ONU y expresó el gesto de repatriar a los mexicanos varados en aquellas tierras en conflicto.

La posición de López Obrador en el concierto internacional, en el que México participa, parece disociada del contexto global en el que se encuentra asociado política, económica y culturalmente con países con los que mantiene vínculos formales que benefician sus intereses mutuos. Abstenerse de condenar una agresión como la que sufrió Israel significa haber perdido otra oportunidad para ser congruente. La primera fue con Ucrania.

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